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martes, 31 de enero de 2012

nació en España aunque ama más a Bolivia donde visita enfermos, a los pobres y necesitados. un franciscano en San Ignacio


Tiene 83 años y ya cumplió bodas de oro en el sacerdocio. Está encantado con Bolivia
Cuando empieza a hablar de su segunda patria, lo primero que destaca el presbítero franciscano de nacionalidad española Jesús Muñoz Hernández es el orgullo que siente de vivir y amar a un país como Bolivia, al que califica como encantador. No obstante, admite que faltan sacerdotes bolivianos para trabajar por una iglesia viva, dinámica y encarnada en el pueblo.
Haciendo memoria, este sacerdote de 83 años enarbola el trabajo de los religiosos y las religiosas de la orden franciscana que en varias décadas de presencia en los pueblos chiquitanos dejaron su juventud, sus ideales del reino de Dios y sus huesos en estas tierras de misiones y no quisieron volver a Europa. Las huellas de trabajo humanitario, evangelizador, en el campo social, en la salud y la educación, los llevó a fundar escuelas. Esperaban que los jóvenes también se interesen por las vocaciones sacerdotales. Sin embargo, hasta la fecha ningún muchacho ignaciano-chiquitano ha abrigado la formación teológica para el apostolado sacerdotal de servicio a Cristo.
El padre Jesusito, como cariñosamente le dicen los feligreses de San Ignacio de Velasco, junto al padre Víctor Cabao, atiende la parroquia San Francisco de esta capital de provincia, integrada por 10 barrios y 13 comunidades indígenas. Esta parroquia fue fundada en 1988 con la premisa de seguir los pasos de Francisco de Asís, de trabajar por los pobres, marginados y enfermos.
Muñoz llegó a San Ignacio en la misma fecha de creación de la segunda parroquia más importante de esta tierra colorada, luego de trabajar pastoralmente en Roboré y San José de Chiquitos. Cotidianamente se lo ve por las calles, con su hábito color café, calzando abarcas, con la Biblia en mano, agua bendita y hostias. Suele sentirse muy cansado, pero no lo demuestra cuando tiene que acudir al llamado de los vecinos para salvar almas de moribundos y de enfermos, para darles el sacramento de la confesión y comunión y extrema unción.
En 23 años de trabajo en esta población hizo esfuerzo por paliar el déficit habitacional que hay en Bolivia, construyendo 40 viviendas sociales para campesinos pobres, mujeres viudas y abandonadas con hasta cinco y seis hijos, que ahora viven dignamente en la urbanización El Bisito del Divino Niño. El proyecto se ejecutó en terrenos cedidos por la Alcaldía ignaciana y con la ayuda económica de España. Muchos españoles apadrinaron a niños, jóvenes y ancianos de San Ignacio. Para favorecer a muchas familias se invirtió un millón de bolivianos en las casas. Algunos de los adjudicatarios están devolviendo peso a peso el valor de su vivienda, otros se niegan. La idea es recuperar el dinero para seguir favoreciendo a otras personas sin techo.
Con la voz cansada habla de construir un salón multiuso y un santuario, donde la gente se junte a discutir su problemática, pero también a orar y dialogar con Dios. El plano lo ha diseñado el Arquitecto ignaciano Mauricio Hernando y se espera que el pueblo colabore para hacer viable esta obra.
La presencia de los sacerdotes franciscanos también hizo posible el Proyecto de Familias Unidas con Cristo (FUC), donde las mujeres reciben capacitación en manualidades para generar ingresos para sus familias. Las personas de la tercera edad también reciben alimentación en el comedor construido entre el Rotary Club San Ignacio y el gobierno comunal.
El padre Jesús señala que siente una espina porque no hay jóvenes interesados en el sacerdocio, solo una chica ingresó al convento de las Clarisas y se fue a una parroquia en España. Pero también está feliz de crear, con ayuda de benefactores de España y Austria, la orquesta Paz y Bien, de la parroquia San Francisco, integrada por niños y jóvenes que son formados por músicos de Urubichá y Ascensión de Guarayos. Se trabaja en la promoción de la música boliviana, oriental y misional.
El padre Jesús es el menor de seis hermanos, nacido en Santa Teresa de Ávila (España). A los 28 años se ordenó sacerdote. Ha cumplido sus bodas de oro en el apostolado. Dice que ama Bolivia porque tiene su propia magia. Si lo llevaran a la ‘madre patria’, asegura que se escaparía y retornaría a la Chiquitania.

lunes, 30 de enero de 2012

sin inversiones se cae la explotación del gas que depende del tiempo y de los mercados sostiene Carlos Miranda, experto en el ramo que alienta pocas esperanzas


S. E. ante la Cumbre Nacional de Organizaciones Sociales ha expresado: ¿Quépasaría si Argentina y Brasil dejan de comprar gas a Bolivia?  Hace unos meses, ante similar audiencia, hizo la reflexión de no oponerse a labores de exploración.  Indico: “de que vamos a vivir”.  Analicemos ambas declaraciones en un solo contexto.

Es razonable esperar que ninguno de los contratos de exportación seaterminado abruptamente por el comprador.  Pero cualquiera de ellos puede dejar de comprarnos por incumplimientos nuestros, o si lanzamos amenazas políticas que pongan en riesgo el suministro.  En estos casos el comprador optara por conseguir otras fuentes de suministro.

Así Brasil recurrió al LNG.  Argentina está en el mismo camino.

Más aun, desde los inicios, la concepción estratégica del estado brasileño ha sido y es que, el gasoducto servirá para desarrollar el inmenso oeste brasileño.  Con esa mente, y muy a pesar nuestro, PB está instalando dos fábricas de fertilizantes y construirá una termoeléctrica de 600MW (la mitad de toda la capacidad boliviana).  Estos emprendimientos van más allá del 2019, fecha que termina el actual contrato y serán realizados con gas boliviano.

Con esos antecedentes, debemos darnos cuenta que el pedido de otros mercados para efectuar inversiones, es una forma de pedir que se amplíe o suscriba un nuevo contrato con Brasil a partir del 2019.

El caso argentino es diferente.  Ese país es uno de los más gasificados del mundo.  A la fecha su mercado interno consume más de un TCF por año.  Este consumo continuara creciendo estimándose que para el 2026 consumirán 243 MMm3/d.

La exploración en la Argentina es casi inexistente. Existen los recursos, pero descubrirlos y ponerlos en producción tomara mucho más tiempo.

Sintetizando.  Se cumplirán los contratos de compra por parte de Argentina yBrasil siempre y cuando cumplamos nuestros compromisos.  De suceder esto las posibilidades que continúen después del fin de los actuales son muy buenas.

Por tanto, Señor Presidente sus reflexiones y preocupaciones por lasobstrucciones de los pueblos originarios van inclusive mas allá de los actuales contratos.

YPFB ha tomado una iniciativa proactiva interesante.  Anuncia que en febrero una delegación de YPFB hará presentaciones en Houston para lograr nuevos inversionistas en nuestra industria petrolera.  Así podría cumplir los compromisos actuales sin mayores sobresaltos y lograr nuevos con Argentina y Brasil.

Después de nacionalizar Gulf, hace 40 años, YPFB hizo lo mismo. Los resultados fueron excelentes.  Pocos meses después de las presentaciones en Houston, importantes empresas se pusieron literalmente en fila para firmar contratos con YPFB.

En esos tiempos, la delegación viajó con un equipaje liviano, solo la Ley General de Hidrocarburos.

Ahora viajara con un equipaje pesado, conteniendo para mostrar y explicar toda la nueva estructura jurídica del país, incluyendo la justicia comunitaria. Además en el equipaje estará la contradictoria Ley de Hidrocarburos Nº 3058, las innumerables  disposiciones protegiendo a los pueblos originarios y las denuncias de los  millonarios pagos que deben efectuar las empresas privadas, inclusive la denuncia de los pagos que YPFB está conminado a efectuar si desea continuar ciertos trabajos, también estarán las disposiciones para renunciar atodos los convenios de protección a la inversión extranjera porque ya no se acepta el arbitraje internacional.  Estará la Constitución Política que se deberá explicar.  Finalmente, al fondo del equipaje habrá una pieza muy pesada que será la reproducción de todas las declaraciones del gobierno indicando que Bolivia está en un proceso de sepultar al capitalismo.

Creo que no existe un lugar con importantes inversionistas que por el contenido del equipaje encuentren a Bolivia interesante para invertir.

De todas maneras, debemos desearle el mejor de los éxitos a esta nueva misión.  Veremos cómo les va.

viernes, 27 de enero de 2012

osito mier no pierde un humor...ahora se ocupa de la reunión de gabinete y recomendaciones a los flamantes ministros


Pacos y palosOso Mier * ®®  Sonría PLISEscena en Palacio de Gobierno (parece surrealista)
- Buenos días, gabinete.
- (En coro) ¡Buenos días, señor presidente!
- Atención a la lista.¡Alfredo Rada!
- ¡Ausente!
- ¡Sacha Llorenti!
- ¡Ausente!
- ¡Wilfredo Chávez!
- ¿Dónde están los nominados?
- En la cama solar, señor presidente.
- Bronceados los muchachos.
- Quemados, diría señor presidente.
- ¡Carlos Romero!
- ¡Presente, señor presidente!
- ¿Jura usted trabajar en su nuevo despacho y hacer todo lo posible para mantenerse en el cargo por lo menos seis meses?
- Seis meses y mucho más, señor presidente.
- ¿Y qué hará usted para mantenerse sobre ese potro salvaje sin sacarse la cresta?
- Hacer que la Policía sea dignificada por su misión sacrificada.
- ¿Por qué habla en verso?
- Y considero que debe combatir el crimen organizado y no reprimir al pueblo. Se me salió, señor presidente, mi vena poética.
Hacer que nunca más nadie diga paco al policía, adjetivo calificativo que por meter palo al pueblo el pueblo le diga paco.
- Pero si le dicen paco, que les saque la mugre.
- Humildemente creo que hay que terminar con la violencia. La Policía debe reprimir y perseguir delincuentes, nunca debe reprimir al pueblo, señor presidente.
- Sabias palabras, Carlitos. Vamos a cambiar los gases lacrimógenos por globos de agua.
Hasta ahí lo que me soñé. La realidad es que ser ministro de Gobierno es sentarse en una silla eléctrica. Aseguró que el Ministerio de Gobierno será un instrumento garante de los derechos individuales y colectivos en el marco de las normas de convivencia colectiva, establecidas en la Constitución Política del Estado.
En esa línea, manifestó que dará prioridad a la seguridad ciudadana y continuidad a las acciones encaminadas por sus antecesores en favor de la población boliviana.

martes, 24 de enero de 2012

el título lo dice todo. respira Claudio la desilusión propia del montón de bolivianos que votaron por "el cambio" que se fue, no regresa. quedaron pasmados, inertes


Opinión
Mirando de abajo
La Gran Ilusión, la Gran Mentira
Martes,  24  de Enero, 2012
Repaso mis columnas de entonces. Luego de una, Evo presidente, donde hablaba del porqué no, de la necesidad de despojarse de un historial abyecto, del atávico racismo que nos caracteriza, y sin mucha convicción sugerí que valía la pena tratar. No es que fuera la elección de un indio, ya que indios somos todos, al menos los andinos, y la tez oscura y los rasgos nativos ocuparon cargos importantes, presidencia incluida, desde siempre en el país. Solo que lo escondimos, la sangre estaba presente pero vergonzante según. Era la oportunidad de reconocernos, traba mayor que enfrentamos de principio. No fue así.
De inmediato, con la perspicacia de aquel que en aislamiento ha aprendido a desconfiar, supe lo que se venía. Y lo dije, lo ataqué, por seis largos años, perdiendo “amistades” y demás, desmitificando lo obvio: rapacidad, fraude, falsía, usurpación. No perdí nada: peroradores de cantina, profetas de firulete, rebeldes cuya corrupción emulaba y superaba la de los odiados antecesores políticos. Esos abundan, y mejor perderlos que encontrarlos. Arribistas.
Ahora el líder, que prometió una Suiza sudamericana, cosa que ni intentó, discursea ¡por tres horas! acerca de los beneficios que su desastrosa presencia ha traído. La bandeja de logros está vacía. Se ha avanzado en algunos aspectos que la historia marcaba ya como imprescindibles. No ha sido un triunfo personal. Hubo gente que le creyó, que todavía le cree. Humildes vilipendiados de antaño, desde antes de los españoles también que aquello no era paraíso. Se mintió con descaro, se inventaron grandezas, como la supuesta inteligencia del vicepresidente y la talla universal del de arriba. Para ello trabajó el gringuerío idiótico y paternalista, de derecha en el pasado, de izquierda para éste, que vive en continuo tour por tierra y vida de los “pobrecitos”, indicándoles cómo vivir. Otra vez traición.
País de grandilocuentes personajes el nuestro. Y de grandilocuente idiosincrasia. Más fácil mentir que trabajar; más sencillo imaginar, ilusionar, que mostrar hechos concretos. Por eso individuos como Evo Morales pueden darse el lujo de sugerir que se necesita una carretera por el Tipnis para traer el rally Dakar. Inconcebible, inimaginable, como si Bolivia fuese Asnivia. Y no únicamente entre los de abajo, que al no tener nada, anhelan todo, sino asunto generalizado, hasta entre ilustrados. Pueblo que en su incapacidad de crear nada cree todo. Taras o malas costumbres, no lo sé.
Escuchaba pasmado a un buen escritor alegar a favor de la coca-cocainización del país como arma de lucha contra el imperio. ¿En qué era vivimos? O estupidez congénita, o se quiere tapar el despilfarro, el hurto de los nuevos ricos, peores que cualquier derecha porque lo hacen a nombre de los pobres.
Se magnificó el hierro, el gas, el litio. Repaso otra vez los textos que me sirven de descargo para decir que jamás fui parte del exabrupto, y encuentro las sentencias pesadas de que no habría progreso, ni hierro ni gas ni litio. Coca, coca, coca, la ideología del gobierno. Al diablo la teorización sobre los estadios de la lucha por el socialismo, por la inclusión de la “vía boliviana” en los anales de la revolución. Lo que se ha visto y se ve es simple y descarado saqueo. Los llamados indígenas que gobiernan son los mayores enemigos de cualquier cultura ancestral. Se habla del ayllu, de la justicia comunitaria, de sinfín de cosas buenas y malas. Convertir al país en un inmenso cártel va a terminar con ello. El narcotráfico es el mayor globalizador y no dejará resabio de lo antiguo. Adiós los indios, los huayños, pachamama y mamapacha. La cocaína les pasará por encima montada en un hummer. Ellos ¿quiénes? lo saben y lo aprovechan. Se habrá protegido como sus criticados rivales con propiedades y cuentas de banco. Éste ha sido pecado tal que no puede quedar impune si deseamos salvar algo de lo poco que nos queda.

domingo, 22 de enero de 2012

Hace seis años...composición de El Dia, comparando el antes y el ahora de la era evista...la gran promesa de la industria gasífera hoy no hay ni para el Mutún...etc., muy interesante,


Hace seis años, el presidente Morales nos prometió a todos que en poco tiempo más estaríamos viviendo como en Suiza, uno de los países con uno de los mayores índices de bienestar del mundo. A unos días de celebrar el sexto aniversario de su llegada al Palacio Quemado, el primer mandatario les ha pedido a los bolivianos abandonar los lujos y compartir con los pobres. Hace seis años él no tenía en qué movilizarse, hoy tiene un avión de casi 40 millones de dólares. Hace seis años él vestía una chompa a rayas, hoy luce trajes de finísima lana de alpaca importada.

Hace seis años, el vicepresidente García Linera dijo que los socialistas le iban a dar cátedra en el manejo económico a los neoliberales. Hoy, tanto él como todos los miembros del gabinete y el propio Evo Morales, no paran de decir que la economía boliviana está desangrándose por culpa de los subsidios a los combustibles, a lo que debe sumarse también la importación de alimentos que dejaron de producirse dentro del territorio. Hace seis años no había apagones, hoy sí.

Hace seis años Bolivia era la gran promesa de la industria gasífera en América Latina. Todos los países del continente querían una porción de las grandes reservas de nuestro subsuelo. Hoy el presidente no deja de preguntarse “¿qué va a pasar si perdemos los únicos mercados del gas boliviano, Argentina y Brasil?” Hace seis años, la gran bandera del proceso de cambio era “gas para los bolivianos”, pero lo cierto es que no solo peligra el gas de exportación, sino que tampoco alcanza para nuestros propios proyectos, como lo demuestra el triste caso del Mutún.

Hace seis años, los indígenas eran los reyes de este país, eran los privilegiados, los niños mimados, personas a las que se les dotó de un estatus especial, una justicia solo para ellos y curules especiales en el Poder Legislativo. Hoy, los indígenas son “aliados del imperialismo”, avasalladores de campos petroleros, los que se oponen al progreso y que entorpecen la explotación de los recursos naturales. Ellos ahora son opositores y como tales, son perseguidos y apaleados, como todos los otros disidentes que en seis años, han tenido que escapar, refugiarse o callarse.

Hace seis años, en Bolivia existían cerca de 20 mil hectáreas de coca sembradas. Hoy existen más de 32 mil y pese a que el Gobierno insiste en que “coca no es cocaína”, el país ha pasado a ser el principal proveedor de droga de América del Sur, con un potencial de producción del alcaloide seis veces superior al que tenía hace seis años, gracias a las novedosas tecnologías introducidas por mafiosos de los cárteles de Colombia y México que han puesto sus ojos en Bolivia para expandir sus negocios. Ellos seguramente confían en la promesa del Gobierno de que nunca más la DEA volverá a pisar el territorio.

Hace seis años, la gente votó confiada en que, por lo menos, con Evo Morales se iban a acabar los conflictos, los paros y los bloqueos. Un estudio acaba de confirmar que la administración del MAS ha roto todos los récords en materia de conflictos, muchos de ellos estimulados desde el Gobierno, con un saldo de casi 60 muertos en seis años.

Hace seis años, el presidente Morales decía que había llegado al poder para siempre. Hoy apenas tiene un 35 por ciento de aprobación popular, la mitad de lo que tenía cuando empezó y no hace más que rogar que los opositores lo lleven a un revocatorio, como hicieron en el 2008 para salvarlo de una caída.
Hace seis años, el presidente Morales decía que había llegado al poder para siempre. Hoy apenas tiene un 35 por ciento de aprobación popular, la mitad de lo que tenía cuando empezó y no hace más que rogar que los opositores lo lleven a un revocatorio, como hicieron en el 2008 para salvarlo de una caída.

viernes, 20 de enero de 2012

cuando pase la pesadilla, el bodrio, la huachafería increíble, el asesinato de la República y la creación de esta utopía de Estado...Manfredo Kempff


Cuando retorne la memoria a los bolivianos – más tarde o más temprano – nos va a ser muy difícil entender qué sucedió a partir del 2006 y más todavía cuando desde febrero del 2010 se instituyó el Estado Comunitario Plurinacional en reemplazo de la República, una utopía que cambia todo para que no cambie nada, como diría el príncipe de Lampedussa. Será como despertar de un sueño absurdo donde trapecistas y acróbatas – y algunos payasos –, nos gobernaban.
¿En el fondo va a morir la República? ¿Está muerta como afirman los actuales gobernantes? Creemos que no, que la República ha entrado en un forzoso receso a raíz del desbarajuste que trajo la última etapa democrática que concluyó con sangre, impotencia e ineptitud, antes que el MAS ganara el poder de manera aplastante y sin atenuantes, dejando perplejos a todos.
Fue tal la victoria del MAS, tal su propia sorpresa, que se dieron cuenta de que hasta podían llevar a Bolivia de vuelta al Kollasuyo, a falta de no saber qué hacer. Los partidos políticos quedaron tan debilitados, sus jefes tan acosados y desorientados, que nunca, ni en la Revolución de 1952, se habían dejado tantos espacios abiertos, sin resistencia, para ser ocupados por los vencedores. Una muestra fue aquel mamotreto mal hecho, plagado de contradicciones y errores ortográficos, que es la actual Constitución. De ahí, del bodrio cuyo preámbulo es de una huachafería increíble, salió la portentosa idea de asesinar a la República y crear esa utopía de Estado que vivimos y que terminará cuando se vayan sus mentores. Entonces acabará la fanfarria y los feriados lambiscones y de culto a la personalidad.
Vivimos en un Estado racista y excluyente, donde se ensalza al indio a niveles de endiosamiento, se quiere borrar del mapa social al mestizo, pero gobierna el cholo. El cholo no es lo mismo que el mestizo por si acaso, sino que prefiere indianizarse por un sentido oportunista. Para darle sabor al plato picante y sabroso de este Estado Plurinacional, se ha optado por lo folklórico, por el baile y la música andina, por sahumerios de humo, coca y sangre en honor a la tierra, que ya habían dejado de existir si existieron alguna vez; y por la creación de nuevas deidades para establecer un paganismo que pueda contrarrestar a la multitudinaria fe católica del pueblo boliviano. Se crearon nuevos símbolos nacionales, donde se incluyó hasta la flor del patujú. Pero, además S.E. se complace, por ejemplo, de que los nuevos policías hayan estudiado, entre otros, el pensamiento de Bartolina Sisa. ¿No es una exageración? ¿Dónde habrá leído S.E. – o dónde habrá encontrado – las reflexiones de tan ilustrada pensadora?
Lo malo del nuevo régimen es que su pasajero poder lo ha llevado hacia tendencias abusivas y totalitarias. Pero admitimos que no es novedoso en la política nacional. La novedad es que en vez de los controles políticos, de los DOP, DIN, y de otros organismos violentos de seguridad del Estado, el MAS ha impuesto la represión judicial que parece menos torpe aunque es ferozmente persecutoria. Ha llegado el tiempo de los fiscales. Vivimos la era de los fiscales. Los fiscales son la guardia pretoriana del sistema. Pero, ¿y cómo es posible esto? Sencillamente porque el Gobierno controla todos los poderes del Estado, incluyendo, como algo básico, el dominio sobre el Órgano Judicial. Jamás antes la magistratura fue elegida en el Congreso de entre personajes previamente seleccionados por un solo partido político.
Lo que vemos hoy es una aberración democrática, que se festeja en estos días con gran algazara folklórica – baile charango, chicha y coca – donde el Estado Plurinacional disfruta de un manejo sin complejos de los órganos ejecutivo, legislativo, judicial y electoral. Lo precedente no sería aceptable en una República democrática donde la independencia de poderes es el eje de su columna vertebral.
Para colmo parece que el gobierno no tuviera una idea de lo que desea hacer, fuera de su fantasioso y retrógrado propósito de volver al incanato. Las propias bases que le dieron el poder absoluto a S.E. están en graves enfrentamientos por controlar ese poder, pero no para hacer gestión, no para aumentar la producción y mejorar los niveles educativos y de salud, sino para apoderarse del botín que ofrece la coca, el narcotráfico, y el contrabando.
Cuando en su momento leamos y analicemos los acontecimientos actuales con una visión retrospectiva, nos daremos cuenta de cuán cerca se estuvo de la desaparición de nuestra patria. Recién ahí se nos pondrán los pelos en punta al ver lo próximos que hemos estado del abismo. Las manos inexpertas y por tanto irresponsables que hoy empujan a Bolivia darán mucho para que las generaciones que vienen sepan cómo no se debe gobernar un país.
Mientras tanto habrá que insistir en el retorno a la República unitaria que, con muchísimos defectos, jamás llegó a poner a Bolivia en la situación de peligro y desesperanza en que se encuentra hoy.

jueves, 19 de enero de 2012

creyeron tener para siempre sus tres tercios. ahora se les escurre de entre las manos (bajo el penoco)

Cinco parlamentarios indígenas acaban de conformar su propia bancada en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Todos ellos pertenecen al MAS y con esta iniciativa han consolidado su disidencia respecto del Gobierno de Evo Morales, al que, según aseguran, no le permitirán que apruebe ninguna ley que vaya en contra de sus derechos consolidados en la Constitución Política del Estado. La bancada indígena es encabezada por el diputado Pedro Nuni, uno de los impulsores de la marcha de los pueblos de las tierras bajas en contra la destrucción del Tipnis Mientras los dirigentes originarios daban a conocer su noticia, el senador oficialista Isaac Ávalos calificaba como “avasalladores” (sinónimo de loteadores y de invasores) a los indígenas que mantienen una vigilia en las instalaciones YPFB de Río Grande, exigiendo ser consultados sobre la construcción de una planta separadora de gases en un lugar que los guaraníes reclaman como parte de su territorio ancestral. Hay algunos que creen que este Gobierno se está desmoronando y otros todavía le dan mucho tiempo. Lo cierto es que dentro de muy poco, nadie podrá reconocerlo.

lunes, 16 de enero de 2012

Erick Fajardo considera que es "como un iceberg que se desprende, una plataforma de hielo a la deriva sobre las aguas de la insurgencia agotada ante la tolerancia internacional

A nadie se le escapa que el sorpresivo llamado al diálogo de Evo Morales a los partidos políticos y otros sectores no oficialistas – al menos no abiertamente oficialistas – no es sino un desesperado intento de mantener al occidente del país y a la clase política formal al margen del escenario de conflicto de Yapacaní.

Un régimen asediado por sus demonios interiores, busca mantener la Sede de Gobierno aséptica a su crisis y en calma, ofreciendo a su devaluada oposición un escenario político estéril pero de protagonismo revitalizador, bajo condición de portarse bien para asistir a un convite real cuya previsible intención es electoralizar de nuevo la crisis.

Mientras el Gobierno tiene el control, la oposición es formal (radical en la pose para la foto pero siempre asequible a un conveniente acuerdo para que las cosas no pasen de un virulento titular o apertura de diario). Pero siempre hay el riesgo de que el olor a sangre induzca a los domesticados opositores a ceder al instinto de lanzarse sobre el conflictuado Ejecutivo. Para eso el diálogo y la oferta de ir a revocatorio.

Al fin y al cabo “la ropa sucia se lava en casa” y la acumulación de contradicciones en el país es de por sí un polvorín sobre el cual Evo no se puede permitir que hagan chispa tres muertos y 70 heridos, saldo de otra  pulseta de poder doméstica al interior del MAS. Necesita tiempo para apagar el incendio y cauterizar con dádivas a su sector.

Pero Morales duerme con el enemigo. Es un sátrapa rechoncho de las mieles del poder, siempre más dulces a la sazón de la deliberada ignorancia sobre los pormenores del manejo gubernamental de sus adulones, que aprovecharon el éxtasis de saciedad en que deambula el cocalero para desatar su galeón y apartarlo del resto de la flota.

No existe ya oposición en Bolivia, pero las luchas intestinas entre la clientela parasitaria del Ejecutivo y las organizaciones que componían el “instrumento político”, han provocado una fractura con su base social que cada día le significa al gobierno la dimisión y alejamiento de un sector, una organización o una comunidad.

El pleito no es más con una resistencia autonómica proscrita y expatriada, ni los sectores que se resisten son enclaves de la “derecha prefectural”, sino que son comunidades declaradamente masistas que resienten con la misma vehemencia de las clases medias la conculcación de su autonomía y la intervención del estado central para desequilibrar la correlación de fuerzas en la resolución de sus disputas internas.

En esto el entorno palaciego no ha tenido el cuidado de cultivar ni tan siquiera la relación con aquellos que en su momento fueron determinantes para imponer el proceso de cambio tanto en la arena del debate académico como en las calles. Indígenas de tierras bajas, izquierda verde, neosindicalismo de asalariados sociales y ahora hasta municipios en el seno del reducto territorial de la coca se abren del MAS en medio de protestas y violencia.

No hay principio de autoridad y la mística de Evo se cae como maquillaje barato. La presencia de estado y el control del Ejecutivo son una farsa que para sostenerse impone cada vez más caras facturas. Sostener al objetado alcalde oficialista de Yapacaní, un reducto cocalero, supuso un brutal operativo policial que le recordó al país con un baño de sangre, que desde enero de 2007 son balas y palos el lenguaje del poder.

El gobierno de Morales se ha desmarcado de su base social cual iceberg que se desprende del continente; su administración es un castillo de naipes en una plataforma de hielo a la deriva sobre las aguas cada vez más hostiles de la insurgencia interna y la casi agotada tolerancia de la comunidad internacional para con sus resultados electorales siempre contundentes pero extrañamente incapaces de dar gobernabilidad.

viernes, 13 de enero de 2012

Victor Gutiérrez describe la indignación de un pueblo que piensa ya en la forma de salir del atolladero político actual. OPINION de CB.


Los primeros muertos del año 2012 a manos del Gobierno del MAS se producen en estos primeros once días del nuevo año en territorio masista políticamente hablando, dado que Yapacaní se constituía hasta hace poco tiempo atrás en uno de los bolsones de mayor apoyo al partido gobernante y enclavado en el Norte cruceño. El MAS por una vez más apostó por el uso de la fuerza y la brutalidad represiva para acabar con las largas jornadas de protesta protagonizadas por la gran mayoría del pueblo de Yapacaní, que desde el pasado año 2011 ensayó diversos mecanismos de presión social para lograr que el Alcalde masista de Yapacaní renuncie a su cargo, sindicado de haber incurrido en diversos actos de corrupción observados muy rápidamente durante el desarrollo de su gestión. Para el MAS de Evo Morales ante todo había que preservar la presencia del Alcalde masista en el municipio de Yapacaní por la “incondicionalidad” mostrada por dicho Alcalde durante todo este tiempo respecto del máximo responsable del Órgano Ejecutivo. 

En esta línea de acción, el resultado de la represión violenta ordenada en Yapacaní ha sido, según se informa hasta el presente, tres muertos y decenas de heridos, represión que al tenor del ordenamiento legal vigente tiene como a máximos responsables a miembros del Órgano Ejecutivo, en este caso al Ministerio de Gobierno, que dispuso el envío de un contingente masivo de policías hacia Yapacaní a fin de garantizar el retorno legal del Alcalde cuestionado. 

Estos hechos han desatado una indignación enorme en pobladores de Yapacaní que a viva voz dicen ahora que se “arrepienten por haber votado y apostado por el MAS y por Evo Morales” por cuanto las actitudes de ellos son iguales o peores a los regímenes del pasado tan criticados por Evo Morales, pero muy bien imitados por el mismo.

El camino que sigue Evo Morales y su partido político MAS es, sin duda, el camino del desprestigio creciente que se experimenta a diario en el país, en unos casos debido a la ineficiente e ineficaz gestión gubernamental, en otros debido a la tremenda impostura que exhiben en casi la mayoría de sus actos, aspectos que muestran de modo muy elocuente que el pretendido cambio anunciado se quedó tan sólo en el discurso y que ahora tenemos “peor de lo mismo”. 

Hechos y circunstancias que indignan cada día con mayor fuerza a un pueblo impaciente que empieza a pensar en la formas de salir de este atolladero político.

jueves, 12 de enero de 2012

pinceladas precisas las de El Deber, cuando describe el momento actual en Bolivia. un régimen enfrentado a sus contradicciones con corrientes violentas que no consigue dominar

Los cocaleros de La Asunta, de los Yungas paceños, dieron plazo a la Policía, es decir, al Estado boliviano, para que salga de la zona y ponga fin a su propósito de erradicar los cocales ilegales.
En Yapacaní, entretanto, hay un polvorín a punto de estallar debido a las tensiones creadas en la Alcaldía por la proximidad de los cocales instalados en el parque nacional Choré, todos ilegales, y con presencia de narcotraficantes colombianos.
Los cocaleros del Tipnis, a su vez, azuzados por las organizaciones de Chapare, marchan hacia La Paz para exigir al Gobierno la reforma de una ley, la que prohíbe la construcción de la carretera por el parque.
La geografía de tres departamento- La Paz, Santa Cruz y Cochabamba- está sacudida y tensionada por los conflictos que crean los cocaleros ilegales.
Mientras estos hechos perturban al país, el Gobierno nacional sigue poniendo en duda su actitud ante los cocales ilegales y ha hecho que Bolivia quede al margen de la convención de 1961, lo que la pone fuera de los esfuerzos internacionales para luchar contra el narcotráfico.
Las mafias de narcotraficantes se benefician con el incremento de los cultivos de la hoja, porque de esa manera crece la oferta y el precio baja, como está ocurriendo en este momento. Y los cultivos siguen creciendo en todo el país.
La actividad del narcotráfico ha hecho que los países vecinos apliquen de hecho una especie de cuarentena sobre Bolivia, con fronteras cuidadas por el Ejército brasileño, minas antipersonas que el Gobierno chileno decidió no levantar de la frontera, la Fuerza Aérea paraguaya haciendo ejercicios para derribar aviones del narcotráfico boliviano y la Argentina creando nuevos puestos de control en la frontera.
Los ciudadanos bolivianos sufren la consecuencia de la expansión del consumo de la droga, de la abrumadora presencia del dinero del narcotráfico, y también sufren por la violencia que se ha desatado a raíz de esas actividades.
El Gobierno nacional tendría que adoptar una política clara respecto de los cocales ilegales, que son la raíz de esta pesadilla que viven los bolivianos.
Se ha visto que es inútil insistir en el propósito de lograr que la comunidad internacional acepte la despenalización de la coca y estamos comprobando que la hoja se ha convertido en un cáncer que afecta a todo el país.
La opinión pública nacional está pidiendo, como se vio en el gran recibimiento que tuvieron los marchistas del Tipnis en La Paz el 19 de octubre pasado, que quiere proteger los parques nacionales de los invasores cocaleros.
El Gobierno tendría que entender este mensaje tan claro de la ciudadanía nacional. Iniciar procesos a los que atacaron a la Policía en La Asunta, dar un tratamiento flojo al grave problema de Yapacaní, causado por los cocales de Choré, o alentar una marcha que se propone habilitar el Tipnis para los cultivos de coca, son actitudes desleales con el interés de Bolivia porque no son claras y parecen engaños.
El país está esperando que las autoridades resuelvan, con claridad y firmeza, el problema de todos los cocales ilegales.

martes, 10 de enero de 2012

Mario Rueda se refiere a la propuesta de Samuel Doria Medina cuyo texto aún no conocemos relacionada con la Visión de país hacia el Bicentenario de Bolivia

El jefe de Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina, ha puesto en circulación un documento titulado Visión de país. Contiene las bases programáticas que, en criterio de este líder político opositor, permitirían al país festejar el ya próximo Bicentenario de Bolivia con una “reconciliación nacional” que sirva de apertura a la construcción de un “país para todos”. 
En lo económico, plantea la fórmula ‘eco-desarrollista’, tan contrapuesta a ese ‘extractivismo’ tan típico del subdesarrollo. Apoya a sectores empresariales privados que sigan esa ruta, pero también a los ubicados en la economía popular. Todo, dentro de un esquema que dejando atrás la “lucha por modelos económicos” sirva de construcción de una política económica de síntesis, orientada a la consolidación de la “integración intercultural y plurilingüe de la nación boliviana”. 
En lo político, coloca el acento principal en la necesidad de afirmar la democracia, superando el ‘caudillismo’, el fraude electoral y la criminalización de la política, en un marco de respeto absoluto a los derechos humanos. 
¿Catalogación ideológica? Pues socialdemocracia más o menos ubicada en el centro, pero con leves desplazamientos hacia la izquierda o la derecha, conforme al rumbo que marque ese pragmatismo que exigen los tercos hechos y en medio de requiebros al indigenismo y multiculturalismo en boga.
Doria Medina no lo dice, pero, en realidad, su Visión de país es señalamiento de ruta programática hacia la constitución de un frente único de oposición como alternativa al Movimiento Al Socialismo (MAS) para las elecciones de 2014. Las elecciones municipales de Sucre y Quillacollo acreditaron la eficacia de tal fórmula. El MAS, que era la primera mayoría, terminó en ambos lugares derrotado por la unión opositora que patrocinara UN.
Buena, pero incompleta la implícita propuesta en la Visión de país de Doria Medina sobre un frente de unidad nacional para las presidenciales de 2014. Es que, en estos casos, lo metodológico es mucho más complicado que lo programático, espacio este último siempre abierto a coincidencias mínimas que facilitan el acuerdo. En cambio, no es tan fácil elegir al líder del frente para que se convierta en candidato presidencial de toda la oposición. Casi siempre, la negociación al respecto termina en pugilato y desbande, con retorno a la fragmentación. La vía menos costosa, entre nosotros, sería una encuesta nacional cuyos resultados, acreditando qué líder opositor goza de mayor prestigio y aceptación, sea aceptado por todas las cabezas de las parcialidades político-partidarias de la oposición.

lunes, 2 de enero de 2012

Ricardo Paz, se refiere a la falacia del vice García, cuando intriga al pueblo en contra de los campesinos, volverán los k´aras y echarán a la basura al indio por otros 500 años...su nerviosismo lo traiciona


Las encuestas de opinión son el termómetro que muestra la disposición de fuerzas en la sociedad en determinado momento y en una circunstancia particular. Las que miden la aceptación del Presidente suelen ser consideradas indicadores de la favorabilidad del Gobierno, y por consiguiente del estado de salud del proyecto político en desarrollo. Evo Morales ha visto caer sus números a lo largo de los últimos dos años, pero especialmente en 2011, desde un 70% hasta menos del 30% actual. Esta situación, que sólo puede ser calificada de debacle, tiene muy nerviosos a los actuales gobernantes y en especial a los operadores políticos del régimen.
Tanto es así que el Vicepresidente del Estado se despachó hace unos días un discurso que fue reflejado por la prensa de esta manera: “Si fallamos, mis hermanos, si falla nuestro alcalde, si falla nuestro gobernador, si falla nuestro concejal, si falla nuestro Presidente al movimiento campesino, otra vez van a regresar los k’aras y van a botarlo otra vez 500 años al rincón; (los k’aras) van a decir nunca más tiene que haber campesinos, nunca más tiene que haber dirigentes sindicales dirigiendo el Estado, si fallan los hermanos (será para nosotros) otra vez 500 años en silencio y en oscuridad”.
Esta manipulación de la realidad constituye un agravio a la inteligencia de los interlocutores y un peligroso maniqueísmo que nos podría conducir a desgracias mayores. Dividir la sociedad en t’aras y k’aras y atribuirle los males a unos y las virtudes al otro es de un riesgo atroz. Sólo basta recordar el tristemente célebre genocidio de Ruanda.
Se denomina así al intento de exterminio de la población Tutsi por parte del gobierno hegemónico Hutu de Ruanda en 1994. Antes de la independencia del país, sus líderes siempre fueron tutsis, pero desde 1961 hasta 1994, el poder fue asumido por los hutus. Ese fatídico año el entonces primer ministro de Ruanda, Jean Kambanda, dijo que estaba “personalmente a favor de conseguir librarse de todos los tutsis... sin tutsis todos los problemas de Ruanda desaparecerían”. En 1994, las milicias hutus fueron arengadas contra los tutsis por parte de las facciones más extremas. Los mensajes incidían en las diferencias que separaban a ambos “grupos étnicos”. En el momento del inicio de la matanza, la milicia ruandesa estaba compuesta por 30.000 hombres. El genocidio de cerca de 1.000.000 de tutsis fue financiado con el dinero malversado de la ayuda internacional del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. Tal gasto permitió que uno de cada tres varones hutus tuviera un machete nuevo para asesinar.
T’aras contra k’aras, como aquel de los hutus contra tutsis, es un antagonismo potencialmente aciago que nuestros líderes no deberían alimentar.

domingo, 1 de enero de 2012

sin duda alguna Susana Seleme hace honor a todas las damas que analizan el tema político. domina plenamente su campo y es protagonistas del foro nacional con su presencia insoslayable como ahora que toca "años 2011 y 2012"


El que acaba de concluir fue un año de sensibles pérdidas. Una de ellas, la del octogenario Carlos Valverde Barbery, nacido en “La Nación de la Llanura”, título de uno de sus libros, intransigente defensor del Federalismo como sistema de organización político-administrativa, frente al fracaso del castrador sistema unitario andino.
Otra, la de Cayetano Llobet, amigo entrañable desde el exilio mexicano, político, catedrático de la Universidad Autónoma de México, socialista y demócrata, periodista de aguda pluma y feroz crítico a los excesos de cualquier poder político con ínfulas dictatoriales.
La última, la de José Mirtenbaum, amigo cómplice de reflexiones teórico-políticas, judío-aymara, antropólogo, catedrático de la universidad Gabriel René Moreno que abogaba por la democracia radical, como decía Jürgen Habermas: a la izquierda del socialismo –el soviético y otros afines- para la realización democrática del respeto a las diferencias y la igualdad social.
Los recuerdo como homenaje de amistad y porque ellos hubieran aprobado que el año ya concluido, fue un año de arduos combates dialécticos, los de la lucha de contrarios: la tesis, la antítesis, hasta encontrar la síntesis que en Bolivia sigue esquiva. Esa lucha destapó las contradicciones de una democracia quebrantada por el gobierno autoritario del presidente Evo Morales que ejerce al mismo tiempo el poder Ejecutivo, el Legislativo, el Judicial, el Electoral, el poder policial-militar, el poder de los movimientos sociales y el de los cocaleros: él es también el presidente del sindicato de cocaleros del Chapare, en Cochabamba, cuya producción de hoja de coca se destina a la economía política de la cocaína y al narcotráfico.
Este fue uno de los más duros y violentos años de los seis que lleva Morales en el poder, aunque no hubo muertos, pero van más de 60 en total. Los primeros años fueron de una hegemonía indiscutida, a pesar de las fuerzas autonomistas del Oriente, hoy disminuidas por el invento del autodeclarado ‘jacobino’ vicepresidente Álvaro García Linera: las ‘guillotinas’ judiciales. Merced a ellas, los líderes autonomistas y opositores están perseguidos, enjuiciados, encarcelados o exiliados, tras el montaje-complot ‘terrorista-separatista’. El acoso de las guillotinas judiciales como politización de la justicia amenaza con razón o sin ella, a las más diversas autoridades cívicas y de la oposición, electas todas éstas con voto popular mayoritario, al que el oficialismo desconoce sin ruborizarse, y a probos profesionales por ‘el delito’ de haber sido parte de gobiernos neoliberales.
Así lo denuncian diversas voces que toman partido por el respeto a la democracia plural y al Estado de Derecho, como el director de la Agencia de Noticias Fides, el sacerdote José Gramunt S.J. En su criterio, “Estos perseguidores judiciales se parapetan en la memoria de otros agentes judiciales del pasado, venales, prevaricadores y corruptos que deshonraron su profesión… No puede negarse el hecho de que el gobierno actual ha ido ganando experiencia en este vil procedimiento de defenestrar autoridades departamentales y municipales… Es una lástima que en estos días navideños en que todos -no todos- hablan de paz, amor, reconciliación, no podamos evitar que otros siembren odio, revancha, ensañamiento, que son algunas de las ‘acendradas virtudes’ de los actuales gobernantes”. A raíz de ello, cobra fuerza ‘la razón desmitificadora’ frente al “gobierno del cambio hacia el socialismo del siglo XXI”, alejado años luz de la democracia radical, la que está a la izquierda del socialismo violatorio del Estado de Derecho, de los Derechos Humanos y los derechos civiles de las personas.

De la dialéctica

Sin embargo, también por aquello de la contradicción, la sociedad boliviana termina este 2011 con algunas ganancias que apuntan a quebrar el monopolio sociopolítico del presidente Morales. Por sus propios errores ha perdido estratégicas bases sociales, como las indígenas del Oriente, la Amazonía y los Ayllus y Marcas de Occidente que, amparados en el derecho constitucional a la autodeterminación de los pueblos originarios, rechazan la construcción de una carretera en el Territorio del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) que dañará esa cabecera de la cuenca amazónica. Ese rechazo se expresó en la marcha de 66 días, desde el trópico a los Andes, y a mitad de camino fueron ferozmente reprimidos, a pesar de lo cual la marcha llegó a destino: la sede de gobierno. El oficialismo también ha perdido el apoyo de la Central Obrera Boliviana (COB) que se ha desmarcado de las políticas oficiales y, del mismo modo, el sector gremial de la prensa, al que Morales llama su “enemigo principal”: es que no es obsecuente a ‘la voz del amo’.
El declive de Morales no es cuento chino: las cifras son contundentes: hoy lo aprueba un 30-35% de la población, según varias empresas encuestadoras frente al apabullante 70% en 2009. En ese bajo porcentaje de aprobación, el dato digno de tomar en cuenta es el del TIPNIS. No solo por el empecinamiento de Evo Morales de no reconocer la lamentable decisión de reprimir la marcha indígena, sino por insistir en que la fatídica carretera se construya a pesar de que firmó una ley que la anula, hace dos meses. La punta de lanza para tal arremetida contra la mayoritaria demanda social en Bolivia, no en contra de la carretera, sino de que parte en dos ese Parque Nacional, son los manipulables movimientos sociales, bautizados ya como los “antiTIPNIS”.
En este caso, recuerdo a Hanna Arendt cuando apunta que “… casi tan malo es sentirse culpable sin haber hecho nada concreto, como sentirse libre de toda culpa, cuando realmente se es culpable…”. Aquí no hay dudas: el presidente Morales es el responsable de aquella violenta acción por ser la máxima autoridad del Estado. Él creyó que era inmune a cualquier error porque se siente impune como todo autócrata que, como todos ellos, desconoce los insoslayables combates dialécticos del devenir histórico, político, económico y social.
Es cierto que los organismos internacionales alaban el manejo macroeconómico del gobierno, y no sin razón desde ese punto de vista. Pero la macroeconomía no llega al bolsillo de la gente, ni detiene la inflación de precios de la canasta familiar, ni la disminución de alimentos agrícolas y, de suyo, la seguridad alimentaria, antes del gobierno del MAS garantizada. Lo único que salva la microeconómica es la economía política de la cocaína y el narcotráfico. La macroeconomía tampoco frena la menor producción de hidrocarburos; ni la importación de diesel, gasolina y gas; ni la carencia de inversiones privadas, ni la ineficiencia del sector público. Las ínfulas ‘nacionalistas-nacionalizadoras’ no han creado trabajo productivo estable, con salario digno y seguridad social. Las propias instituciones oficiales apuntan a que cerca de 80% de la población económicamente activa se mueve en la ‘informalidad’.
Esperamos que este 2012 sea menos turbulento y represivo, aunque nada presagia que así vaya a ser, conociendo se conoce a Morales y sus hombres. De ahí que seguiremos en el combate dialéctico. Y como parte de ese combate, ojalá que la oposición política que fue unida en Sucre y le ganó al oficialismo la alcaldía de la capital de la República, y ganó también la alcaldía de Quillacollo, la segunda ciudad más importante del departamento de Cochabamba, piense en una plataforma de concertación y unidad nacionales para el electoral año 2013 que se avecina. La unidad o una plataforma política sobre la base de la concertación de fuerzas diferentes, pero demócratas, es decisiva para recuperar la democracia hoy conculcada y construir la democracia radical.
Bolivia y su gente merecen un mejor y feliz 2012, como todos los hombres y mujeres de la tierra. ¡Felicidades!