DILMA AYUDA A EVO Y EVO AYUDA A CRISTINA
LA COLUMNA CONFINADA POR EL MAZISMO
Recuerdos del presente
LA COLUMNA CONFINADA POR EL MAZISMO
Recuerdos del presente
Mercosur electoral
Humberto Vacaflor Ganam
Unas semanas antes de las elecciones del 12 de octubre llegó de Brasil un cheque por 434 millones de dólares, que fue recibido con mucha publicidad y más algarabía por el gobierno de Evo Morales.
Se supone que el monto compensaba a Bolivia por los líquidos contenidos en el gas natural enviado entre 2008 y 2013.
Ahora, el Tribunal de Cuentas de Brasil pregunta quién ordenó ese pago, si fue alguna autoridad de Petrobrás o alguien ajeno a esa empresa.
Para no caer en el pecado más común en el periodismo: irse por las ramas, aquí hay que decir que quien ordenó el pago fue, por supuesto, Marco Aurelio García, secretario privado de la presidente Dilma Rouseff.
Este señor García es el militante más fanático de habla portuguesa de la corriente del socialismo el siglo XXI creada por Hugo Chávez.
Pero en Brasil se han dado 120 días para descubrir quién dio la orden del pago, porque hay que dar la impresión de que nadie lo sabe.
Es decir que el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) de Brasil desea hacer una larga investigación para encontrar al señor García. Son las formalidades de la política.
También desea saber por qué el pago fue hecho unas semanas antes de las elecciones bolivianas, ayudando (como si hubiera hecho falta) a la campaña del MAS. Otra pregunta ingenua.
Pero en este juego, algunas veces recibes y otras veces tienes que dar.
Eso había pasado unas semanas antes con Bolivia, que debió acceder a pagar 1.045 millones de dólares a la empresa Pan American Energy (PAE) de los hermanos argentinos Bulgheroni que prometen invertir esa plata en exploración.
Esta vez el aporte era de Bolivia a Argentina, del MAS al kirchnerismo. Todo sea por la causa del socialismo del siglo XXI.
En Bolivia no se ha iniciado, ni se iniciará jamás, una investigación sobre cómo es que el país aceptó pagar esos 1.045 millones de dólares a una empresa argentina. Si hubo o no alguna mano ajena es algo que nadie se pregunta. No hay en Bolivia un equivalente al TCU de Brasil. Si ni siquiera hay una Contraloría…
Se podrá decir que el Mercosur no funciona, que es un proyecto de integración frenado o fracasado, pero no se debe olvidar que en su seno hay estas movidas ideológicas muy activas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario