Carlos Federico Valverde Bravo
Periodista
En el programa Piedra, Papel y Tinta, transmido por Cadena A, tres experimentados y respetados analistas: Lourdes Montero, Horst Grebe y Alberto Bonadona, consideron que el exministro Luis Arce hizo un manejo adecuado de la economía (no dijeron que fue buen Ministro; algunos lo ven así).
No se si al “agraciado” con el análisis, al “revolucionario socialista del Siglo XXI” le va a agradar la opinión de los expertos, habría que ver si le satisface que se lo haya considerado: “afortunado” por las condiciones en las que le tocó ejercer el cargo; prudente, sensato al manejar “la holgura y la bonanza”, lo que le permite llevarse el “mérito” de la estabilidad y la certidumbre”. (H.Grebe), además de otras “virtudes”, como “una mirada bastante ortodoxa, conservadora; por esta lógica responsable”, “generó un factor de certidumbre”. (L. Montero). Bonadona también consideró que las mejoras se debieron a la bonanza económica.
Algunos, al margen de los citados expertos dicen qie esto se llama administrar el “piloto automático”, o sea, el vuelo de ese avión de la economía era tranquilo y él no cambió el rumbo… como sea, los expertos hablaron y se respeta su criterio,. Pero, entrando al tema del titulo me pregunto: ¿Alcanzan “esos” méritos, para ser buen Ministro?
Mi cuestionamiento se asienta en el hecho de que Arce Catacora era una especie de SuperMinistro (el único que estuvo desde la primera gestión) ; se supone que todo pasaba por él; tenía bajo su “responsabilidad” la llave de la caja y se suponía que controlaba “prolijamente” los números (eso lo destacan todos) y cuando hacemos las cuentas, resulta que los “desmanejos” políticos generaron y seguirán generando (gastos y desembolsos correspondientes de esa caja de Arce) una multimillonaria corrupción en empresas o emprendimientos del Estado que van mermando peligrosamente los fondos del Estado y él debió controlar, frenar o denunciar y no lo hizo; porque no supo cómo o porque no pudo, el efecto en la economía es el mismo.
Veamos algunos casos a continuación; en todos ellos notamos que es dinero del Estado que “salió”: Corsan-Corvian (la carretera no se hace; eso es un problema para la economía de largo plazo, los proveedores están en problemas, la crisis de muchos es un problema para los ingresos del Estado) , Barcazas chinas (van más de 30 Millones), TAM, BOA, BTV, Periódico Cambio (Bs.70MM!), Programas: Evo Cumple, TCP-ALBA (sigue bajo otro nombre, manejado por Fundación Alas) Fondo Indígena, Fundación Banco Central SCZ, FFCC Bulo-Bulo- Montero, PapelBol (terminó con sobreorecio de muchos millones y no alcanza niveles óptimos), Planta Industrializadora de Coca, ENATEX, sobreprecios en los emprendimientos Industriales de YPFB Museo Orinoca… y la lista puede seguir con las “cumbres” y Canchas de plástico… y los montos suman y suman y uno se pregunta: No era responsabilidad del Ministro controlar que los fondos sean bien invertidos y, definitivamente no lo fueron, en función de la ortodoxia administrativa?
Y si a alguien se le ocurre decir que cada Ministerio gestionaba sus fondos, que cada organización e Institución debían “rendir cuentas”, la cosa se pone peor todavía porque es claro que no hubo control en tiempos y plazos y que se entregaba dinero por pedidos y no por avances. Si se hubiera actuado “en la ortodoxia” con los gastos políticos el Fondo Indígena, por ejemplo no hubiera dilapidado los cientos de millones de bolivianos que dilapidó; el Control lo hubiera impedido y no se lo hizo y, reitero: si alguien argumenta que esos controles eran responsabilidad de Contraloría (que en los hechos no existe o no trabaja) o que el control estaba “en otro ministerio”, otra vez nos encontramos frente a un hecho de irresponsabilidad, porque cuando el Ministro de Economía (en el caso de Arce C., el superministro) que se supone era el que tenía la llave de la “caja” ve que la plata se “pierde”, por mala inversión, por corrupción o lo que fuere, y que las reservas se van mermando, debe advertirle al Presidente lo que está ocurriendo; eso haría un buen Ministro
Lo otro… es nomás como decir… sólo un cajero más.
Carlos Federico Valverde Bravo
Periodista
Periodista
En el programa Piedra, Papel y Tinta, transmido por Cadena A, tres experimentados y respetados analistas: Lourdes Montero, Horst Grebe y Alberto Bonadona, consideron que el exministro Luis Arce hizo un manejo adecuado de la economía (no dijeron que fue buen Ministro; algunos lo ven así).
No se si al “agraciado” con el análisis, al “revolucionario socialista del Siglo XXI” le va a agradar la opinión de los expertos, habría que ver si le satisface que se lo haya considerado: “afortunado” por las condiciones en las que le tocó ejercer el cargo; prudente, sensato al manejar “la holgura y la bonanza”, lo que le permite llevarse el “mérito” de la estabilidad y la certidumbre”. (H.Grebe), además de otras “virtudes”, como “una mirada bastante ortodoxa, conservadora; por esta lógica responsable”, “generó un factor de certidumbre”. (L. Montero). Bonadona también consideró que las mejoras se debieron a la bonanza económica.
Algunos, al margen de los citados expertos dicen qie esto se llama administrar el “piloto automático”, o sea, el vuelo de ese avión de la economía era tranquilo y él no cambió el rumbo… como sea, los expertos hablaron y se respeta su criterio,. Pero, entrando al tema del titulo me pregunto: ¿Alcanzan “esos” méritos, para ser buen Ministro?
Mi cuestionamiento se asienta en el hecho de que Arce Catacora era una especie de SuperMinistro (el único que estuvo desde la primera gestión) ; se supone que todo pasaba por él; tenía bajo su “responsabilidad” la llave de la caja y se suponía que controlaba “prolijamente” los números (eso lo destacan todos) y cuando hacemos las cuentas, resulta que los “desmanejos” políticos generaron y seguirán generando (gastos y desembolsos correspondientes de esa caja de Arce) una multimillonaria corrupción en empresas o emprendimientos del Estado que van mermando peligrosamente los fondos del Estado y él debió controlar, frenar o denunciar y no lo hizo; porque no supo cómo o porque no pudo, el efecto en la economía es el mismo.
Veamos algunos casos a continuación; en todos ellos notamos que es dinero del Estado que “salió”: Corsan-Corvian (la carretera no se hace; eso es un problema para la economía de largo plazo, los proveedores están en problemas, la crisis de muchos es un problema para los ingresos del Estado) , Barcazas chinas (van más de 30 Millones), TAM, BOA, BTV, Periódico Cambio (Bs.70MM!), Programas: Evo Cumple, TCP-ALBA (sigue bajo otro nombre, manejado por Fundación Alas) Fondo Indígena, Fundación Banco Central SCZ, FFCC Bulo-Bulo- Montero, PapelBol (terminó con sobreorecio de muchos millones y no alcanza niveles óptimos), Planta Industrializadora de Coca, ENATEX, sobreprecios en los emprendimientos Industriales de YPFB Museo Orinoca… y la lista puede seguir con las “cumbres” y Canchas de plástico… y los montos suman y suman y uno se pregunta: No era responsabilidad del Ministro controlar que los fondos sean bien invertidos y, definitivamente no lo fueron, en función de la ortodoxia administrativa?
Y si a alguien se le ocurre decir que cada Ministerio gestionaba sus fondos, que cada organización e Institución debían “rendir cuentas”, la cosa se pone peor todavía porque es claro que no hubo control en tiempos y plazos y que se entregaba dinero por pedidos y no por avances. Si se hubiera actuado “en la ortodoxia” con los gastos políticos el Fondo Indígena, por ejemplo no hubiera dilapidado los cientos de millones de bolivianos que dilapidó; el Control lo hubiera impedido y no se lo hizo y, reitero: si alguien argumenta que esos controles eran responsabilidad de Contraloría (que en los hechos no existe o no trabaja) o que el control estaba “en otro ministerio”, otra vez nos encontramos frente a un hecho de irresponsabilidad, porque cuando el Ministro de Economía (en el caso de Arce C., el superministro) que se supone era el que tenía la llave de la “caja” ve que la plata se “pierde”, por mala inversión, por corrupción o lo que fuere, y que las reservas se van mermando, debe advertirle al Presidente lo que está ocurriendo; eso haría un buen Ministro
Lo otro… es nomás como decir… sólo un cajero más.
Carlos Federico Valverde Bravo
Periodista
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