Emmanuel Macron, tercer round
Emmanuel Macron (Amiens, 21.12.1977) es el más joven de los jefes de Estado de Francia desde Napoleón Bonaparte. Como Napoleón, Macron ha leído a Maquiavelo y sabe que el poder se adquiere –además de la audacia y la astucia– “con las fuerzas ajenas y la suerte”. Dos ejemplos de ‘fuerzas ajenas’ coincidentes con la suerte de Macron son, primero, los cinco millones de musulmanes franceses que le votaron por miedo al ideario xenófobo y antiislamista de Marine Le Pen, y, segundo, el manifiesto de los 25 premios Nobel franceses en contra del programa del Frente Nacional. El electorado no votó a Macron; votó contra el extremismo de derecha e izquierda.
Macron es fruto de una Europa malherida por el terrorismo y desbordada por la inmigración ilegal, la crisis económica globalizada, el descrédito de sus instituciones políticas, los escándalos financieros, la confusión espiritual y el desaliento social. Esta situación favoreció a Macron. Las maquiavélicas ‘fuerzas ajenas’ serían, en este caso, el Frente Nacional, de Marine Le Pen, y la coalición Francia Insumisa, del izquierdista Jean-Luc Mélenchon, movimientos proteccionistas, antieuropeístas y antidemocráticos. Por otra parte, la conservadora UMP (Unión por un Movimiento Popular), dividida en facciones irreconciliables (Sarkozy, Fillon, Bayrou y Juppé) y un Partido Socialista desmoralizado y a la deriva, le allanaron el camino hacia la victoria del 7 de mayo. Macron ganó el primer round, gracias a su buena estrella.
El segundo round comenzó el pasado lunes 15, con la designación del primer ministro Edouard Philippe (Rouen, 28.11.1970) y prosiguió en estos días con la presentación del gabinete, un conglomerado heterogéneo de políticos jóvenes que solo suscita dudas y esperanzas. Maquiavelo decía que cuando un líder consigue el poder, amparado solo por su buena suerte, empiezan sus problemas; peor aún si carece del apoyo de un partido organizado que respalde sus decisiones. La designación de Philippe agitó las aguas de La República en Marcha, porque Philippe no pertenece al partido de Macron. Philippe es un político brillante y ambicioso.
Estudió –como Macron– en la prestigiosa Escuela Nacional de la Administración (ENA) y militó en el PS para recalar en la conservadora UMP. Sus mentores fueron jerarcas de la vieja política: Michel Rocard, Jacques Attali y Alain Juppé. Es posible que, a espaldas de su partido, Macron le haya nombrado ‘premier’ para reafirmar la confianza de la banca, atraer el voto conservador en las próximas e importantísimas elecciones parlamentarias del 11 de junio y, de paso, relanzar las relaciones francoalemanas. El flamante premier francés es europeísta, estudió en Alemania y tiene grandes dotes diplomáticas, sin pertenecer a la carrera. El tercer round se verificará dentro de tres semanas. Bonne chance, Monsieur le Président. //Madrid, 19.05.2017.
Macron es fruto de una Europa malherida por el terrorismo y desbordada por la inmigración ilegal, la crisis económica globalizada, el descrédito de sus instituciones políticas, los escándalos financieros, la confusión espiritual y el desaliento social. Esta situación favoreció a Macron. Las maquiavélicas ‘fuerzas ajenas’ serían, en este caso, el Frente Nacional, de Marine Le Pen, y la coalición Francia Insumisa, del izquierdista Jean-Luc Mélenchon, movimientos proteccionistas, antieuropeístas y antidemocráticos. Por otra parte, la conservadora UMP (Unión por un Movimiento Popular), dividida en facciones irreconciliables (Sarkozy, Fillon, Bayrou y Juppé) y un Partido Socialista desmoralizado y a la deriva, le allanaron el camino hacia la victoria del 7 de mayo. Macron ganó el primer round, gracias a su buena estrella.
El segundo round comenzó el pasado lunes 15, con la designación del primer ministro Edouard Philippe (Rouen, 28.11.1970) y prosiguió en estos días con la presentación del gabinete, un conglomerado heterogéneo de políticos jóvenes que solo suscita dudas y esperanzas. Maquiavelo decía que cuando un líder consigue el poder, amparado solo por su buena suerte, empiezan sus problemas; peor aún si carece del apoyo de un partido organizado que respalde sus decisiones. La designación de Philippe agitó las aguas de La República en Marcha, porque Philippe no pertenece al partido de Macron. Philippe es un político brillante y ambicioso.
Estudió –como Macron– en la prestigiosa Escuela Nacional de la Administración (ENA) y militó en el PS para recalar en la conservadora UMP. Sus mentores fueron jerarcas de la vieja política: Michel Rocard, Jacques Attali y Alain Juppé. Es posible que, a espaldas de su partido, Macron le haya nombrado ‘premier’ para reafirmar la confianza de la banca, atraer el voto conservador en las próximas e importantísimas elecciones parlamentarias del 11 de junio y, de paso, relanzar las relaciones francoalemanas. El flamante premier francés es europeísta, estudió en Alemania y tiene grandes dotes diplomáticas, sin pertenecer a la carrera. El tercer round se verificará dentro de tres semanas. Bonne chance, Monsieur le Président. //Madrid, 19.05.2017.
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