La socióloga mexicana Raquel Gutiérrez Aguilar, ex integrante de la organización terrorista EGTK y ex esposa del actual vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, fue obligada a abandonar el vuelo AM33 de Aeroméxico, luego que las autoridades norteamericanas negaran la entrada del avión al espacio aéreo de Estados Unidos.
Gutiérrez había abordado el vuelo en la ciudad de México con destino a Barcelona, donde realizaría una conexión a Roma de Alitalia. Su destino final era Toscana, donde tenía previsto “reunirse con amigosy compañeros para compartir con ellos experiencias de luchas en América Latina”.
Según Vivirmexico.com, “cuando su avión estaba por entrar al espacio aéreo norteamericano, el capitán de la aeronave avisó que éste había sido cerrado y debían volver a la ciudad de México, deteniéndose en el aeropuerto de Monterrey para cargar combustible”.
“Al tocar suelo mexicano -pasada la 01:00 horas del 21 de julio- una de las azafatas le pidió que le mostrara una identificación. Tras confirmar su nombre, la sobrecargo le pidió tomara sus cosas y la acompañara a la puerta del avión, separándola del resto de los pasajeros”, dice la revista digital.
A la salida, policías federales y funcionarios de Aeroméxico la esperaban y le pidieron identificarse nuevamente. Cuando Gutiérrez pidió una explicación de lo que estaba ocurriendo le contestaron que el gobierno de Estados Unidos había negado el paso al avión porque ella iba en él. Tras su fallido viaje, la socióloga pasó la noche en el lujoso hotel Marriot Courtyard.
Estados Unidos impide la entrada en su territorio de miembros actuales o ex integrantes de organizaciones terroristas, incluidos en un listado elaborado por el FBI.
Raquel Gutiérrez Aguilar fue detenida en Bolivia en 1992, bajo cargos de alzamiento armado en plena democracia, como integrante del Ejército Guerrillero Túpac Katari (EGTK), del que también formaba parte su marido, Álvaro García Linera. Ambos fueron liberados en 1997 por un tecnicismo legal (retardación de justicia), sin que mediara una declaratoria de inocencia.
El EGTK perpetró numerosas acciones delictivas, como el robo de la nómina salarial de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) en Cochabamba, por un valor cercano al medio millón de dólares, además de sabotajes contra torres de alta tensión y otros objetivos civiles.
En los últimos años, Raquel Gutiérrez se ha vuelto crítica con el rumbo de los gobiernos del socialismo del siglo XXI, incluyendo el de Bolivia, señalando que “los movimientos sociales ganaron pero perdieron”, ya que estos regímenes han eliminado la autonomía de las organizaciones populares mediante mecanismos de cooptación económica.
notishots@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario