Cada tanto, y con mayor frecuencia afortunadamente, el mundo llega a algunos consensos importantes que marcan la evolución humana.
En el Siglo XIX, por ejemplo, se abandonó definitivamente el esclavismo como forma de dominación y en el XX hubo que derramar mucha sangre en distintas partes el planeta para combatir ciertas formas, relaciones y métodos propios de la Edad Media. Bolivia lo hizo en 1952. Desde que casi todos se inclinaron por la democracia en algunas partes del globo, muy pocos se han atrevido a proponer la dictadura como salida política.
Esto todavía ocurre en ciertas zonas de África y Asia, pero en América Latina suena muy raro y la prueba es que nadie lo había intentado desde los años 70, salvo Venezuela, donde el experimento de Nicolás Maduro duró apenas unos días. Ese episodio va a pasar a la historia como un triunfo del consenso mundial del que hablábamos.
Por eso es que Bolivia también será recordado como el único país del planeta que apoyó esa intentona dictatorial del chavismo que no ha hecho más que restarle vida en el poder.
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