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sábado, 3 de octubre de 2015

en realidad el tema es más propio de la Historia, aunque lo tratamos aquí entre conterturios porque el autor Gunnar Zapata con acierto puntualiza aspectos dignos de tomarse en cuenta si acaso se consigue entrar en diálogo con Chile a propósito de nuestra Reivindicación Marítima.

La problemática del mar está arraigada como una de las pasiones más íntimas del corazón de cada boliviano. Al ser una pasión es comparable al fútbol (pasión de multitudes) y no faltaron quienes utilizaron metáforas, al referirse al veredicto de la Corte Internacional de Justicia sobre el recurso de incompetencia presentado por Chile, como si fuera un partido de fútbol. “Hemos ganado por goleada: 14 a 2”. Al Ries y Jack Trout señalaron que la mente del ser humano reduce la complejidad de su entorno, a una idea general que se posiciona en su mente, de allí emerge el título de su libro “Posicionamiento”. 
Con las disculpas del caso, el planteamiento de la problemática abordada en La Haya es totalmente diferente a cuestiones de fútbol. El fútbol admite individualidades, en el equipo jurista boliviano no debe existir individualidades, de ninguna naturaleza, puesto que cada uno cumple las funciones que debe cumplir. Si de deportes se trata, lo compararía con el ajedrez porque el mejor jugador es quien se anticipa a las jugadas de su rival. Usualmente, Bolivia se quejaba continuamente de no tener acceso al mar y de la injusticia del famoso tratado de “Paz y Amistad” de 1904. Chile intuyó equivocadamente que este tema estaría en controversia en La Haya. Bolivia, inteligentemente, expuso la carencia de voluntad manifestada por “La Moneda” para un diálogo sincero sobre una salida soberana al Pacífico, no por deseo boliviano, sino por compromisos diplomáticos de Chile en 1920, 1923, 1926, 1950, 1961, 1975 y 1983
El dominio de la historia es indispensable para resolver casos de justicia. Lo demostró Carlos Mesa en su participación en el programa “El Informante” de la Televisión Nacional de Chile. La misma historia señala que somos los mismos bolivianos quienes perjudicamos nuestro desarrollo. En 1838, mientras Chile hacía presidente a Manuel Bulnes, vencedor de la batalla del Yungay, Andrés de Santa Cruz era derrocado del gobierno, por su vicepresidente José Miguel de Velasco – a quien se le dedicó un monumento en Santa Cruz. En 1979, en La Paz, la Organización de Estados Americanos (OEA) otorgó al tema marítimo, una cualidad de asunto multilateral, Alberto Natush Busch encabezó un golpe de Estado al gobierno de Walter Guevara Arze, poniendo a fojas cero, lo avanzado

Lo peor que podría pasar es “atomizar el equipo conformado por el presidente Morales y el canciller Choquehuanca, bajo la representatividad de Eduardo Rodríguez”. No es tiempo para hacer política con el tema marítimo, ni tampoco medir popularidades de personas para proyectarlas como candidatos. Es tiempo de trabajar juntos bajo un mismo norte: “Lograr un diálogo sincero y definitivo con Chile para tener un acceso soberano al océano Pacífico”.

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