La noticia de que Bolivia sigue siendo un país de lavado libre de dinero llega en medio de un muy mojado carnaval, por las lluvias y los juegos con agua.
Las peores noticias siempre les llegan en carnavales a los bolivianos, y siempre llegan cuando sus gobernantes están muy entretenidos con otros temas, o son cómplices o no quieren aguar la fiesta popular.
El fallo del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) de la ONU dice que las medida tomadas por el gobierno para reducir la presencia del lavado de narcodólares no han sido suficientes.
Y se nota que no han sido suficientes. A juzgar por la prisa con que algunos venezolanos están comprando empresas bolivianas, usando seguramente recursos limpios, muy limpios, las barreras levantadas no les asustan.
La Revolución Bolivariana está llegando a Bolivia en forma de monopolios modernos. Simón Bolívar no soñó jamás con que su ideal de una sola nación sudamericana se cumpliría mediante la compra, con dineros de origen extraño, de las empresas de la región.
Así como llegan maletines repletos de dólares a Argentina, pasando por Bolivia, hay otros recursos que, seguramente a través de canales similares, permiten a algunos empresarios venezolanos comprar las empresas bolivianas.
¿Alguna autoridad boliviana habrá preguntado a los nuevos ricos que llegan de Venezuela de dónde provienen sus recursos, cómo los han transferido? Para que hayan llegado a controlar medios de comunicación, comprados en efectivo, con dinero contante y sonante, y que sean dueños de un ferrocarril, de la mayor aceitera, y estén avanzando en otros sectores, quiere decir que se trata de recursos por los cuales el gobierno boliviano da su palabra de haber verificado el origen.
Por el momento, las consecuencias de que Bolivia esté en la lista gris del mundo por el lavado de dinero sólo afecta a los bolivianos que viven en el sector legal. Pronto podrían ser perjudicados incluso los pagos por exportaciones legales. Sería el triunfo de lo ilegal sobre lo legal.
Se ha convertido en una enorme complicación incluso los giros de exterior para agencias de viaje. No es un país en cuarentena financiera pero las condiciones se han endurecido en todos los niveles.
GAFI dice que tiene recomendaciones muy bien definidas que envió a los gobiernos de países observados, pero que Bolivia no ha cumplido ni siquiera con un tercio de esas exigencias.
En un idioma diplomático, el informe dice que la reprobación de Bolivia se produjo “a pesar de todos los esfuerzos hechos por el gobierno”, lo que equivale a decir que los esfuerzos fueron en dirección equivocada.
El gobierno nacional tendría que saber que esta situación perjudica a Bolivia. No es muy satisfactorio saber que Bolivia figura en una lista donde está también Irán, Corea del Norte, Cuba, Myamar y otros, que son considerados “paraísos financieros” porque allí todo está permitido.
Mientras esta imagen del país es una vergüenza para la mayoría de los bolivianos, quienes tienen la obligación de gobernar miran para otro lado.
Feliz carnaval, un mojado y lavado carnaval.
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