Trampas y píldoras de amnesia



Erika Brockmann Quiroga


¿Cuál es su pronóstico para 2019? ¿Cuál de las vías para la repostulación de Evo Morales analizadas por el MAS le parece más viable? ¿Cuáles son las proyecciones y los desafíos del quinquenio 2020-2025? Desde hace varias semanas estas son las preguntas instaladas machaconamente en la agenda mediática, dejando en segundo plano los buenos deseos para un 2017 preñado de enormes desafíos.

En este juego se intenta distraer, convertir en rutina y resignada aceptación la crisis de la justicia, el deterioro progresivo e inocultable de los servicios de agua, de saneamiento básico, de salud y de educación, hace apenas seis años incorporados de manera explícita al ampuloso catálogo de derechos de nuestra Constitución.

Es persistente el esfuerzo oficial por ‘electoralizar’ prematuramente la agenda política nacional. Intentan introducirnos en una máquina del tiempo borrando de un plumazo los 365 días de un 2017, en el cual la bronca y la intolerancia ciudadanas a la corrupción e ineficiencia se incuban silenciosamente. Propician la ingesta de píldoras de amnesia de efecto anticipado al introducir una agenda que propicia la ‘evodependencia’ e instala el miedo a los efectos catastróficos para el país de no postularse a Evo.

Se lo hace el año en que se pondrán a prueba la relevancia y la eficacia de megainversiones y en el que se desnudan falencias acumuladas imposibles de maquillar mediante la millonaria y creativa propaganda oficial. La lista de casos pendientes que involucran a las FFAA es emblemática y, por su dilación, sospechosa. El apoyo militar incondicional y de las organizaciones sociales acríticas dispuestas a ‘morir’ por el proceso son como nunca imprescindibles. No hay nada que debatir respecto a la repostulación. Hacerlo es caer en la trampa de la impostura. Al igual que en el referendo revocatorio de 2008, no faltan políticos que caen en la trampa de la provocación del machismo político arraigado. ¡No es de ‘machos alfa’ quejarse y eliminar a Evo de la competencia de 2019! ¡Vaya ingenuidad!


Sin embargo, las trampas no siempre funcionan. Hace ya mucho Evo cumplió su misión en el poder y su promesa revolucionaria encontró límites a su viabilidad. No funcionan, cuando ha mermado la capacidad de convencer a la sociedad civil y de “planificar los ataques políticos para derrotar al adversario”, que, según el vicepresidente, es junto a la audacia un aspecto clave para todo gobernante. En su audaz empeño, convergen lo ilegal, lo inconstitucional e ilegítimo sin reparar en los daños políticos colaterales para el mismo MAS, el país y la democracia.