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sábado, 17 de septiembre de 2011

tres trampas del masismo. 1. censo del 2000. 2. terror como intimidación. 3. apoderarse de banderolas como la ecologista, pachamamista con hipocresía


Trampas al electorado

Mauricio Aira

La maravillosa maestra de la historia que domina el tiempo y el espacio va descubriendo al menos tres de las muchas trampas que el MAS tendió al electorado boliviano para hacerse de una victoria contundente el 2005 y las sucesivas “repeticiones” con que abruma a la población nacional.
Todo empezó cuando en el censo del 2000 los “cerebros grises” que preparaban el experimento masista desde laboratorios mediáticos y estadísticos, hizo desaparecer la palabra “mestizo”. Nadie en Bolivia debería considerarse tal. Tan solo habitan dos clases la minoría blanca y la gran mayoría indígena originaria, por tanto de ahí en adelante el planteamiento político tendría que obedecer a “la nueva realidad” Y qué pasó con ese robusto mestizaje próximo al 50% de la población?
La segunda realidad. “No fuimos invitados a la fundación de Bolivia” por tanto esa historia de la Republica no existe, es una invención de oligarcas y neoliberales. Nuestro indiscutible líder que proviene de cuna humilde fundará un nuevo estado con prescindencia de lo cholo y lo mestizo. Para abundar más, todo ha sido malhecho, las leyes no sirven, la enseñanza tampoco, lo único bueno, por aquel momento eran “las fuerzas armadas” formadas por los indios, indígenas y originarios.
Dominar por el terror. Anécdota. 2008 por las calles céntricas de Cochabamba, un miércoles cualquiera, atruendo de cohetes y raquetes, cientos de activistas prendiendo mechas y llenando de ruido ensordecedor el ambiente, aparte del fétido olor a pólvora. “Qué sucede aquí”, un profesor universitario me respondió: “los muchachos tienen la consigna de asustar a los reaccionarios que no obedecen al masismo” todo estaba planificado con el fin de causar el parálisis de la oposición que por aquella época se agrupaba en la Media Luna. El terror como método de acción política previo al evismo, con el evismo, siempre. Antes para atemorizar al elector. “votamos por EM porque nos habíamos cansado del barullo que provocaban” en verdad la ciudadanía sufria de un ataque de nervios eran tanta la trifulca de paros, bloqueos, huelgas, marchas que quiso decir ¡Basta ya!
Se apoderó además de todas las banderas. La nacionalizadora, la ecologista, de lucha contra la pobreza, anti oligárquica, antichilena, antiimperialista y de explotación de los recursos naturales, por la industrialización de la hoja de coca, por la agroindustria planificada y provechosa. En verdad no quedaba banderola, pancarta libre, todos los estandartes con el MAS al mismo tiempo que le ponía otra trampa al neoliberalismo que estaba en lo suyo “Bolivia es un país inmensamente rico, la riqueza gasífera da para convertirla en un emporio, hay que nacionalizarla” Dicho y hecho tomado el poder, un Primero de Mayo, despliegue armado y despliegue mediático, tomaron las empresas, quitaron los letreros y empezó un proceso que logró en un primer momento capturar simpatías, luego vendrían los desencantos. Hoy nomás nos enteramos que Bolivia no podrá instalar la siderurgia porque no hay gas, no podrá cumplir con Cuiabá porque no hay gas, apenas cubre la exportación pactada Buenos Aires en volúmenes cada vez menores. Pronto conoceremos las sanciones por incumplimiento de contrato.
En cuanto a la bandera ecológica su demagogia ha sido tan grande que llegó a obtener una declaración de la Asamblea de la ONU “el día de la Madre Tierra” y convocó a la Cumbre Mundial de Tiquipaya, ya para entonces ignoró una mesa por las restricciones a la libre explotación de los recursos carburíferos, y de protección a las reservas naturales y de preservación planificada del medioambiente. Por estos días estamos observando el total desconocimiento de sus propias resoluciones con la violación del TIPNIS, donde pretende destruir el Parque Nacional Isiboro Sécure permitiendo el asentamiento de productores de hojas de coca, ante el empobrecimiento de sus propias plantaciones en el Chapare Tropical.
Descubriendo el rostro verdadero de un conjunto de izquierdistas y pachamamistas que en nombre de los pueblos quéchua aymaras se tomó el poder blandiendo “la hoja de coca” como su herramienta política, suscribió pactos de sangre con los regímenes de Castro en Cuba y Chávez en Venezuela para retener el poder por tiempo indefinido, traducidos en ayuda incondicional en inteligencia, seguridad, militar y policial, represión y en un primer tiempo con los petrodólares que inundaron las área rurales, los cuarteles y las dirigencias campesinas.
Sorprendido por la capacidad de buena lectura de la juventud boliviana y de sus profesionales, percibo una resistencia creciente dentro de los cánones políticos tradicionales y fuera de ellos, que trasunta de los medios, las redes sociales, las organizaciones espontáneas que van surgiendo como en la sede Gobierno hace 24 horas, en “cada una de las mil esquinas de la ciudad”. Esta resistencia se prepara para ejecutar el verdadero cambio y la retoma para arrancar con la “fundación de la Segunda República” corregir las aberraciones y enrumbar a Bolivia por la justa sendera de la Libertad y la Democracia verdadera.

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