CANDILEJAS
por Karen Arauz
El populismo
del Siglo XXI ha tomado un camino sin retorno no sin antes dejar una profunda
grieta en las sociedades víctimas del experimento híbrido de la dictadura
castrista. Sus enseñanzas adaptadas al
gusto y folcklore de los presidentes que
se dejaron seducir, resalta -sobre todo-
la posibilidad de perpetuarse en el poder. Para eso, les enseñó no sólo
a dominar el lenguaje demagógico con un
discurso falaz del "vive bien"
sino a utilizar la gran tijera, indispensable para recortar libertades,
disidencia, oposición, y cualquier otra
cosa que amenazara el propósito.
La cooptación del poder, significa tener todo bajo
control. Y la justicia independiente, equilibrada y pronta, es uno de los
factores de los que no hay que descuidarse. Con instituciones débiles, por
supuesto que es más fácil. Lula da Silva y Dilma Roussef, son dos de las
muestras de una institucionalidad sólida. ¿Cómo se logra tener unos jueces
benevolentes con el poder? Obviamente, es utilizando cualquier método y dejando muy en
claro, que favor con favor se paga. El deberle algo a alguien, obliga a las
personas a comprometerse, pasando por encima incluso, los principios y valores
que pudo haber adquirido en la facultad. La justicia en Bolivia ha sido siempre
mala. Una de las razones es por supuesto, la baja asignación presupuestaria que
significa no tener profesionales de primera. Esto sucede con la educación, que
no permite que los maestros sean bien formados y remunerados, relegando lo que debe ser la máxima función de
un estado. En el caso de los estudiosos de las leyes, los mejores optan por el
ejercicio libre, donde tienen mayores
posibilidades de progresar.
La interferencia del ejecutivo, trae como consecuencia
una selección natural donde los menos
aptos se conforman con ser parte de la maquinaria estatal , subordinándose al
poder para su designación o enfrentar su remoción. En Bolivia que se optó por
designar a los administradores de justicia mediante el voto popular, no
funciona pues la selección de esos postulantes, está -otra vez- en manos del
gobierno de turno. A quien sólo se le da
semillas de pasto, no se le puede exigir cosechar amapolas.
La administración actual, es hábil para pintar de
mil colores los muros de la estructura sin importar nada más que la apariencia. Y es así que con
la rimbombancia a la que tienen acostumbrado al pueblo, deslumbran con nombres de marquesina llenas
de luces, a personalidades extranjeras
que como magos vendrán a poner en orden leyes y modos. Justo ellos, los de la
soberanía, dignidad y anticolonialismo
cacareados hasta el hartazgo. De los cuatro juristas invitados, de los que
mencionaré por ahora dos por ser los más rutilantes, aunque, vaya coincidencia,
los cuatro son muy cercanos a la teología bolivariana de Chávez.
Baltasar Garzón, español, ha sido uno de los más mediáticos jueces que
alcanzó renombre mundial, cuando dictaminó la aprensión de Augusto Pinochet. Lamentablemente, el año 2012 y por once años, ha sido inhabilitado para ejercer incluso su profesión. La
acusación que derivó en la posterior sentencia, es por prevaricato en un sonado
caso de corrupción estatal mezclada con el poder político. Se lo acusó además
de haber utilizado "prácticas de
regímenes totalitarios" y de "violador sistemático de todos los
derechos constitucionales." Durante
estos cinco años, se ha desempeñado, entre otros, como asesor jurídico del fundador de
Wikileaks, Julian Assange, refugiado hace cinco años en la Embajada del
Ecuador en Londres, lo que ha derivado en una estrecha relación del súper Hacker
con Rafael Correa, otro de los mandatarios socialistas de Siglo XXI. Este
famoso juez con amplia experiencia y
conocimientos, es el convocado estrella del Ministerio de Justicia de Bolivia
para "asesorar" a tan vital cartera del Estado en la reforma del
sistema de justicia del país.
El otro convocado es Eugenio Zaffaroni, ex
magistrado de la Corte Suprema argentina, penalista y tildado como el "más
oficialista" de sus miembros en la era kirchnerista. Un cambio notable considerando su cercanía
con la dictadura militar, a quienes justificó plenamente años atrás. Últimamente
fue imputado por una importante evasión
impositiva y rodeado de un escándalo de proporciones, al haberse develado ser
propietario de seis departamentos en la exclusiva zona de Puerto Madero, donde
funcionaban prostíbulos de alto nivel. Progresista declarado, asumió cerrada
defensa del ex vice presidente Amado Boudu en su proceso por apropiación
indebida de la imprenta Ciccioni,
encargada de la impresión del papel moneda de aquel país. En los últimas días
ha sido contantemente mencionado debido a que
jueces seguidores de su doctrina abolicionista y garantista, ponen en la
calle a violadores, asesinos y otras rarezas, humillando a las víctimas acortando
las sentencias y poniendo en peligro a la sociedad muy afligida en los últimos tiempos
por la escalofriante estadística de una mujer muerta cada treinta horas, en una
insólita versión de que es el capitalismo y sus medios de prensa pro
imperialistas , los verdugos de los acusados.
Es claro que se han cerrado filas en esta sociedad
de socorros mutuos. Sin desmerecer las trayectorias, no se puede dejar de
observar, la coincidencia ideológica y antecedentes de los llamados a corregir
nuestra justicia. Sobre sus aportes, el tiempo dirá.
Karen Arauz
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