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domingo, 29 de noviembre de 2015

con sabiduría aborda Carlos Mesa lo sucedido en Argentina. reconoce lo positivo, aunque critica al menos tres puntos negativos. Señales de corrupción. autoritarismo cero diálogo con la oposición. políticas que no alcanzaron a superar la inflación en medio de excesivo gasto público. se refiere a "los liderazgos mesiánicos, los bonosy sbsidios. Macri logró romper todo esto con un cambio de imagen personal.

Macri ganó, entre otras cosas, porque la propuesta del kirchnerismo está agotada. Néstor Kirchner y Cristina Fernández han gobernado 12 años la Argentina. Su primer gobierno fue fundamental porque combinó dos cosas: la consolidación de la estabilidad política, económica y social que había iniciado Duhalde tras el colapso del “corralito”, y un nuevo enfoque que le dio prioridad a las políticas sociales y reformuló el rol estatal. Esas fueron las luces. Entre las sombras debemos destacar tres rasgos que le pasaron factura a las gestiones de Fernández. Uno: políticas económicas que han ralentizado la economía, políticas monetarias inadecuadas para superar el tema de la inflación, además de un gasto público desmedido. Dos: un autoritarismo evidente sumado a una actitud política que concibe el mundo entre amigos y enemigos lo que llevó a un diálogo cero con la oposición. Tres: señales importantes que vinculan al Gobierno con la corrupción.
En el contexto sudamericano algo que no se puede pasar por alto es que el kirchnerismo no es un movimiento político aislado. La llegada al poder de Chávez en 1999 marcó un vuelco a una política hemisférica que había estado dominada por el Consenso de Washington. Fue el inicio de un nuevo momento que ejerció gran influencia y estableció un ciclo que coincidió con la mayor bonanza de precios de materias primas de nuestra historia. El llamado Socialismo del Siglo XXI o populismo de izquierda, marcó tendencia y se instaló con diversos matices en muchos de nuestros países. Las posiciones de izquierda dura y de izquierda moderada parecían instaladas para quedarse sin mayores sobresaltos. El primer aviso llegó en 2010 en Chile con la presidencia de Piñera tras 20 años de Concertación, pero en 2014 Michelle Bachelet recuperó el poder para la izquierda. En 2013 Nicolás Maduro ganó unas polémicas elecciones en Venezuela. Ese mismo año Correa repitió en Ecuador ganando cómodamente los comicios. En 2014 el presidente Morales ganó con el 61 por ciento de los votos su tercera elección. Luego vino Brasil; este año Dilma Rousseff ganó las elecciones en una contienda muy apretada y mantuvo al PT en el gobierno (no sé si hoy no hubiese preferido que ganara Neves). Finalmente, el Frente Amplio uruguayo mantuvo el poder con comodidad con el triunfo por segunda vez de Tabaré Vázquez.
Parecía que el impacto de los liderazgos personales y mesiánicos, las políticas sociales, los bonos y los subsidios, habían construido un matrimonio muy sólido entre gobierno y ciudadanos, lazos muy difíciles de romper. Es en ese escenario que Macri rompe lo que hasta ahora había sido una marea. No fue fácil, pero lo logró después de haber hecho una tarea de cambio de imagen personal que funcionó muy bien. Ahora vienen elecciones en Venezuela que, dada su grave crisis económica y política, no parecen muy favorables para el Gobierno. ¿Es Macri el punto de inflexión hacia gobiernos liberales de centro derecha en aquellos países dominados por otra visión de la política y la economía? Es una pregunta crucial de cara al futuro. Si así fuera, hay algo que no se puede perder de vista. Si los gobiernos latinoamericanos aprendieron del ciclo llamado neoliberal que el manejo racional de la macroeconomía era una condición indispensable para aplicar cualquier programa político, deben saber hoy que el rol del Estado y el compromiso con políticas de inversión social sostenida para cerrar la brecha de la inequidad y la exclusión, son tan imprescindibles como el buen manejo económico.
Por eso el desafío de Macri es lograr un equilibrio entre la idea de inversión social y la de subsidios que generan adicción. El nuevo presidente ha prometido que no tocará los beneficios que reciben del Estado los más desposeídos, lo que implica sobre todo la cuestión de los bonos. Es un momento adecuado para revisar el tema de las transferencias condicionadas. Nadie puede discutir su impacto positivo en lucha contra la pobreza, el problema es que no es fácil distinguir entre la acción del Estado con la contraprestación del beneficiario y el subsidio monetario distorsionado como factor de clientelismo. Además, la pregunta es: ¿se puede hoy eliminar un bono que ya ha cumplido su objetivo inicial? Parte de esas respuestas las tiene que dar el nuevo mandatario argentino que debe combinar obligaciones macroeconómicas urgentes con compromisos sociales inexcusables.
La otra interrogante tiene que ver con la política exterior. Debe resolver el tema de la integración y la posición de Argentina en el Mercosur, atrapados en un pantano deprimente. También el del alineamiento de Argentina con el eje de los países del Alba, es obvio que ese vínculo se romperá, la pregunta es si Argentina puede recuperar un papel más protagónico en un escenario dominado por dos potencias Brasil y México y, hasta ahora, por la fuerza contestaría de los herederos de Hugo Chávez.
Está por verse si es una época de cambio o un cambio de época.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Jimmy Ortiz reitera que los gobiernos que no apoyen la Carta Democrática suscrita por la OEA en 2001, deberían irse. viene a cuento por el anuncio del Presidente Macri de pedir al colectivo que Maduro respete el compromiso o de lo contrario reciba la sanción de la OEA que sería una sanción universal por su cholo proceder.

No es posible que sigamos discutiendo sobre el respeto a los derechos humanos en el mundo moderno. No es posible que sigamos discutiendo sobre la libertad de prensa y de expresión
Es inadmisible que en pleno tercer mileno se siga discutiendo, en algunos países, los alcances de la democracia. Para desgracia nuestra, estos países se encuentran en el vecindario latinoamericano. El continente de los caudillos autoritarios no quiere dar paso a democracias auténticas.
El 11 de septiembre de 2001 se reunieron los políticos del continente en la XVIII Asamblea de la OEA en Lima (Perú), donde firmaron por unanimidad la Carta Democrática Interamericana. Este documento, que tiene rango supraconstitucional, expresa en su art. 3: “Son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al Estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos”. ¿Claringo, no? No hay por dónde perderse.
En junio de 2014 se reunieron en Santa Cruz los miembros del G-77 + China; la declaración emitida en el evento expresa en el punto 35: “Consideramos que la democracia es un valor universal basado en la voluntad libremente expresada de los pueblos de determinar sus propios sistemas políticos, económicos, sociales y culturales y participar plenamente en todos los aspectos de la vida. Reafirmamos que, si bien todas las democracias tienen características comunes, no existe un modelo único de democracia, y que la democracia no pertenece a ningún país o región, y reafirmamos además la necesidad de respetar debidamente la soberanía, la unidad y la integridad territorial y el derecho a la libre determinación, así como el rechazo de cualquier intento de desestabilizar los sistemas constitucionales y democráticos legítimamente establecidos por los pueblos”.
Esta es una definición ambigua que presenta una ‘democracia’ de plastilina. Ella puede acomodarse a cualquier necesidad, incluso la de regímenes totalitarios. Y la verdad no me extraña, ya que ella fue firmada por Robert Mugabe, Teodoro Obiang, Raúl Castro, Nicolás Maduro y Evo Morales. No es posible que sigamos discutiendo sobre el respeto a los derechos humanos en el mundo moderno. No es posible que sigamos discutiendo sobre la libertad de prensa y de expresión. Es hora de pelar capucha, los regímenes que no están con la Carta Democrática deben renunciar a ella
El autor es abogado.

martes, 17 de noviembre de 2015

cae Argentina el domingo. Cae Venezuela el 6 de diciembre, ojalá que sin sangre. Los Castro...uno es puta vieja y el otro puta menos vieja, pero siguen , como siempre, vendiendo sus carnes al mejor postor. no cuentan.Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Brasil...las fichas comienzan a desparramarse profetiza Claudio Ferrufino. Lloren, que lo que se viene es canela.


Claudio Ferrufino inflama los adjetivos, ya indignado de la supervivencia de los regímenes de "tinte
Rojo” es darles a estos individuos un epíteto que jamás merecieron. Por eso, seguro, se inventó aquello de “rojo-rojito” de la muy entrecomillada revolución bolivariana de Venezuela. Recuerdo las páginas de José María Gironella (Guerra Civil Española), en múltiples gruesos tomos. Adentro había rojillos, según los tildaban los requetés, pero entre ellos también gente que sabía por qué luchaba y por qué moría. Esta es otra especie: comerciantes venidos a revolucionarios, divas a estadistas, elucubradores y parlanchines a teóricos. En la cima, sima en realidad, el otrora comandante Hugo Chávez que si algo grande fue, fue gran ladrón. Quiso dejar un legado de gloria; quedaron familiares ricos y abyectos, putillas y mercenarios del vicio. Emulaba –creía- a Bolívar, pero el zambo de Sabaneta (le dicen), quedó corto en aspiraciones y truncó en vida, a pesar de que derramó tantas lágrimas de miedo que le quitó el nombre al poderoso río Magdalena. Magdaleno Chávez entró en lo desconocido con las manos cubriéndole mínimos y asustadizos cojones.
Anoche discutían, por así decirlo, Macri y Scioli por la presidencia argentina. Macri, conservador, no necesitó de luz alguna para abofetear como quiso al otro, que mal pudo venderse al “pueblo” aunque reclamaba para sí la defensa de los trabajadores. ¿Scioli un rojo? Rojillo, rojito, rosado como la casa de gobierno, como la ávida matriz de la reina Cristina, hábil en secuestro de bienes y en artes amatorias (susurran las lenguas). Lo triste es que quiso darse a esta década de infamia aura revolucionaria.
Repasemos... ¿Evo Morales socialista? Bravucón de la policía militar, quizá, y lengüilargo como se hace menester para aquellos que necesitan encaramarse por encima de su destino sin remilgo ni decencia. Mucho antiimperialismo, discurso y salivazo, pero basta observarlo en las calles de Nueva York, en París hoy sombrío, para darse cuenta que al tipo lo que le interesa es el poder, lo que le gusta, el oro, lo blanco y gringo como Marilyn. Happy Birthday, Mr. President! Pucha, le falta algo...
Agentes encubiertos, fascinante y peligrosísima profesión, embaucaron a parientes de la “primera combatiente de la revolución”, la venezolana Cilia Flores, amante por largo tiempo y hoy esposa del que usa inmensos calzones, aka, el calzonudo: Maduro, para comprarles casi una tonelada de cocaína. Los pendejos (jóvenes) llevaban documentos diplomáticos. En la televisión venezolana del exilio un exagente de la DEA aclaraba que en el país sudamericano conseguirlos era más sencillo que obtener una tarjeta de tienda mayorista en los EUA. Prosiguió que los narcos al principio alegaron inmunidad diplomática, pero que al ver que no les servía de nada, cantaron que el cargamento no era suyo sino de Diosdado Cabello y de otro jerarca bolivariano. Ya están en Nueva York; los amenazan con cadena perpetua para presionarles la voz. Pero, siendo parientes de gente tan encumbrada, uno se pregunta a quién tendrán que denunciar. La respuesta está en el viento y por ello tambalean las coronas.
La relación de este drogo asunto con Bolivia es obvia. Desde Chimoré se provee con largueza. Tomamos por tontos a los gringos, pero sus investigaciones son largas y minuciosas. A veces duran ocho meses como con estos palurdos, pero otras, años. Nadie está libre de sospecha y los más vulnerables son los vanidosos. No hay que aumentar...
Cae Argentina el domingo. Si se viene una debacle derechista, la culpa es de la falsa izquierda y a ella hay que cobrar con castigo. Cae Venezuela, tal vez con sangre después del 6 de diciembre. Ojalá que no, pero si viene, que venga en torrente de ángel exterminador. Los Castro... uno es puta vieja y el otro puta menos vieja, pero siguen, como siempre, vendiendo sus carnes al mejor postor. Están acabados; no cuentan. Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Brasil... las fichas comienzan a desparramarse. Lloren, que lo que se viene es canela.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Los Tiempos toca fondo. se tratará de elefir entre Democracia y Autoritarismo. es el asunto de fondo en este debate que corre hasta el 21 de febrero. se abren semanas cruciales que sin duda sacarán victorioso al pueblo de Bolivia, que jamás en sus casi 200 años aceptó vivir sometido. evitar la confrontación será la consigna patriota!

En el referendo de febrero estaremos decidiendo si nos adherimos al sistema democrático o, más bien, nos inclinamos por variantes de sistemas autoritarios. Éste es, pues, el debate de fondo
Una vez sancionada la ley de reforma parcial de la Constitución Política del Estado (CPE) para modificar el Artículo 168 de manera que los actuales primeros mandatarios puedan postular por cuarta vez a la Presidencia y Vicepresidencia del Estado, se abre un tiempo para recuperar la esencia del debate político.
La pregunta central es si una segunda (en verdad, en este caso, tercera) reelección inmediata de las actuales autoridades es una posición democrática o no. Desde el poder se sostiene que lo es porque la cuestión es sometida a consulta popular. Si la ciudadanía avala mediante voto esta reforma, se trata, como lógica consecuencia, de un cambio democrático.
Sin desconocer la importancia y su perverso efecto distorsivo del aprovechamiento abusivo de los recursos del Estado (humanos, económicos y de infraestructura, como se lo ha hecho en toda convocatoria electoral) hay factores que permiten, más bien, señalar lo contrario.
Dado el sistema presidencialista que rige, el buen funcionamiento de las instituciones democráticas y su sostenibilidad en el tiempo requiere la alternancia, de manera que las decisiones no se centralicen exclusivamente en los niveles de confianza o desconfianza en una determinada persona, sino en el aparato institucional existente.
Para el sistema democrático esto es básico, y basta ver la capacidad que tienen las naciones que así actúan para refortalecer permanentemente el sistema, mientras que donde el poder es encarnado por una sola persona una vez agotadas sus posibilidades de acción, se derrumba el sistema que lo hizo posible.
Además, la democracia exige el permanente debate entre diversas posiciones; de lo contrario, y como está sucediendo en el país, se agota rápidamente y, así mismo, se ingresa a la confrontación. En cambio, cuando el debate es sobre visiones de Estado, se abre, como ha sucedido, la posibilidad de que los contendores puedan mutuamente enriquecerse.
Obviamente un buen debate político exige actores políticos (no gestores) dispuestos a sustentar posiciones ante el eventual adversario, y no sólo mutuos insultos y recriminaciones. Hasta ahora, se puede afirmar que el debate político en Bolivia se ha reducido a esto último, y una muestra palpable ha sido la campaña para el referendo sobre los estatutos autonómicos, en el que los presuntos actores políticos optaron por el silencio.
En ese marco, es posible sostener que la propuesta de modificar el Artículo 168 de la CPE es, desde su origen, antidemocrática, y que conceptual e históricamente la que postula el respeto a la CPE es esencialmente democrática.
Además, se debe entender que en este referendo no se expresa la adhesión o rechazo a la gestión de los primeros mandatarios, sino a principios. Es decir, puede haber gente que apoya al Gobierno, pero que rechaza por antidemocrática esta reforma. De la misma manera que habrá gente que le gustaría esta reforma si los beneficiarios fueran sus adherentes, pero que la rechazan por animadversión política.
Por tanto, en el referendo de febrero estaremos decidiendo si nos adherimos al sistema democrático o, más bien, nos inclinamos por variantes de sistemas autoritarios. Éste es, pues, el debate de fondo.

NUESTRA PALABRA
En el referendo de febrero estaremos decidiendo si nos adherimos al sistema democrático o, más bien, nos inclinamos por variantes de sistemas autoritarios. Éste es, pues, el debate de fondo

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martes, 3 de noviembre de 2015

como un "boomerang" o sea disparo que regresa al sitio de donde salió, está resultando el episodio del Hotel Four Seasons, aunque el autor no menciona, el medio millón de dólares que costó el mismo ni la separata costeada con millonarios avisos de las empresas estatales que arrojan pérdidas, ni el texto del mismo que niega la condición de "demócrata de Evo Morales", el texto es rico en mostrar la verdad del episodio neoyorquino.

Supongo, que más allá de las alharacas publicitadas del eterno optimista,  (léase Ministro de Economía) el estado de nuestra economía debe estar que arde, para que el Presidente no haya tenido más remedio, haciendo de tripas corazón, para ir a Nueva York, a las mismísimas entrañas del “imperio” y del capitalismo sistemáticamente denostado por la temible lengua del caudillo, a tratar de convencer a los empresarios gringos para que arriesguen (nunca más cabal la acepción) sus washingtones en la Bolivia plurinacional. Como leí en las redes sociales (el quinto poder), pareció un anticapitalista pasando el sombrero ante los capitalistas...
Si bien hasta el momento no se tiene noticia fehaciente de los resultados efectivos del intento lo cual podría explicarse por el escaso lapso transcurrido (por ahora solo tenemos MAS discursos) no ha dejado de llamar la atención que de la supuesta larga lista de inversores invitados (incluso dijeron que tuvieron que rechazar algunos... por motivos de espacio), dicen las lenguas comunicativas que al final, los principales asistentes fueron efectivamente, empresarios, pero llevados desde Bolivia ... (algunos padeciendo un avanzado síndrome de Estocolmo, según parece) y otros dos interesados en ingresar al evento – Roca y Streicher- que no les dejaron entrar al lujoso salón del Four Seasons. Sabían demasiado.
Empero, dejando de lado aquellas sabrosas anécdotas, a la vista de la importancia del personaje y especialmente, considerando que sus decisiones nos afectan –guste o no- a tod@s incluyendo nuestras próximas generaciones; en abstracto, aplaudo la gestión presidencial pero asumo que la realidad es mucho más cruda y testaruda que sus discursos y delirios, ya que una economía saludable jamás podría caer en la ingenuidad de poner todos sus huevos en una sola canasta –la pública- requiriendo el concurso del sector privado.
El problema es que el Estado del que se trate y peor su jefazo (dada la inocultable concentración de poder del que padece el nuestro) deben ser altamente confiables para atraer las anheladas inversiones, pues se dice que los capitales son de lo más cobardes y, ante cualquier sustito, se baten inmediatamente en retirada!!!! hacia lugares confiables... 
Por cierto que el grado de confiabilidad estatal se mide, entre otros elementos, por la seguridad jurídica que el estado candidato demuestra a los inversores, lo que necesariamente pasa por una efectiva separación de poderes, huyendo de aquello que sus tribunales procedan bajo la premisa “el estado nunca pierde” (García Linera dixit) y menos, los tristemente célebres del meterle no mas aunque sea ilegal o por encima de lo jurídico está lo político. Eso constituye el kuku de los inversores. Peor si –de yapa- les amenazas para que no se metan en política.
Así las cosas, aunque desearía suceda lo contrario, parece que el Presidente le metió no más una misión imposible ante el imperio, pues por muchos esfuerzos que se hagan y recursos que se gasten o inviertan, si de manera sistemática no se tuvo el acierto y la prudencia para cultivar una imagen propia y del estado que sea confiable a mediano y largo plazo sujetándote al imperio de la ley, cumpliendo la palabra empeñada y huyendo de las estrategias envolventes y demás trampas que caracterizan a la actual administración, por mucho que vaya el tipito de la película hasta en su cumpleaños y con la banda sonora de Schifrin (aquél compositor de la serie misión imposible) el plausible intento se convierte en un boomerang cuyos efectos sólo terminan impactando negativamente al interesado y a “su Estado”, por su doble y nada creíble flamante discurso, pero no benefician a su administración y menos a quienes se debe(ría). Es que: “Los políticos son siempre lo mismo: prometen construir un puente aunque no haya río”; no lo digo yo, sino Nikita JRUSCHOV