En las últimas semanas se han presentado una serie de hechos que dan cuenta de ese tipo de actitudes. Partamos de un tema que ha provocado la animadversión de algunas autoridades en contra de este periódico, como es el caso JOCA. En vez de avenirse a explicar el millonario proyecto, absolver las argumentadas dudas que existen, han adoptado por una actitud prepotente que además de los insultos incluye no dar respuesta alguna. Y no sólo a Los Tiempos, pues el titular del Ministerio de Obras Públicas decidió no atender una convocatoria de la Asamblea Legislativa Departamental para dar explicaciones sobre el tema.
La reacción poco tolerante y hasta agresiva del Vicepresidente del Estado cuando una joven aprovechó un acto en las instalaciones a su cargo para expresar su defensa del Tipnis o cuando una diputada opositora interpelaba sobre la presunta existencia de bases militares extranjera, son otro ejemplo de lo señalado.
Más allá de la pertinencia o no de ambas acciones, sus autoras no violaron ninguna norma; más bien hicieron uso de derechos consagrados en la Constitución Política del Estado (CPE).
Esa forma de actuar afecta la vida institucional y es una forma de sembrar vientos.
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