Pacos y palosOso Mier * ®® Sonría PLISEscena en Palacio de Gobierno (parece surrealista)
- Buenos días, gabinete.
- (En coro) ¡Buenos días, señor presidente!
- Atención a la lista.¡Alfredo Rada!
- ¡Ausente!
- ¡Sacha Llorenti!
- ¡Ausente!
- ¡Wilfredo Chávez!
- ¿Dónde están los nominados?
- En la cama solar, señor presidente.
- Bronceados los muchachos.
- Quemados, diría señor presidente.
- ¡Carlos Romero!
- ¡Presente, señor presidente!
- ¿Jura usted trabajar en su nuevo despacho y hacer todo lo posible para mantenerse en el cargo por lo menos seis meses?
- Seis meses y mucho más, señor presidente.
- ¿Y qué hará usted para mantenerse sobre ese potro salvaje sin sacarse la cresta?
- Hacer que la Policía sea dignificada por su misión sacrificada.
- ¿Por qué habla en verso?
- Y considero que debe combatir el crimen organizado y no reprimir al pueblo. Se me salió, señor presidente, mi vena poética.
Hacer que nunca más nadie diga paco al policía, adjetivo calificativo que por meter palo al pueblo el pueblo le diga paco.
- Pero si le dicen paco, que les saque la mugre.
- Humildemente creo que hay que terminar con la violencia. La Policía debe reprimir y perseguir delincuentes, nunca debe reprimir al pueblo, señor presidente.
- Sabias palabras, Carlitos. Vamos a cambiar los gases lacrimógenos por globos de agua.
Hasta ahí lo que me soñé. La realidad es que ser ministro de Gobierno es sentarse en una silla eléctrica. Aseguró que el Ministerio de Gobierno será un instrumento garante de los derechos individuales y colectivos en el marco de las normas de convivencia colectiva, establecidas en la Constitución Política del Estado.
En esa línea, manifestó que dará prioridad a la seguridad ciudadana y continuidad a las acciones encaminadas por sus antecesores en favor de la población boliviana.
- (En coro) ¡Buenos días, señor presidente!
- Atención a la lista.¡Alfredo Rada!
- ¡Ausente!
- ¡Sacha Llorenti!
- ¡Ausente!
- ¡Wilfredo Chávez!
- ¿Dónde están los nominados?
- En la cama solar, señor presidente.
- Bronceados los muchachos.
- Quemados, diría señor presidente.
- ¡Carlos Romero!
- ¡Presente, señor presidente!
- ¿Jura usted trabajar en su nuevo despacho y hacer todo lo posible para mantenerse en el cargo por lo menos seis meses?
- Seis meses y mucho más, señor presidente.
- ¿Y qué hará usted para mantenerse sobre ese potro salvaje sin sacarse la cresta?
- Hacer que la Policía sea dignificada por su misión sacrificada.
- ¿Por qué habla en verso?
- Y considero que debe combatir el crimen organizado y no reprimir al pueblo. Se me salió, señor presidente, mi vena poética.
Hacer que nunca más nadie diga paco al policía, adjetivo calificativo que por meter palo al pueblo el pueblo le diga paco.
- Pero si le dicen paco, que les saque la mugre.
- Humildemente creo que hay que terminar con la violencia. La Policía debe reprimir y perseguir delincuentes, nunca debe reprimir al pueblo, señor presidente.
- Sabias palabras, Carlitos. Vamos a cambiar los gases lacrimógenos por globos de agua.
Hasta ahí lo que me soñé. La realidad es que ser ministro de Gobierno es sentarse en una silla eléctrica. Aseguró que el Ministerio de Gobierno será un instrumento garante de los derechos individuales y colectivos en el marco de las normas de convivencia colectiva, establecidas en la Constitución Política del Estado.
En esa línea, manifestó que dará prioridad a la seguridad ciudadana y continuidad a las acciones encaminadas por sus antecesores en favor de la población boliviana.
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