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jueves, 21 de abril de 2011

juego de palabras. transposición de imágenes. sobrecruce de secuencias. entre la realidad y la ficción. de vivos y muertos nos habla Humberto Vacaflor refiriéndose a la perorata del Vice en Cocha

Recuerdos del presente – Humberto Vacaflor Ganam
Me puse a ver la película “El sexto sentido” en el momento en que el vicepresidente Álvaro García Linera comenzaba una larga conferencia de prensa para explicar cómo es que la COB, sirviente de la derecha, del neoliberalismo y del imperialismo norteamericano, fue derrotada en el último conflicto.
Tuve que hacer zapping, como le llaman, entre dos canales. Aprovechaba los momentos –muy largos momentos- de confusas divagaciones ideológicas del segundo hombre del país para ver a Bruce Willis en uno de los mejores papeles que ha desempeñado.
También aprovechaba los minutos largos en que el vicepresidente insultaba a Pedro Montes y Jaime Solares con una extenuante cantidad de adjetivos para pasar al otro canal y apreciar cómo una idea buena puede ser llevada al cine, contando con tan buenos actores.
La trama de la película era tan intensa que terminé sin volver al canal oficial hasta que llegó el sorprendente final del drama.
Impresionado por lo que acababa de ver en lo que antes se llamaba el séptimo arte, volví al canal de la perorata (¿habrá una palabra en castellano para decir “kaikeada”?) del vicepresidente, que seguía hablando.
En el último instante de la película, Bruce Willis descubre que estaba muerto, bien muerto, muerto para toda la vida, y había dejado a una hermosa mujer en calidad de viuda prematura.
En el otro canal, el vicepresidente estaba diciendo que, en vista de la traición de los trabajadores afiliados a la COB, es decir pertenecientes a sectores legales de la economía, el gobierno había decidido convocar a los otros sectores a defender el proceso, la revolución, el cambio y al hermano Evo.
Bruce Willis había entendido en el final del drama que si su mujer no le hablaba no era porque estaba enojada –como a veces ocurre-, sino simplemente porque él estaba muerto, y que sólo era un fantasma que se comunicaba con un niño, como otros fantasmas.
En el canal aburrido, el vicepresidente decía que el proceso de cambio sigue tan vigoroso como antes y que las traiciones de los trabajadores no afectarán su avance arrollador. Llamaba a la movilización permanente a todos los que quieren el proceso de cambio.
Mi confusión creció cuando me enteré de que el gobierno del cambio había decidido hacer un cambio menor y anunciaba que las nacionalizaciones de cuatro minas que estaba preparando para el 1 de mayo ya no serían ejecutadas. Los trabajadores de esas minas, todos miembros de la COB, habían dicho que no gracias, que de nacionalizaciones no querían ni oír.
Pero mayor fue todavía la confusión cuando el gobierno del cambio, de la dignidad nacional y todo eso, anunciaba que estaba a punto de firmar un acuerdo por el cual la DEA iba a volver a  ayudar en la lucha contra el narcotráfico.
Tan intenso fue el momento frente al televisor que al final no supe si fue Bruce Willis o el vicepresidente el que estaba muerto y no se había enterado.  O si todo el proceso de cambio era un cadáver.
Son los riesgos que trae el control remoto.

martes, 19 de abril de 2011

los alimentos subieron en un 18.5% y el aumento salarial producirá mayor demanda que hará girar la espiral inflacionaria. de regreso al fantasma de la inflación. el final de todo.

El Gobierno ha estado cruzando los dedos para que la zafra cañera resulte mejor de lo esperado y hasta se adelantó a anunciar que este año habrá suficiente azúcar para abastecer el mercado interno. Desde los ingenios acaban de informar que la molienda se retrasará casi un mes porque la sequía ha afectado severamente a los cañaverales y es casi seguro que se repita la historia de escasez, largas filas e importación de azúcar vía aérea. Inmediatamente, la ministra de Desarrollo Rural, Nemesia Achacollo, anunció que durante el 2011 se mantendrá el veto a las exportaciones, pese a que el presidente Morales había prometido lo contrario.

Con el maíz, un producto clave del que dependen los precios de muchos comestibles como el pollo y la carne de res, la situación podría resultar peor todavía. De acuerdo a los cálculos, el déficit en la producción de maíz podría superar las 250 mil toneladas, cifra que si bien es inferior a la que se registró el año pasado, no alcanzará para frenar la escalada inflacionaria de esta cadena alimenticia, cuyo indicador más claro es el quintal de maíz que no baja de los cien bolivianos y que ha colocado el kilo de pollo a 18, más del doble de lo que se pagaba hace un año.

Cientos de funcionarios de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), están recorriendo los campos de cultivo de Santa Cruz para hacer compras masivas de todo lo que puedan acopiar. Prometen precios superiores a los del mercado aunque los productores desconfían, pues el pago es a largo plazo y los descuentos les dejan la sensación de que todo es un “cuento del tío”. Más o menos como la promesa de convertir a Emapa en una institución promotora de la expansión agrícola o como aquellos créditos con cero intereses de los que habló el presidente Morales.

El Gobierno tal vez pensó que con algunas arengas y más promesas incumplidas se iba a cambiar la historia de la producción de alimentos en el país, atacada sin piedad durante los cinco últimos años por una política suicida. Los resultados de semejante acto de barbarie económica, se han registrado en febrero de 2011, con la mayor caída de las exportaciones no tradicionales (soya y derivados principalmente) de los últimos cuatro años, lo que equivale a 60 millones de dólares menos que el 2010 y 92 millones por debajo del 2008.

Lo que ocurre ahora con el gran temor del Gobierno a incrementar los salarios más allá del 10 por ciento, responde al hecho de haberle visto la cara al monstruo que él mismo engendró. Los precios de los alimentos en Bolivia han subido un 18,5 por ciento en los últimos doce meses y obviamente, las consecuencias podrían ser aún más nefastas con un aumento salarial que naturalmente producirá un incremento de la demanda. Lo más triste de todo es que ni siquiera hay suficiente comida en el país para abastecer los requerimientos actuales.

El ministro de Economía, Luis Arce Catacora, acaba de afirmar que la inflación es buena para frenar el contrabando, insólita declaración que deja bien claro cuál es el fantasma al que le teme el Gobierno. No se trata de las manifestaciones de la COB ni los bloqueos, pues de eso sabe mucho este régimen, que ha demostrado suficiente talento para reprimir y abalanzarse contra las barricadas de los trabajadores. 

Ojalá que las virtudes de la inflación de las que habla el ministro tengan eco en la población, de lo contrario, la gente comenzará a preocuparse por lo que ya vaticinó el vicepresidente García Linera, es decir el fantasmagórico periodo de la UDP.
 
Lo que ocurre ahora con el gran temor del Gobierno a incrementar los salarios más allá del 10 por ciento, responde al hecho de haberle visto la cara al monstruo que él mismo engendró. Los precios de los alimentos en Bolivia han subido un 18,5% en los últimos doce meses y obviamente, las consecuencias podrían ser aún más nefastas con un aumento salarial que naturalmente producirá un incremento de la demanda. (El Dia. SC.Bolivia)

sábado, 16 de abril de 2011

ocurrente es Humberto Vacaflor, lleno de imaginación y fantasía. será cierto que Evo estuvo buscando una salida por la frontera hacia Paraguay o Argentina quizá...con todo su texto da para pensar en Semana Santa!



Yo había propuesto como el mejor desenlace de la crisis creada por el gobierno del presidente Evo Morales, la salida de Yunguyo. Que el presidente siga la huella de Melgarejo, el dictador iletrado que huyó perseguido por furiosos paceños, hasta alcanzar el territorio peruano.

Pero los dioses propusieron en los últimos días una salida diferente. El presidente estaba en Yacuiba y decidió visitar Pocitos, a metros de la frontera. Fue cuando los bolivianos que no lo quieren más como presidente le cerraron el paso de regreso a Yacuiba y cerraron también la carretera hacia el aeropuerto. En ese instante, por unos pocos minutos, el presidente tuvo como única salida pedir refugio en Argentina. Pero algún descuido cometieron los bloqueadores, que el presidente pudo llegar a su avión. Tuvo que escapar de Yacuiba, casi tan de prisa como en febrero había escapado de Oruro, o como cuando salió de manera subrepticia del partido de fútbol en La Paz, o como cuando desistió a visitar Cochabamba, etcétera.

En el aeropuerto de Yacuiba, a bordo del lujoso avión, las alternativas no eran muchas. En ese momento estaban en huelga los trabajadores de AASANA y el millonario avión presidencial no podía acercarse a ningún aeropuerto de la troncal. El presidente tuvo que quedarse en territorio tarijeño, donde no es bienvenido. Debió resignarse a hacer visitas furtivas a diferentes lugares del departamento. Hizo de presidente clandestino y visitó, en esas funciones, San Lorenzo y Padcaya. Ningún presidente había llegado a esos lugares tan de madrugada, entre gallos y media noche. Tuvo que entregar obras ajenas, todas construidas por otro refugiado, éste en Paraguay, que huyó de la justicia de propiedad del presidente.

O sea que a Yunguyo se suma la salida por Pocitos. Quizá algún día, en nuestra agitada historia, se la use.

Mientras tanto, de veras, y en serio, ¿cuál es el desenlace previsible para este momento? Muchos bolivianos están haciendo esa pregunta.

En los últimos días reaparecieron algunas figuras de la política boliviana. Tres de ellos habían sido vicepresidentes antes de llegar a ser presidentes. Dos de ellos heredaron el cargo, uno por razones de duelo y otro por renuncia, y haciéndose el quedadizo.

Habían pasado de ser el “sindicato de delincuentes confesos” a ser los asesores del presidente Morales y conformar, todos ellos, el “consejo consultivo” con vista al mar. No pidieron al presidente que se disculpe por aquel agravio.

Lo que permite a los bolivianos pensar que por qué no, el desenlace podría ser cualquiera de ellos. El consejo consultivo podría ser la semilla del gobierno de transición que sea necesario. Uno nunca sabe.

Además de ese detalle burocrático, de quién sería el sucesor, el problema mayor será el de la economía, como se puede observar por el hecho de que es ella la que está a punto de despedir a Morales.

La Bolivia ilegal está provocando un aumento de los precios que la Bolivia legal no puede pagar. De nada sirve que el INE ponga paños de agua fría a las cifras de la inflación.

En el cáncer de la economía ilegal habrá quedado huérfano. Habrá que ocuparse de ese huérfano.

Los bolivianos tendrían que aprender la lección. Hay que tener cuidado cuando se elige un presidente.

sábado, 9 de abril de 2011

Paz Estenssoro. la revolución de abril. la detención del controvertido Faustino (tinino) Rico Toro y su prisión en la cárcel San Pedro



Victor Paz Estenssoro se colocó en la historia como el estadista más destacado de Bolivia. Cuatro veces presidente de la República fue el autor junto con Juan Lechín Oquendo y Hernán Siles Zuazo de la Revolución de Abril, conocida también como la Revolución Nacional que logró nacionalizar las minas, la reforma agraria y el voto universal. Cuando han pasado 6 decenios de aquel acontecimiento existen hechos comprobables que la Revolución de Abril cambió muchas cosas en Bolivia. Primero echó al llamado "superpoder de los barones del estano" caracterizados empresarios que hicieron de la industria minera la más grande América del Sur. Simón Patiño, Mauricio Hoschild, y Carlos Aramayo propietaron la industria que logró grandes exportaciones especialmente a los países industrializados que producían las armas de las dos grandes guerras mundiales y otras menores, especialmente en el rubro de la metal mecánica. Las minas lograron un reconocido desarrollo y algunas se convirtieron en modelos de la empresa moderna, aunque descuidaron el desarrollo social lo que creó un anticuerpo origen y justificación de las expropiaiciones. La Nacionalización sin embargo, a no largo tiempo mostró sus incrongruensias. Burocracia, demagogia (el control obrero fue una abierta intromisión en cuestiones ténicas y administrativas) corrupción (se suscribieron contratos leoninos sólo para favorecer a los contratantes) y especialmente los precios cayeron en la bolsa internacional y la explotación se convirtió en insostenible. La Reforma Agraria al no ser implementada con la apertura de suficientes mercados para absorver la producción y una carencia de tecnología para exportar por ejemplo determinaron la aparición del minifundio y nuevos problemas socio rurales que algunos políticos manejaron en provecho propio. Sin embargo logros como el voto universal y la incorporación de la masa campesina a la vida ciudadana no se pueden ignorar y son el sustento de la participación popular y el ascenso del campesinado. Así la fecha 9 de abril, y su líder Paz Estenssoro son parte consustancial de la historia de Bolivia.




Faustino Rico Toro ha sido detenido en Cochabamba. Tema que no podemos soslayar porque el ex-coronel fue acusado de haber derribado el helicóptero que conducía a Barrientos con una ametralladora de aviación proporcionada por el general León Kolle Cueto por el entonces ministro de Asuntos Campesinos y dirigente campesino Jorge Soliz Román en el mes de octubre de 1969 en el restaurant Bristol de La Paz, ante la presencia de algunos campesinos de Arque (pág. 229 del libro de Tomás Molina "Barrientos. Accidente o atentado?". Rico Toro participó y fue juzgado y condenado a prisión en los EEUU habiendo permanecido allí 18 meses por delitos de tráfico de drogas. Finalmente fue acusado y juzgado por haber intervenido en la desaparición de Marcelo Quiroga el 17 de julio de 1980 durante el golpe de García Meza. Blindado por sus poderosas relaciones militares y sociales Rico Toro gozó de libertad y se paseaba muy suelto de cuerpo en la ciudad de Cochabamba hasta que fue encarcelado hace sólo unas horas en el penal de San Pedro. Al parecer jueces y fiscales procedieron a la detención bajo el mayor sigilo para evitar que Rico Toro saliera airoso como en otras ocasiones. Varias de sus víctimas habrán sentido satisfacción porque finalmente cae uno de los militares más controvertidos del pasado y que permanecía impune ante el paso del tiempo.

viernes, 1 de abril de 2011

Estremadoiro con pinceladas precisas pinta al régimen gobernante de pachamamismo y democracia de plazuela. precioso

Si me preguntasen de rasgos notorios del régimen de Evo Morales, diría que varios. Dos de ellos son el pachamamismo y la democracia de plazuela.
Tomemos el primero. Lo ponderable de un esfuerzo para que los bolivianos se reconcilien con la pollera o el tipoy de sus ancestros, en este Gobierno se volvió ojeriza étnica. Como no se pueden cortar las venas y separar lo amerindio de lo europeo, africano o asiático, se enemistó a la mayoría con la mitad de su sangre o de su cultura, mestizas ambas.
Hipócritamente endiosan a la Pachamama, política buena para protagonistas de ritos que evocan a filmes de antaño, pero mala para preservar la naturaleza. Que lo digan los parques nacionales invadidos por cocaleros, coludidos a madereros depredadores por la maldita tala y quema de monte. Dice Pablo Stefanoni, ningún neoliberal por cierto, el pachamamismo es una “neolengua” (que) “puede ampliar hasta el infinito el hiato entre el discurso y la realidad…, debilitando las energías transformadoras de la sociedad.”
La democracia de plazuela se manifiesta en el concubinato de la montonera –“los movimientos sociales” en el léxico del régimen- y el caudillismo. Endiosados los gremios en cuanto fueran obsecuentes al gobierno, se trata de recuperar sus favores con talegazos y concesiones, después de perder su veleidosa lealtad al afectar su barriga con el gasolinazo seguido del “reculazo”. La plazuela se mudó al Parlamento, donde la mayoría oficialista cumple el voto consigna como peón obediente. Evo es endiosado como el nuevo Pachacuti, sin que su gestión tenga los logros del noveno Inca, pero mucho blablá populista.
El pachamamismo y la democracia de plazuela son válidos para reflexionar sobre el nuevo fracaso de la diplomacia boliviana de los últimos años.
Fue pachamamismo nombrar un Canciller de la tierra de los Ponchos Rojos, sabio en cosmovisión andina dicen los obsecuentes, como si el sexo entre las piedras tuviese algo que ver con el Tratado de Ancón. ¿Hay relación entre la doctrina aymara del “vivir bien”, con la geopolítica de Brasil y su urgencia de llegar a mercados asiáticos por la cintura sudamericana? Dan para carcajadas en las tenidas diplomáticas.    
El Presidente es experto en la arenga sindical, acompañada de ocurrencias que rebasarán a las que un cronista chapaco citara sobre Melgarejo. Destapar cañerías con el líquido negro del imperialismo –como algún aquejado de la eruptiva juvenil revolucionaria llamara a una popular bebida. ¿No relacionó el consumo de pollos con la calvicie y la preferencia sexual? Una última es “el que no levanta la mano izquierda empuñada es pro-yanqui”. 
Con ese rasgo de carácter, en su gobierno dio para preguntarse si el Presidente no era el Canciller.  Su ocurrencia “le meto nomás y que los abogados arreglen los entuertos”, pareció haberse aplicado a las relaciones con Chile. Empezó con un golpe de timón: Cambiar el enfoque multilateral en el reclamo de acceso soberano al mar, a la estrategia del arrumaco bilateral.
Como en un partido de fútbol, multitudinarios suspiros surgían viendo a los capitanes Evo y Michelle intercambiando banderines de retórica; la multitud profirió un ¡oh! cuando el número 10 del equipo fue vitoreado en el estadio de Santiago; los bolivianos casi meten un gol con la jugada de incluir el tema del mar en la “agenda de 13 puntos”: Pero de casi nadie muere. Pasados los 90 minutos de la Bachelet ni siquiera se lograron compensaciones devengadas por el agua de manantiales de Silala. El corredor con soberanía al norte de Arica sigue blindado por la Constitución de Chile que prohíbe ceder un milímetro de su territorio; cerrado con candado de Santiago y llave guardada en Lima desde 1929; vetado por la mayoría de los chilenos y en especial de los ariqueños. 
El indicio de la frustración boliviana vino con el Canciller boliviano sugiriendo terciar en el diferendo marítimo de Chile y Perú en la Corte Internacional de La Haya. Cómo no, si parte de ese mar territorial tendría que ser boliviano si se concediese un corredor al norte de Arica. La reacción chilena fue una vacuna que sosegó a Choquehuanca en el estéril diálogo bilateral, en abierta confrontación con el Vicepresidente. Poco importa que fuera parte del cisma entre “culitos blancos” del segundo y “culitos cobrizos” que podría representar el primero, dentro el Gobierno de Evo Morales.
Lo que es claro es que la retoma del enfoque multilateral para el retorno al mar se ha realizado en el más rancio estilo de la diplomacia de plazuela. Por un lado, el Canciller insistía en el diálogo. Por otro, el Mandatario aseguraba al diario chileno más momio no contemplar acudir a organismos internacionales para lograr la aspiración marítima y días después aseveraba lo contrario. Aplaudía su Vicepresidente, diciendo que se tomaría el tiempo necesario para sustentar la demanda ante un tribunal internacional.   
¿Adónde llegará Bolivia con llevar la reivindicación marítima a los tribunales internacionales? A poco o nada. En el mejor caso, a una declaración favorable, como aquella de la OEA en La Paz, cuando el gobierno democrático que la obtuvo se cayó con un golpe de estado. En el peor, a otra sacada del poto a la jeringa, como la resolución de la Sociedad de las Naciones en 1921, que esquivó el meollo del problema por eso del respeto a los tratados. Daría a Chile asidero para dejar las cosas como están por otro siglo de lamentos cada 23 de Marzo.

 
www.winstonestremadoiro.com  
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