El Día Mundial del Internet fue festejado en el mundo con algarabía, por parte de sociedades que han aprendido a usar esa nueva realidad, esa realidad paralela, como una gran oportunidad para el trabajo, mediante el acceso a la información instantánea.
Todo eso fue en los países que cuentan con un buen servicio, rápido, amplio, barato, de este gran avance de la sociedad moderna que ha venido a multiplicar las posibilidades de realización personal.
Este día de festejo en todo el mundo fue, para Bolivia, la oportunidad para comprobar que el país ha quedado rezagado en este servicio, a tal punto que figura en el último lugar de las mediciones, pues cuenta con el servicio de Internet más lento y más caro.
Cuando las empresas que sólo existen en el Internet, como Facebook, figuran como las más grandes del mundo en las bolsas de valores, superando a las tradicionales, Bolivia muestra que tiene también en esa realidad una enorme desventaja.
La realidad paralela creada por Internet no exige sino estar actualizados en la tecnología para estar el día y contar con tantas posibilidades para el progreso. Pues también en esa realidad paralela resulta que Bolivia está en desventaja.
En el Día del Internet, la empresa estatal que hasta hace pocos años había sido un ejemplo en la región al poner al país en el primer lugar en servicios de la tecnología de la información, vino a admitir que el servicio de banda ancha que estaba ofreciendo a los usuarios era una ficción. Es decir que estaba vendiendo un servicio que no puede ofrecer.
Esta admisión se produce cuando en el mundo los países se preparan para dar un nuevo salto en las ventajas del Internet. El 6 de junio los países del mundo podrán comprobar si están o no preparados para el más grande salto de la red desde que existe.
Ese día se hará la prueba para que los protocolos del Internet (IP) pasen de ser 4.000 millones a 340 billones de billones de billones, el IPv6.
Ya se sabe que Noruega es el país más preparado para este salto y que entre los 20 primeros no figura, paradójicamente, Estados Unidos.
Noruega es un país ejemplar. Ha invertido muy bien los ingresos que obtuvo por el petróleo y el gas natural que exporta, pero lo ha hecho pensando en el futuro, cuando no tenga esas exportaciones. Ahora está en el primer lugar de los países que se preparan para estar en la lista de los primeros del futuro Internet.
En cambio, los países que no invierten en esta nueva realidad, en la tecnología de la información, seguirán siendo exportadores de materias primas y de ciudadanos en busca de trabajo.
Si el criterio de quienes frenan el avance de Bolivia en los progresos del Internet es facilitar el control de los usuarios, estaríamos ante una apuesta perversa, pero sobre todo una apuesta que condena al país y a sus nuevas generaciones al atraso y a la pobreza.
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