Quintana, antítesis del discurso original del MAS

Ayer, el Ministro Quintana, ha emitido calificativos que rayan en la irracionalidad, el exceso y la maldad en contra de los ciudadanos bolivianos que nos oponemos a que el Dakar se realice en Bolivia.

He evitado referirme a esta competencia internacional por considerar que hacerlo es tan banal como ella misma y por catalogarla simplemente desproporcionada a la realidad boliviana: una competencia que le ha costado al pueblo al menos 4 millones de dólares solo en esta versión, cifra que, en una lógica de simple economía, genera y con razón, rechazo de muchos bolivianos que advierten que en el país están pendientes muchos asuntos de vital importancia como salud, educación, seguridad, vivienda y servicios básicos. Estoy segura que si fuéramos un país rico, el Dakar no generaría la roncha que provoca y las protestas se limitarían a ambientalistas; pero no, el rechazo hoy en Bolivia viene de parte de ecologistas, de profesionales, amas de casa y demás ciudadanos de a pie que consideran un exceso que el gobierno encabece un evento de costosa factura protagonizado por un grupo de élite apasionado por “los fierros”.

La autoridad de gobierno nos ha llamado mentirosos, hipócritas, de doble moral, ha dicho que somos impresentables moralmente y políticamente, que representamos el indecoro político, que estamos pagados, que somos exfuncionarios de Usaid, de la Embajada norteamericana, que somos  peones políticos que durante décadas actuamos así en el país, que somos unos señoritos que nos oponemos a que siga aumentando la autoestima de los bolivianos con eventos internacionales como el Dakar.

Quintana considera que el Dakar infla el orgullo nacional y que los que nos oponemos a esta carrera somos enemigos del orgullo nacional. Que actuamos de esa forma porque respondemos a nuestros patrones gringos, y finalmente, nos ha clasificado dentro del cártel de la mentira, un cártel que ahora tendría alcance internacional.
Debo admitir que repetir las declaraciones de Quintana me provoca dolor de estómago (literal) y una tremenda impotencia de decirle en la cara lo que pienso de él; por supuesto, más allá de sus declaraciones sobre el Dakar, quisiera recordarle su triste relación con hechos de luto y dolor que han tenido lugar durante los últimos diez años de historia y que hacen que Quintana, con seguridad, sea el ser menos moral para hablar de moral, orgullo nacional y autoestima.
Quintana presenta rasgos psicóticos que lo convierten en un sujeto de cuidado. Su intolerancia y maldad son la antítesis del proyecto original  del MAS, pero irónicamente, se ha convertido en el hombre más fuerte del régimen.
Señor Quintana, me declaro una opositora al Dakar, no de ahora, de siempre. No estoy de acuerdo en gastar ni un solo centavo en eventos como este cuando mujeres del pueblo van a dar a luz a sus bebés en condiciones infrahumanas, cuando nuestros bachilleres no saben la tabla de multiplicar ni quién es su Gobernador, cuando los maestros no enseñan mejor porque no se les paga mejor ni se les enseña mejor. No acepto financiar el Dakar ni distraernos en él cuando vivimos en un país con necesidad de agua, de anestesia y camas de hospital, de bancos, pizarras y tizas, de seguridad…de certidumbre sobre el futuro.

La mujer que trabajó conmigo durante algunos años, una mujer paceña de pollera, de ese pueblo al que ustedes dicen escuchar, se está muriendo con cáncer uterino porque no tiene 3.000 bolivianos cada 28 días para pagar su tratamiento. ¡No sabemos qué hacer como seguro no sabe qué hacer la mayoría de mujeres que padecen este mal que es la principal causa de muerte en Bolivia. ¿Y usted se atreve a insultarnos por oponernos a una carrera de motos y autos?

Si hay bolivianos que gozan al ver pasar un automóvil está bien; si hay gente que decide no trabajar para ir a ver este espectáculo; si hay periodistas y medios que consideran que el Dakar es más importante que la salud de las mujeres y los hombres de este país, si el Presidente Evo quiere conocer a cada uno de los corredores está bien…perfecto, pero no me diga que no sé de orgullo nacional ni de autoestima, no me diga que soy opositora, no me diga que soy mentirosa ni falsa, ni pagada por alguien…no sea insolente con el pueblo que usted gobierna.
Si hay gente que se orina de la emoción con 10 motores encendidos, lo respeto; pero déjeme decirle que yo me hago pis de dolor al ver que mujeres como Salomé se mueren porque en este país es más importante hablar del Dakar que de salud.

Triste pues vivir estos tiempos señor Quintana, triste tolerar a gente que no ve más allá de sus placeres y demás debilidades, pero no me venga a decir lo que se le antoja.

Usted se merece respeto como persona, pues yo también me merezco respeto. Trabajo, aporto, pago impuestos y trato de educar en principios a mis hijos para que sean ciudadanos de bien y trabajen por su país, y por ello no merezco el trato que usted me da simplemente porque me opongo al Dakar !Por favor!

Cordura, tolerancia, inteligencia y respeto le hacen harta falta a su gobierno, no deje que los resultados del 21F y las cada vez más claras muestras de rechazo a la gestión Morales, nublen su visión; no se desespere; calma Quintana, calma le ruego, no sea la antítesis del discurso original.