Álvaro Riveros Tejada
Asumiendo que al momento de leer la presente nota, Don Esnor Condori, Presidente de la Federación de Juntas Vecinales de Achacachi, haya recuperado su libertad, luego de su azarosa, como espectacular captura por fuerzas policiales en las puertas de Radio Fides, donde acababa de brindar una entrevista en el programa “El Café de la Mañana”, no son menos llamativos los antecedentes que preceden a este insólito hecho y que dan pábulo a pensar que detrás de esa captura existen mucho más argumentos que los que se indica en los partes oficiales.
Recordemos que en febrero pasado, se vivió en Achacachi jornadas de extremada violencia por las movilizaciones en contra y a favor del alcalde Edgar Ramos, a quien los vecinos acusaron de corrupto e incendiaron su casa y sus pertenencias. Luego los Ponchos Rojos, en apoyo a la autoridad edil, reaccionaron contra el líder cívico Condori, prendiendo fuego a su vivienda y saqueando una infinidad de comercios en la ciudad, ante la pasividad de las autoridades policiales y militares estacionadas allí.
Quizás en un intento de reivindicar esa actitud pasiva de las fuerzas del orden, el gobierno determinó que las próximas celebraciones del día patrio se lleven a cabo en esa localidad, incluyendo una parada militar el día 7 de agosto. Sin embargo, de acuerdo a las declaraciones del líder cívico Condori en la entrevista citada, dicho desfile fue rechazado terminantemente por un ampliado de la población, señalando que: “Se ha decidido que cualquier iniciativa de parada militar, maniobra militar o lo que se refiera a ese tipo de situación es rechazada por la ciudad de Achacachi”.
A la luz de lo expuesto, la captura del dirigente cívico Condori, acusado de intento de asesinato y de haber cometido daños a los bienes del Estado, no sólo ha enardecido los ánimos de un pueblo que otrora se preciaba de ser un poderoso bastión del MAS, sino que ha puesto en evidencia una sensible fractura en las filas de ese “instrumento político”, declarando hoy un paro indefinido con bloqueo de caminos y con marcha a La Paz (cuando no) hasta lograr la liberación de su dirigente cívico.
Nunca más desafortunada e inoportuna esta situación que coincide con la detención en la ciudad de Sao Paulo-Brasil de Romer Gutierrez, un sujeto que portaba nada más ni menos que cien kilos de cocaína y a quien se atribuye ser un ex asesor de S.E., así como de la empresa petrolera estatal Andina; hermano de la diputada del MAS Amparo Gutierrez y miembro activo de las fuerzas que reprimen a los manifestantes en Venezuela.
Ambos acontecimientos habrían pasado inadvertidos de no ser protagonizados por dirigentes del partido oficialista y/o simples militantes, que fueron considerados alguna vez la “reserva moral” del país, y hoy se han convertido en un fenómeno difícil de enmendar y solucionar, salvo que sea con honradez, inteligencia, voluntad de servicio y atando cabos.
Asumiendo que al momento de leer la presente nota, Don Esnor Condori, Presidente de la Federación de Juntas Vecinales de Achacachi, haya recuperado su libertad, luego de su azarosa, como espectacular captura por fuerzas policiales en las puertas de Radio Fides, donde acababa de brindar una entrevista en el programa “El Café de la Mañana”, no son menos llamativos los antecedentes que preceden a este insólito hecho y que dan pábulo a pensar que detrás de esa captura existen mucho más argumentos que los que se indica en los partes oficiales.
Recordemos que en febrero pasado, se vivió en Achacachi jornadas de extremada violencia por las movilizaciones en contra y a favor del alcalde Edgar Ramos, a quien los vecinos acusaron de corrupto e incendiaron su casa y sus pertenencias. Luego los Ponchos Rojos, en apoyo a la autoridad edil, reaccionaron contra el líder cívico Condori, prendiendo fuego a su vivienda y saqueando una infinidad de comercios en la ciudad, ante la pasividad de las autoridades policiales y militares estacionadas allí.
Quizás en un intento de reivindicar esa actitud pasiva de las fuerzas del orden, el gobierno determinó que las próximas celebraciones del día patrio se lleven a cabo en esa localidad, incluyendo una parada militar el día 7 de agosto. Sin embargo, de acuerdo a las declaraciones del líder cívico Condori en la entrevista citada, dicho desfile fue rechazado terminantemente por un ampliado de la población, señalando que: “Se ha decidido que cualquier iniciativa de parada militar, maniobra militar o lo que se refiera a ese tipo de situación es rechazada por la ciudad de Achacachi”.
A la luz de lo expuesto, la captura del dirigente cívico Condori, acusado de intento de asesinato y de haber cometido daños a los bienes del Estado, no sólo ha enardecido los ánimos de un pueblo que otrora se preciaba de ser un poderoso bastión del MAS, sino que ha puesto en evidencia una sensible fractura en las filas de ese “instrumento político”, declarando hoy un paro indefinido con bloqueo de caminos y con marcha a La Paz (cuando no) hasta lograr la liberación de su dirigente cívico.
Nunca más desafortunada e inoportuna esta situación que coincide con la detención en la ciudad de Sao Paulo-Brasil de Romer Gutierrez, un sujeto que portaba nada más ni menos que cien kilos de cocaína y a quien se atribuye ser un ex asesor de S.E., así como de la empresa petrolera estatal Andina; hermano de la diputada del MAS Amparo Gutierrez y miembro activo de las fuerzas que reprimen a los manifestantes en Venezuela.
Ambos acontecimientos habrían pasado inadvertidos de no ser protagonizados por dirigentes del partido oficialista y/o simples militantes, que fueron considerados alguna vez la “reserva moral” del país, y hoy se han convertido en un fenómeno difícil de enmendar y solucionar, salvo que sea con honradez, inteligencia, voluntad de servicio y atando cabos.
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