Los bolivianos seguimos gastando a manos llenas en eventos multitudinarios como el de Tiquipaya, sin que sepamos a ciencia cierta qué beneficios le reportarán a Bolivia, que no sea agradecidos comentarios que cientos de invitados esparcirán en sus países sobre la generosidad del Gobierno nacional. Lo otro ya es beneficio neto para S.E., porque Tiquipaya ha sido una plataforma muy bien montada para promover su candidatura a la Presidencia para el 2019, y no sabemos si después.
El secretario general de la ONU es un viejo conocido en Cochabamba. Ya comió pique macho y sillpancho y da la impresión de que se divierte mucho en Bolivia y que le gusta la compañía de S.E. Eso está bien porque ningún mandatario boliviano ha podido palmearse tanto con un jefe de la ONU. Los otros visitantes ilustres, Maduro y Correa, eran fichas fijas en el tablero de Tiquipaya y cumplieron con su rol histriónico. Mientras que el canciller francés, Laurent Fabius, socialista serio, estuvo parco ante el bullanguero marco de personas que lo único que pedían era la re-re-reelección de S.E.
Lo que no deja de llamarnos la atención es la desubicación de nuestro país en el espectro internacional. Luego de 10 años, ya sería hora de que los internacionalistas del MAS miren más allá de la aldea. No es posible que mientras Bolivia no tiene interés en lo que es el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), nos sorprenda Maduro hablando del ALBA. Si ya nos habíamos olvidado de qué era el ALBA. Que venga Maduro a decir que el ALBA tiene que estar unido para la Cumbre Climática de París, conmueve. Y decir que dentro de 10 años el modelo “socialista-comunitario” estará en el firmamento mundial, conmueve más aún.
¿Por qué no pensar en lo importante que será el TPP? ¿Cuál es el afán de incrustarnos en el Caribe, tan hermoso pero tan lejano? Claro, seguimos con el discurso antiimperialista y así no iremos a ningún lado. Nos quedaremos junto a Venezuela, que este año tendrá un decrecimiento del 10% y una inflación del 200% y no al lado de México, Perú y Chile, vecinos del mar que tanto reclamamos, porque en el TPP está EEUU y S.E. aborrece a los gringos. Cuando se anunciaba que un alto funcionario del Departamento de Estado vendría para tratar de enderezar las malas relaciones con EEUU, resulta que Bolivia no responde y todo queda en nada. Y de paso S.E. dice que EEUU va a financiar a la oposición para el No en el referéndum. ¿Cómo entender este desatino?
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