Y como él puede… lo hizo ¡y seguramente lo va a seguir haciendo! ¡Ah…, claro!, usted no está obligado a saber a lo que me refiero.
Recomienzo: hace unos días, el presidente Evo Morales ‘reveló’ que desvió “parte de la cooperación que Venezuela y China hicieron al país para beneficiar a cooperativas mineras”. Según él, su Gobierno “fue el que más beneficios otorgó al sector de los cooperativistas mineros”. Bueno, eso ya lo sabíamos. Primero, y antes que nada, les dio el Ministerio de Minería; ese fue el costo por el cooperativista muerto en Sucre tras la renuncia de Carlos Mesa que precipitó la llegada del Dr. Eduardo Rodríguez Veltzé como presidente, tras la crisis que dejó fuera de la sucesión constitucional a Hormando Vaca Díez y a Mario Cossío.
A decir del presidente, desvió “una buena parte”, es decir, no hablamos de poco dinero y que en este Gobierno “se hizo lo que ningún Gobierno había hecho por las cooperativas mineras; se compraron “sedes”, se “hicieron construcciones”, les dieron vehículos, “volquetas” (100) y ambulancias. Y ahí vino la queja: esas ambulancias las usaron para trasladar dinamita en las protestas violentas que dejaron cinco mineros muertos y un viceministro cruelmente asesinado.
El adagio jurídico dice: “A confesión de partes, relevo de pruebas”. Pues bien, si a algún parlamentario o, por ahí, al contralor (¿lo hay?) se le ocurriera actuar conforme a la ley, debiera preguntarse al presidente: ¿dónde y en qué parte de la ley –o en cuál– se autoriza al primer mandatario ‘desviar’ (palabra dicha por él) dinero que un Estado dona al nuestro para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos?
Lo hecho y dicho por el presidente no es poca cosa, una autoridad no puede disponer de los bienes que ingresan al Estado en condición de donación para ‘arreglar’ sus acuerdos políticos (o adormecer sus problemas) con empresarios privados; al fin de cuentas, los cooperativistas son empresarios privados bajo otra regulación, pero privados al fin.
‘Alguien’ debiera pedir al presidente una explicación, primero de qué ley le permitió disponer de la plata del país como si fuera su caja chica; qué decreto lo respaldó y dónde se publicó. Además de eso, se necesita conocer a cuánto ascienden las donaciones en dinero, las condiciones de los créditos por casi 200 millones de bolivianos y cuántas minas operan los cooperativistas (las legales y las que están al margen de la ley).
Alguien debiera hacer su tarea (así parecería que este es un Estado de verdad)
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