Me llegó al alma lo que me dijo un señor al finalizar el 21 de febrero de 2017, cuando ya caía la noche: hoy día marché dos veces, esta mañana, obligado por mantener mi trabajo, bajé desde El Alto, aunque yo vivo en la ciudad, en la hoyada, caminé con la bandera que me dieron, por cuidar el pan de mis hijos; y ahora en la noche, con los pies hinchados, lo hice obligado por mi conciencia, por defender la libertad, la libre expresión, el respeto a las leyes. ¡Admirable el señor!
Había muchos que bajaron desde El Alto, pero como ese señor primero tuvieron que subir; los más, funcionarios públicos obligados a marchar, portando banderas que no sienten en su corazón, sino sólo cuidando su trabajo y el pan de sus hijos. Pero, no sólo cuidaron el pan de sus hijos, sino también marcharon en la noche precautelando su dignidad, ese bien que procuran no perder, a pesar de que los obliguen a ir a marchar donde se quiere defender lo indefendible.
Algo pasó el 21 de febrero de 2017, la gente que no está con el Gobierno, los ciudadanos -jóvenes y viejos- que defienden la Constitución, que defienden el voto del 21 de febrero, le ganó la calle al MAS. ¡Eso es mucho decir! ¡Marca algo! Antes el MAS era el dueño de la calle, pero ahora, ese día, una marcha, una concentración de gente de todos los orígenes le ganó la calle al MAS. Ganó la dignidad de las personas, a las políticas de gobierno de obligar a la gente a marchar por algo que no aprueban.
También era una señal extraña que los cocaleros, feudo social de Morales, ahora de los Yungas, se opongan a Morales y sean reprimidos por el jugador de fulbito.
San Francisco se llenó, como en las mejores épocas de recuperación de la democracia, en ese octubre memorable de 1982. ¡Gracias La Paz, gracias Bolivia por tener alma de defensa de la democracia! Quizás ese 21 de febrero muchos salieron a las calles recordando el octubre de 1982, quiere decir que en muchos bolivianos está presente la memoria de la defensa de la democracia. Gracias a la vida que eso sea posible, pues nos da fe en el futuro.
Por temor a las represalias, muchos canales de TV se abstuvieron de mostrar lo que pasaba en San Francisco. En algunos casos pasaron flashes breves de contados minutos. Los entendemos, hay que subsistir, pero todos pudimos ver lo que pasaba en San Francisco, en Oruro, Pando, Cochabamba, Tarija, Potosí. Todos sabemos que el NO ganó en las calles, todos sabemos que creemos en el futuro, entendemos, la gente nos lo dijo, que es posible cambiar las cosas.
Vergüenza para quienes lo hicieron -desde la trinchera de los medios de comunicación como ATB- con la publinota de Gabriela Zapata. Pero el tiro les salió por la culata, pero ¿no será que quieren dividir a la oposición y bajar el perfil de los potenciales candidatos de la oposición, en especial de los más viables?
Más allá de todo, la población boliviana, en todos los rincones del país, mostró dignidad frente a ésos que decían defenderla y que han perdido sus valores morales. Los que asistieron a las marchas, a los actos del NO no vinieron a recoger una ficha, vinieron a recuperar su dignidad, su voz. Todos ellos dijeron que desean democracia y no autoritarismo, dijeron que hay que recuperar los valores y la ética que fue abandonada por quienes aman el poder y sólo el poder.
Los que marcharon por el NO no dijeron petulantemente que son la reserva moral del país, sólo dijeron que basta de autoritarismo, basta del exceso de coca que va a la cocaína, basta de gasto superfluo, basta de prepotencia, basta de saber si tienen o no hijos, si los enterraron o no; basta de museos de arrogancia futbolera, basta de prepotencia que avergüenza, basta de obsecuentes que escriben libritos para mantener a sus ministerios, basta de montajes con El Porvenir o el caso del supuesto separatismo, basta de violaciones de los derechos humanos, basta de tomar oficinas de la defensa de los derechos humanos, basta de matar cooperativistas sin rendir cuentas, basta de matar el medioambiente, basta de reprimir a indígenas.
El 21 de febrero dijo basta de reprimir a la democracia. Si el 21 de febrero de 2016 fue un hito de la democracia, el 21 de febrero de 2017 lo fue dos veces. Tengamos fe, defenderemos la democracia frente al autoritarismo. Tenemos futuro en democracia.
Carlos Toranzo Roca es economista y analista.
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