¿Le han contado de los bellos caballos que ha regalado el Gobierno al Ejército? Millones en cerca de 100 pura sangre que el Gobierno entregó a sus mimados. En cuanto supieron que Papá Noel venía para ellos, fue tanta la alegría de los militares que asaltaron a mano armada el Club Hípico. Se les antojó, con veterinarios y todo, para su flamante juguete.
Nuestros militares no pueden asegurar ni una sola de nuestras fronteras y no tienen otro servicio que prestar al país. Son un carísimo lujo nacional. Son adorno. Y por si fuera poco, el regalo de su misma existencia, el Gobierno vive pendiente de ellos y los llena de dádivas y favores. Ahora les ha preparado otro lujo, otro adorno. Ha traído unos hermosos caballos pura sangre que han costado como si supieran ingeniería.
Hay presos que llevan años esperando sentencia porque nos faltan jueces. Faltan jueces, pero tenemos un ejército de adorno que se come la tajada del león del presupuesto. No hay camas en los hospitales, ni hay remedios en sus farmacias, ni hay médicos ni enfermeras. Pero sí hay caballos importados para que jueguen nuestros militares.
Hay maestros, pero no tenemos técnicos que diseñen una educación de calidad que convierta a nuestros jóvenes en brillantes bachilleres. Es que el dinero se nos va en un ejército y en caballos de lujo. No tenemos ni una cárcel decente ni hay quién rehabilite a nuestros presos, ni quién los gobierne y organice, ni quién les enseñe un oficio. Pero hay dinero de sobra para mantener un ejército de adorno y para llenarlo de regalos.
Hay dinero para una inmensa recua de caballos criados en cunas de seda, como hay dinero para construir en La Paz un monumento al ego, de casi 30 pisos. Claro. Hay prioridades. No son iguales todas las necesidades. En nuestras casas puede ser lo primero el pan, pero en el país hay cosas más importantes. ¿Usted qué opina? ¿No cree que sea urgente revisar la claridad política, la visión patriótica, la profundidad revolucionaria de nuestros gobernantes? No nos dijeron en campaña electoral que los pura sangre están antes que el dolor, que la justicia, antes que la educación, que las esperanzas, que las oportunidades, que la seguridad de nuestra gente.
Es verdad que se han hecho algunos cambios. Es verdad que han tomado algunas decisiones importantes. Lo que ahora nos preguntamos es ¡qué hubieran podido hacer si tuvieran la película clara! ¡Cuánto habríamos avanzado si tuvieran las prioridades bien establecidas!
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