Los que no quieren bajar del árbol manejan la ley, los recursos estatales y los datos estadísticos, como les da la gana, ¡se le mete, nomás!; y aquellos que quieren trepar a él, se atizan palos de ciego (entre ellos) como si jugaran a la gallinita ciega o al juego de la piñata. Los que no quieren bajar del árbol acusan a la Iglesia católica de ser un “rival político del Gobierno”, “de hacer política de oposición”, “de estar camino de convertirse en un partido político”. Para los teólogos masistas, existe un “sindicato católico local” (opositor al Gobierno) y otro “sindicato católico extranjero” (el del papa Francisco) que apoya al Gobierno. Se ve que los ministros no leen L’Osservatore Romano, excepto la ministra Dávila, exredactora del diario católico Presencia.
¿La Iglesia católica es ‘rival político’ del Gobierno porque afirma que este comete abusos y viola las leyes? A través de la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB), la Iglesia dijo: “Es evidente que se usan recursos del Estado con una clara intencionalidad electoralista”. ¿Acaso no es así? En el audio hecho público por el candidato a senador Mario Orellana, del MSM, el candidato presidente dice: “En Santa Cruz, no se imaginan cómo ha crecido [el MAS] y ahora aquí quiero decirles mi secreto: cuando se presentó la G-77 yo dije a un grupo de compañeras y algunos ministros: “¡Carajo, esta es la mejor campaña!” [Página Siete, 01.09.14].
Hoy sabemos que Mario Orellana está preso [La Razón, 29.08.14], pero seguimos sin saber cuánto costó “la mejor campaña del MAS en Santa Cruz”, o sea, la Cumbre del G-77 + China. Como colofón, Mónica Choque, esposa de Orellana, declaró a Erbol: “Sabíamos que después de haber difundido esta grabación, el MAS iba a tomar represalia. Así es la política. Mario solo dijo la verdad y ese fue su delito. Ahora lo tratan como [si fuera] un delincuente” [La Razón, idem]. ¿De veras, así es la política? En el Estado Plurinacional parece que sí, pero la Iglesia católica de Bolivia nos enseña, como lo ha hecho en otras épocas, que la política no debería ser así.
Además, “el propio presidente admite que viola la ley al hacer proselitismo [en plazos prohibidos por ley] y dice que pagará la multa por ello”. Desde Potosí, el periodista Juan José Toro Montoya le ha recordado al presidente que no se trata de pagar la multa, sino de dar ejemplo. [La Prensa, 29.08.14]. ¿Dónde está el cambio
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