La Iglesia Católica Boliviana, a través de la Conferencia de Obispos, ha hecho conocer el lunes 17 de septiembre un comunicado que, como las luces de primavera, llega en el momento adecuado, provocando, por un lado, destempladas reacciones de voceros gubernamentales y, por otro, esperanza para los bolivianos. El comunicado de los obispos bolivianos tiene como elocuente título: Caridad y Verdad. En dicho documento, solicitan al Gobierno que conceda amnistía a los encarcelados, exiliados y refugiados políticos del país, esto es, cerrar de una vez el ominoso capítulo de la persecución política; piden también reconduzca el diálogo y la concertación con los indígenas del TIPNIS. Finalmente, los obispos del país sostienen que el Censo 2012 debería reflejar con fidelidad la realidad del país. De igual manera exhortan a la ciudadanía a ejercer control social sobre el proceso de recolección y sistematización de la información, de manera que se haga una buena utilización de los datos que se obtengan en la consulta.
Los obispos del país observan y advierten de que la pérdida de libertades, la intimidación y el uso inicuo de la coerción estatal y del aparato judicial “lejos de mejorar, han ido empeorando, poniendo en grave riesgo la vigencia de los derechos humanos y la institucionalidad… Muchas personas se sienten perseguidas por expresar un pensamiento disconforme con el proyecto político instaurado en el país, y lo más aberrante es que se utilice a la justicia para tal cometido”. Citan como ejemplo de estos excesos la querella judicial iniciada por el Gobierno contra la Agencia de Noticias Fides (ANF) y los periódicos paceños El Diario y Página Siete.
La revolución democrático cultural, el proceso de cambio, el Estado Plurinacional o el liderazgo de Evo Morales (candidato y Presidente) desde el momento de su implante en la sociedad boliviana como ideas o Gobierno, despertaron una auténtica ilusión en distintos sectores de la sociedad, en sentido de que las urgentes transformaciones en instituciones políticas y sociales eran posibles. En el transcurso de este tiempo, pero sobre todo por acciones y actitudes de voceros gubernamentales, como las señaladas en el documento por los obispos, resquebrajaron aquellas legítimas y saludables ilusiones del pueblo, al extremo de llegar a provocar distanciamiento, malestar y pérdida de confianza en nuestros gobernantes.
En una brevísima reflexión, Simón Bolívar, el primer presidente de los bolivianos, afirma que “La confianza ha de darnos la paz”. Como sostiene el comunicado “Caridad y Verdad”, confianza entre gobernantes y gobernados, confianza en la institución judicial, en los mecanismos y operadores de la justicia, confianza en la transparencia y veracidad de la información que produzca el Censo, confianza en la Constitución y las leyes, las cuales bajo ninguna circunstancia deben estar sometidas al interés político o capricho de los gobernantes.
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