Mártir de la no violencia e inmolado por alcanzar la igualdad entre todas las razas y la justicia social también para los marginados de la sociedad de bienestar, Martin Luther King escribió un discurso tenido entre los clásicos por sus merecimientos en la retórica político religiosa y como ejemplo en la lucha por los Derechos Humanos que alentó sin desmayo hasta su brutal asesinato a manos de un sicario en 1968.
MLK ha dejado profundos pensamientos que alentaron su lucha por la defensa de los derechos civiles con métodos pacíficos que le habían inspirado Mahatma Gandhi y en cuanto a desobediencia civil Henry David Thoreau.
El pueblo boliviano está soportando las peores violaciones a sus derechos civiles en nombre de la democracia. Utilizando en forma perversa los votos obtenidos en sucesivos actos electorales planificados y ejecutados desde arriba, el partido gobernante se ha venido haciendo del poder total sin respetar la división entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial todavía presente en la ley de leyes.
La clase pensante constituida por su diversidad ideológica se ha erigido en portavoz de la mayoría racional que protesta y denuncia los atropellos sin conseguir ser oída porque son más los violentos, los incondicionales, los corruptos y deshonestos mientras los justos guardan silencio.
Engolosinados por las migajas que el régimen asistencialista reparte como mendrugos de pan, conservan la boca cerrada. “En Bolivia nadie se muere de hambre” repiten como antaño sin reparar que pan sin libertad es nada. Se ofrece pan y circo y quedan de lado la libertad de expresión con múltiples violaciones y torpezas, la de libre asociación puesto que se va poniendo tapujos al libre ejercicio de la política amenazando a sus líderes con la represión judicial que se ha vuelto cruel, encarnizada con la fuerza de un poder que no razona sólo arremete mientras la mayoría calla y deja hacer.
Van siendo sistemáticamente destruidas las instituciones excepción de la Iglesia Católica, que siendo blanco de los ataques oficialistas, remontó las críticas y trata de mostrar los ítems vulnerables del régimen como ser la permisividad con el narcotráfico, la tolerancia con los corruptos, la injusticia de los procedimientos para hacerse de todo el poder sin respetar la CPE en cuanto a los derechos ciudadanos. Lo triste de todo es que los buenos callan y con su silencio permiten que continúen los excesos.
Los pueblos del Oriente han iniciado una marcha pacífica desde Trinidad hasta La Paz, copiando el ejemplo del pastor baptista de Alabama, protestan por la explotación del gas y el petróleo que hasta ahora no les ha sacado de la pobreza, más al contrario se está intensivando la explotación de los recursos naturales sin dejar un beneficio en las comunidades originarias. Todo hace ver que la demostración de protesta no es del agrado del régimen y que hará lo posible por detenerla.
También Martin Luther King fue blanco del odio oficialista que trató de desacreditarlo, lo encarceló, sin lograr frenar la marcha que finalmente colmó el pleno centro de Washington, como una demostración ante el mundo de los negros pacifistas en demanda del fin de la segregación racial y de la injusticia apoyados por el gran católico demócrata que fue John Kennedy. Sus voces fueron escuchadas porque los buenos rompieron el silencio y apoyaron la justicia con el compromiso personal.
Fuente: Hoy Bolivia (Bolivia)
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