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jueves, 23 de junio de 2016

Karen Arauz hace luz, como antes, como siempre con sus textos precisos hoy referido a la situación de la Democracia en Argentina, en Venezuela, sin pelos en la lengua Karen demuestra el proceder de los "grupos de élite" que en nuestros países se tomaron el poder y hacen lo imposible para no soltarlo, aunque la corrupción ofrece hechos inocultables y espeluznantes.


EL TIEMPO ES IMPLACABLE


El socialismo del Siglo XXI nos ha traído, encima, una serie de tele-culebrones inéditos en países donde hasta hace poco, por la predominante tradición y educación judeo cristiana, la convivencia estaba regida por una serie de normas y principios intrínsecos, que no contemplaba el nivel de sucesos explícitos, obscenos y casi pornográficos que estamos experimentando.
Las cosas en Venezuela han llegado a límites surrealistas. En las últimas horas, se observan escenas casi extraídas de Mondo Cane, el brutal film italiano que implantó el cine shock. La violencia perversa que se observa en las calles de desesperados ciudadanos que están llegando al límite del hambre, disputándose hasta la sangre una pequeña bolsa de azúcar hasta extremos delictivos de supervivencia como son los saqueos, es más de lo que se puede procesar en uno de los reservorios de petróleo más abundantes y civilizados del mundo. El salvaje desabastecimiento de alimentos y medicinas, es inconcebible. Los que tuvieron la oportunidad de visitar la glamorosa Caracas en otros tiempos, dudan hasta de su propia capacidad de asimilación, porque es imposible dar crédito a este delirio.
La oposición que se hizo de la mayoría parlamentaria, está sufriendo lo indecible para hallar el camino de un revocatorio que evite más tragedias y muerte. La OEA está tratando de aplicar la Carta Democrática, que sería una buena opción si no existieran sujetos como Rodríguez Zapatero o Iglesias de España, que están pretendiendo ganar avemarías -y adeptos- con el caos venezolano. Los que defienden la criminal posición de Maduro y su banda, parecen ignorar que hasta ha sacado reos de las cárceles para simular marchas de apoyo al régimen. Este es un extremo intolerable. Hasta Fellini tendría un arduo trabajo para darle un guión mínimo a la más escabrosa de las realidades.
Pasará un tiempo antes de que el mundo sea testigo de la degradación de ciertos gobiernos populistas que optan por la violación de derechos y la implantación de la prebenda y el  temor  como método de sometimiento.  Y eso es exactamente lo que estamos viendo en la Argentina gracias al cambio de gobierno y donde la justicia se está liberando del cepo empezando a poner un alto a la impunidad de una docena de años. La corrupción ha sido tan descarnada y brutal, como lo es lo que se está destapando. Los encargados de manejar la obra pública, están siendo desenmascarados a niveles de locura.
La mano derecha de Néstor Kirchner, propietario de casi 300 propiedades de lujo, cuando sólo hace doce años era un empleado bancario, no deja espacio a dudas. El lavado y la legitimización de ganancias es de una magnitud tal, que tiene a los más acérrimos defensores del kirchnerismo con la cola  entre las patas, avergonzados y sin saber dónde poner la cara. El que un alto ex funcionario haya sido hallado aventando en la madrugada, bolsos con diez millones de dólares en efectivo dentro los predios de una propiedad de la iglesia, donde se encontraron además, bóvedas subterráneas de hormigón bajo el altar de la capilla, es asombroso y supera la imaginación más febril. Otro delincuente, prófugo por cuatro años, implicado en un asesinato ligado al tráfico de drogas sintéticas, cuya cabeza se sospecha es nada menos que el Jefe de Gabinete de Cristina Kirchner, finalmente es detenido en la frontera con Paraguay con los dedos quemados con ácido en afán de borrar sus huellas digitales. Pese a ello, cayó.
Pareciera que no sólo los jueces y fiscales argentinos se sienten liberados de las presiones políticas de los últimos doce años y pueden ponerse en movimiento, sino que, es clara la voluntad política de avanzar hacia el  fin de la inmoral impunidad.
¿Cómo vamos por casa?  El novelón mediático de baja calidad que sin embargo tiene todos los elementos para mantener en vilo a la audiencia, no logra desterrar  la imagen ya definida de uso indebido de influencias por las confirmadas relaciones personales entre la actora y el poder. El gobierno, claramente permeable a cualquier tipo de crítica, ha reaccionado como era previsible, con una virulencia desmedida. Abogados, periodistas y miembros de la Iglesia, están siendo objeto de irracionales ataques lo que no hace más que confirmar, que no existen los pases mágicos que logren disimular  las huellas que están grabadas en piedra.
Flaco favor le hacen al Presidente sus múltiples voceros defensores, pues más allá de establecer su lado de la verdad con alguna objetividad y sentido, sólo optan por desdibujar la imagen presidencial mostrándolo como un lelo en total desconocimiento de lo que pasa baja sus pies. Ni las maniobras de ilegal continuismo  ni las bravuconadas y camorras que arman a diario, evitarán el descalabro de indeleble firma y clara rúbrica. Lo que está sucediendo en la Argentina y lo que en cuestión de horas sucederá en Venezuela, indefectiblemente sucederá aquí. No debieran ignorar al menos la Ley de Murphy, que sabiamente apunta que cuando las cosas van mal, siempre pueden ir peor.

Karen Arauz

viernes, 17 de junio de 2016

ha pasado mucho tiempo que LT no alzaba la voz con indignación y firmeza, lo hace hoy ante las "desafortunadas amenazas del Vice García Linera" que involucra a los medios incluído LT en unas maquinaciones en contra (sic) el Presidente Morales. la palabra de LT es firme y oportuna y reitera que en cuanto al tráfico de influencias y el Referendum del 21F continuará su línea sin claudicar.

Desde este espacio seguiremos esforzándonos para ofrecer una información profesionalmente seleccionada, elaborada y difundida, y una opinión plural, como establece nuestra plena identidad democrática
Hay una generalizada coincidencia en la que pareciera que, salvo en el uso de todos los aparatos estatales a su servicio para reprimir o amedrentar a quienes consideran sus adversarios, las más importantes autoridades del Estado han perdido norte si nos atenemos a las declaraciones que hacen en forma reiterada y, al mismo tiempo, improvisada, sobre dos temas medulares.
Uno, las denuncias de tráfico de influencias para beneficiar a la empresa china Camce, en la que trabajaba en un puesto ejecutivo una exenamorada del Primer Mandatario con la que tuvo un hijo. El otro, la decisión de la ciudadanía de rechazar la reforma del Artículo 168 de la Constitución Política del Estado en el referendo constitucional de 21 de febrero pasado, reforma que buscaba validar una cuarta postulación de los actuales primeros mandatarios, que la Constitución impide pues dicho artículo norma que el “período de mandato de la Presidenta o del Presidente y de la Vicepresidenta o del  Vicepresidente del Estado es de cinco años, y pueden ser reelectas o reelectos por una sola vez de manera continua”.
De acuerdo a las autoridades, las denuncias sobre el presunto tráfico de influencias y el seguimiento a las informaciones sobre el caso habrían influido en el resultado del referendo. Empero, es posible sostener que más bien haya sido la decisión oficial de distraer la atención sobre la denuncia de tráfico de influencias y para ello establecer como factores centrales del caso la relación sentimental del Primer Mandatario, la exenamorada y el hijo que tuvieron, y que presuntamente falleció, la que aportó a convertir el caso en un escándalo. Es decir, han sido las propias autoridades las responsables de publicitar el corte sentimental del caso con los resultados que hoy se observan. Probablemente no habría ocurrido esto si el Ejecutivo, hecha la denuncia, hubiera aceptado que se realice una transparente investigación sobre la forma en que Camce se adjudicó obras estatales por alrededor de 560 millones de dólares, y si hubiera indicios de delito, se procesaba a los autores y sancionarlos.
En ese contexto, el Vicepresidente, con su clásica agresividad discursiva, ha amenazado con no perdonar a quienes, según él, montaron una campaña en contra el Primer Mandatario con este tema en la que habrían participado “medios mafiosos”, entre los que citó a Los Tiempos. Comprenderán nuestros lectores, hombres y mujeres, que no se trata de una amenaza menor, pero deben estar seguros de que en Los Tiempos seguiremos informando como lo hacemos desde que el periódico fue creado, es decir, en forma responsable y buscando la verdad.
Estas reacciones muestran que las corrientes autoritarias que han recuperado fuerza dentro del MAS y el Gobierno no reconocen que la ciudadanía quiere transparencia en la gestión gubernamental, lucha real contra la corrupción y respeto al sistema democrático. Es decir, pareciera que están convencidas de que el éxito de un proyecto político y de sus operadores, no está condicionado a la voluntad ciudadana libremente expresada, sino a lo que ellas mismas creen que es esa voluntad.
Por lo demás, desde este espacio seguiremos esforzándonos para ofrecer a nuestros lectores una información profesionalmente seleccionada, elaborada y difundida, y una opinión plural, como establece nuestra plena identidad democrática.

jueves, 9 de junio de 2016

"el miedo no le calza" Erika cuando se refierea Colectivo Fuerza Ciudadana que salió en defensa del principio de ética y moral que el Vice pretende responder acudiendo a subterfugios y sofismas. ahora se van con todo para desconocer el 21F en que Evo perdió la contienda "segundo tiempo" como en el futbol le llama a una nueva consulta sobre lo mismo, con los mismos actores y posiblemente con iguales resultados.

Desde su olimpo imaginario, Álvaro García Linera declaró la superioridad del proceso político que lidera a tiempo de anticipar una nueva e “implacable” batalla frente a la ofensiva opositora carente de talla ‘ética moral’. ¿Sorpresa? Ninguna. Paradójicamente, en la Bolivia plurinacional constitucionalmente pacifista ganaron los halcones, aquellos de la línea dura y que repiten acríticamente su receta como respuesta al miedo provocado por la derrota de febrero de 2016. Después de 10 años, la fórmula guerrera parece estar fallando. Al priorizar la instrumentación política del miedo y de sus dogmas, intentan ocultar las tensiones internas que atraviesan al poder hegemónico. 

Frente al agotamiento de su agenda política, se han visto obligados a intensificar una estrategia que justifique lo política y éticamente cuestionable: desconocer los resultados del referéndum constitucional y urdir una segunda consulta proreelección bajo el formato de una petición ciudadana. En este empeño, desnudan una debilidad que comienza a minar su arraigo como fuerza hegemónica nacional. Y es que las organizaciones impulsoras de la recolección de firmas ya no gozan de buena reputación. El caso de corrupción del Fondo Indígena no es el único factor del desgaste. El ‘llunkerío’ (adulación) reverencial y religioso al líder es proporcional a los hechos que han desnudado las debilidades de su condición humana. 

El presidente no termina de entender que su proyecto, liderado por cocaleros, bartolinas, campesinos y burocracias sindicales cooptadas, poco o nada cuaja en el sentimiento de juventudes diversas, ni con una sociedad plural urbana que se repolitiza en el buen sentido. La cadena de eventos probados que mutilan derechos y libertades, acrecentada las últimas semanas, abonó el camino para la maduración de una ciudadanía que sale del letargo producido por el tiempo de bonanza y los espejismos reales e imaginarios. No tengo certeza de las formas ni de los perfiles políticos en los que decantará la bronca y el hartazgo que provoca tanta arbitrariedad e ineficiencia. 

Se han producido cambios en la sociedad boliviana que escapan a la capacidad de construir ‘relatos oficiales’ creíbles por parte de halcones del proceso. No bastará invitar como antes a caras conocidas de clases medias y citadinas. Esa posibilidad se agota, en la medida en que se despinta el maquillaje democrático de quienes activaran todos sus dispositivos a fin de garantizar su permanencia en el poder. Ello provoca coraje para salir a la calle, como ya lo hizo el Colectivo Fuerza Ciudadana, al que el miedo y los argumentos ético-morales y desestabilizadores no le calza