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lunes, 29 de febrero de 2016

según el correcto razonar de Edgar Penaranda las mentiras suman y siguen. nos "retiraremos del Gobierno, Alvaro a sus libros, yo al Chapare"fue la decisión de aquella noche del 21F, a las pocas horas "seguiremos en la batalla" contra la oposición, claro, contra la ciudadanía y entre estas contradicciones del poder, la desconfianza y el hastío del pueblo llegando ya a sus extremos. basta de mentiras, basta de enganos habría que replicar.

Evo y Álvaro dijeron que no acudirían a un tercer mandato, el que el país vive hoy, y faltaron a la verdad. Evo y Álvaro dijeron después que no pedirían un cuarto mandato, y otra vez faltaron a la verdad. Dijeron que respetarán el resultado del referéndum, pero me temo que ahora harán lo mismo, violar su compromiso y hacer una nueva movida, más desesperada, para mantenerse en el poder. En su mente no está solo mejorar las condiciones de vida de los bolivianos y ayudar al país a progresar como repiten machaconamente. No. En su mente está también no dejar el poder, acumular más de él, eternizarse en él. 

En un escenario de una victoria tan ajustada, de no haber sido por unos cuantos de esos factores, el Sí hubiera vencido. Veamos cuáles fueron estos: 1) el trabajo de periodistas independientes, especialmente el de Carlos Valverde y Amalia Pando. El primero tuvo las agallas de difundir el caso de la expareja del presidente y la segunda hizo la investigación que terminó de demostrar la magnitud de los negocios que esta había conducido; 2) el trabajo de medios independientes, que son un puñado, quizás ciertos diarios de ciudades principales más una que otra agencia de noticias y radios menores. Esos medios informaron de las denuncias de Valverde y Pando, y otras, como el escándalo de corrupción del Fondo Indígena, las irregularidades del canal boliviano-iraní Abya Yala o la falta de título profesional de García Linera; 3) la función de las redes sociales, que amplificaron lo que esos pocos medios de comunicación divulgaban. Pongamos como ejemplo la mentira de García Linera sobre su supuesto título profesional. Sin los memes, retuiteos, posteos en Facebook y envíos a cadenas de WhatsApp, el caso hubiera pasado más o menos desapercibido; 4) los colectivos ciudadanos, que le dieron a la campaña del No el sustento político, pero independiente, necesario en una justa electoral como esta. Y unos cuantos dirigentes políticos que persistieron en el pasado, arando en el desierto, en denunciar al Gobierno.

Estos son los cuatro factores que lograron que el MAS, que estaba encaminado a ganar la elección hace un mes, terminara perdiendo, debido a que le dieron información al elector, que lo motivó a cambiar su voto. En vez del 48% tal vez hubiera obtenido el 58%. Y la historia sería hoy muy distinta. En la mentalidad autoritaria del régimen todo esto será considerado como algo posible de ser revertido. Si se plantea la idea de intentar un nuevo referéndum, o cualquier otra vía, para forzar un cambio constitucional, tendrá en claro que esos cuatro factores le impidieron un triunfo la primera vez. Así que contra ellos se ejercerá a partir de ahora ese indeseado ‘ajuste de cuentas’. La ciudadanía debe estar atenta a ello

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