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jueves, 2 de julio de 2015

para Alvaro Puente Calvo la inoperancia e irresponsabilidad del Servicio de Caminos o como quiera que se llame es una "Asociación para delinquir" por ni fiscales, ni jueces, ni policías cumplen la Ley y dejan desprotegidas a las familias que transitan por los caminos de Bolivia.

Hace algunas semanas nos estremeció la noticia. Una familia volvía de un pueblo de Comarapa a El Torno y cayó por un barranco. Murieron los dos padres y sobrevivieron tres hijos pequeños. Los protegió una buena persona. Él los abrigó y los arropó. Él pidió auxilio y estuvo a su lado hasta que los recogieron.

Tres niños perdieron en un camino lo más valioso que tenían. Para que crecieran por dentro y por fuera, para que se hicieran personas plenas, Dios los puso en un hogar que se les fue por el barranco. Quedaron sin seguridad ni apoyo, sin estímulo, sin calor, sin compañía, sin guía. Lo perdieron todo y sin remedio. Cuenta el testigo que todo sucedió porque cayeron en un bache y el auto quedó sin frenos que los detuviera antes del precipicio. Dios los puso en un hogar, pero la carretera abandonada mató a sus padres y los dejó a ellos en la soledad. Toda esa carretera es un solo paisaje lunar, un campo de batalla, una cadena interminable de cráteres con las fauces abiertas para devorarnos. El auto de la pareja quedó sin frenos, cómo pudo romper la dirección o saltar por los aires. Esa ruleta rusa se llevó dos vidas, se llevó la infancia de los niños y la mitad de su felicidad.

Aunque no lo parezca, hay una empresa encargada del cuidado de las carreteras, lo que no hace nunca. Todavía no se les ha ocurrido cumplir su misión y sus carreteras son un arma cargada que se dispara y mata. ¿Cuántos puntaejes, cuántos amortiguadores, cuántas personas, cuántos pernos no revientan? Por su culpa se van millones en reparaciones y en repuestos. Pero más graves son las miles de muertes absurdas que nunca debieran llegar. Y la empresa depende de un ministro, tan irresponsable como ellos, que les permite dormir. Y el ministro tiene un presidente que hace la vista gorda, ocupado en cosas más importantes que las muertes de máquinas y de gente.

¿Ha sabido usted de algún fiscal que se haya ocupado de investigar este crimen? Están ahí a la vista los culpables y sus cómplices y nadie mueve un dedo. Ni el defensor del pueblo exige sanción. ¿Qué pasa? ¿Puede permitirse una irresponsabilidad que en sí misma es criminal? Ya debían habernos anunciado un juicio por asesinato y cien mil más por cien mil intentos fallidos de asesinato. Juicio por incumplimiento reincidente a perpetuidad de deberes, juicios por desfalco y por despilfarro, juicio por asociación para delinquir. Lo que no puede quedar impune es que se exponga a 10 millones de ciudadanos a la muerte con el arma letal de las carreteras

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