El sorpresivo bloqueo de puentes y calles protagonizado en la ciudad ayer en la mañana por parte de los choferes del transporte libre, exigiendo que sean atendidas sus demandas, es una muestra más de la poca sensibilidad que tienen los dirigentes de este sector con relación a la gente y la solución parcial acordada es otra muestra más del temor y sometimiento que tienen las autoridades del Gobierno municipal para ordenar este abusivo sector.
Además, las autoridades desaprovecharon que efectivos de la Policía actuasen para levantar los bloqueos y garantizar la libre circulación, operación que no la había cumplido desde hace mucho, por las diferencias político-ideológicas entre la Alcaldía y la Gobernación.
No se trata, de ninguna manera, de desconocer el derecho que tiene este sector de presentar demandas; lo intolerable es que sus dirigentes se sientan dueños de la ciudad, al punto de provocar el cierre de los establecimientos educativos, poniendo en riesgo la seguridad de los estudiantes, el retraso en el arribo a las fuentes de trabajo o la imposibilidad de cumplir trámites. Se trata, sin duda, de perjuicios concretos de los que nadie se hace responsable. Para peor, otro sector ha anunciado que se encuentran en “vigilia”, en actitud claramente provocativa.
Como señalamos en forma insistente, debemos esforzarnos por crear una cultura de respeto al espacio público y no se puede aceptar que, por defender intereses particulares, se perjudique de semejante manera a la ciudadanía y que quienes lo hacen se beneficien de una acción judicial laxa.
El primer paso es, sin duda, que termine la impunidad…
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