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sábado, 26 de marzo de 2011
Karem Aráuz trata como "elogio a la paciencia" la perseverancia del pueblo de Bolivia en materia de la mediterraneidad. "cuán jodidas están las cosas" el mar siempre útil para gobiernos en apuros
A Evo Morales Ayma USAID le está colmando la paciencia. La prensa hace más de cinco años que le colma la paciencia. La Iglesia, los gringos, ahora los europeos también. Su posición referida a Libia sobre la resolución de las Naciones Unidas para la Invasión como él mismo la denominó, no ha tenido el impacto mundial esperado y menos acá en casa donde a nadie le importa lo que piense sobre eso. La COB, la Universidad, los maestros, los transportistas y varios otros sectores, le han subido la bilirrubina. La maldita DEA -que se pasa de viva y a control remoto anda fisgoneando con paciencia de la verdadera-, le hace pisar el palito al célebre General que no tiene quién lo salve, excede su paciencia. El tema aparentemente pasa por el material de arrastre que esa caída está provocando.Por si fuera poco, pobre, la ONU pide que en Bolivia se erradique no la coca ¡sino la tortura! Que se observen estrictamente la presunción de inocencia, el debido proceso y juicio justo para todos los procesados, incluyendo los casos de corrupción.Y bueno, era sabido que -raro aymara- la paciencia presidencial tiene un umbral bastante bajo.Como dice el refrán, cuando siempre se ha sido martillo, de pronto ser yunque debe ser muy complicado.Quién sabe va llegando el tiempo de decirle a SE qué cosas son las que colman la paciencia. Deberíamos empezar hoy por avisarle, que no necesitamos ser muy avispados para darnos cuenta que de su paralogizante amenaza a Chile de acudir a tribunales internacionales exigiendo se nos devuelva el mar, aún haciendo hincapié en la cultura del diálogo, da una medida de cuán jodidas están las cosas para el Gobierno. Y este nuevo anuncio de juicio, como los cientos que se dan en el país, es debido a que los pleitos endógenos ya no alcanzan para mantener la masa quieta. Y el tema del mar es un as bajo la manga, siempre útil pues no hay boliviano que sea indiferente al tema.Los hay que no entienden cómo se hace para exigir que se revierta el resultado de una guerra perdida, porque si fuera fácil, vamos por el Chaco y vamos por el Acre. Ya que estamos en éstas, tirémosle con todo.Pero los hay para los que el mar azul para Bolivia está grabado en piedra. Esta decisión, que como todos sabemos no obedece a una política de Estado, sino de un simple y pasajero gobierno, no impresionará. El problema es que nos tienen mareados entre fiscales, jueces, pleitos, juicios y más procesos. Es casi una patología oficialista. Y como todas las patologías maniáticas, terminan por aburrir, por impacientar a los demás. La pérdida de paciencia de SE en el día del mar, aparentemente tuvo tres disparadores a simple vista: el frenazo en sentido que el Estado chileno no dialoga por fecha sino por objetivos; la gran colaboración de la Policía chilena a la DEA en el tema de tránsito de la merca de Sanabria y por último, la empatía entre Piñera y Obama, quien se fue para Chile sin consideración a nuestros sentimientos de marzo.La paciencia se acaba cuando, pasada la euforia, salen los traductores a aclarar que se confundió el tono del anuncio, que éste fortalece la continuidad del diálogo y que acá no pasa nada. No se dialoga previa amenaza. La realidad es que Evo Morales le metió una palanca al rodamiento del diálogo. Podría haber sido interesante, si pensado, obedeciese a un período de reflexión y consulta con experimentados en la materia. No es degradante recurrir a expertos cuando se deben tomar decisiones de tanto impacto. Aun no siendo masistas, tenemos conocedores del centenario tema del mar. Hay un Armando Loayza, un Manfredo Kempff, un Guillermo Bedregal, entre algunos otros, que podrían haber aportado con análisis y opiniones muy valiosas. La soberbia es mala consejera y las decisiones tomadas sólo al calor de una posición política partidaria, no es lo que Bolivia merece en este profundo tema que no abandona nunca el imaginario colectivo. Si fuese el resultado de una decisión sesuda de abandonar la bilateralidad y retomar la multilateralidad, otra sería la reacción. El problema es que no se sospecha cuál es la política, ni la estrategia. El pensamiento sobre política internacional está rozando el esoterismo. Si estaba en sus planes preparar demandas internacionales, debió manejarse con carácter reservado, pues no es pecado tener planes alternativos siempre que sean consistentes. Son detalles como éste los que colman la paciencia y no precisamente la de SE.Deseo fervientemente creer que ésta no ha sido nada más que una movida tendiente a desviar la atención de este pueblo sobre las diversas angustias ciudadanas. De ser así, la factura puede ser imposible de pagar en el futuro. Y eso lo deberían tener en cuenta. La paciencia es una virtud que todos pueden perder eventualmente. O es chicha Presidente, o es limonada.
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