En esta nueva etapa de sinceramiento que inauguró el Presidente el 6 de agosto se puede inscribir el discurso en Lauca Ñ en días pasados. Delante de sus seis federaciones de cocaleros repitió las 5 debilidades de su gobierno: comida, combustible, cocaína, contrabando y seguridad ciudadana. Casi nada.
Lo habrá convencido el “apocalipsis económico” pronosticado por un cercano suyo, George Sorós, el conocido especulador financiero. Hora de tomarse la cosa en serio. Es la contundencia de la realidad: economía, empleo (dignidad), inversión (crecimiento estable). Acabar con los mitos de los 13.000 MD (millones de dólares) en RIN; quién paga los bonos y rentas, por ejemplo, la Renta Dignidad (antes se llamó Bonosol) ¿no sale del IDH de los Gobiernos Departamentales? Combustible, ha dicho el Presidente, una debilidad y un dolor de cabeza. Porque a nadie le pasa desapercibido el tremendo conflicto que encubre tomar alguna medida para corregir el desfase entre el precio de producción, o de importación, y el precio de venta. El agujero reconocido oficialmente es de 800 MD anuales, aunque lo peor es su crecimiento continuo: aumenta el parque automotor y también actividades ilegales, como el contrabando y el narcotráfico. Nivelar el precio tumbaría a cualquier gobierno; lo comprobaron Evo y Álvaro en diciembre 2010. No aguantaron una semana y, posiblemente, ante la situación quedarían otra vez solos.
La seguridad ciudadana tiene alto costo. Para una primera fase, evaluada por un consejo múltiple institucional, se requieren 4.000 MBs (alrededor de 600 MD), que vale la pena invertir. La manera correcta de encarar el problema es con recursos, sin ellos cualquier propuesta es un simple saludo a la bandera. Habrá que esmerarse en su administración, que vayan a infraestructura, equipamiento, etc.
Evo no se mencionó el gasto público, talón de Aquiles. Recursos disponibles para mantener al partido cohesionado alrededor del proyecto de cambio y, por supuesto, con la campaña electoral en su intento de reelección el 2014. Si el gasto publicitario en época tranquila de gobierno ha sido entre 900.000 y 1.3 MD mensuales, ¿a cuánto se elevará durante los próximos meses? Los responsables de la campaña se habrá cubierto las espaldas garantizando un buen resultado pero, que no les pongan trabas a recursos. Tienen que tener el ok por adelantado.
¿Recrudecerá la persecución a la oposición, a los disidentes, a los ex MAS y de todo el que se atreva a expresar opinión fuera del carril deseado por el gobierno? De ser así, los engranajes en la Asamblea Legislativa Plurinacional, el Órgano Judicial y los movimientos sociales deberán estar bien aceitados. Sin ese componente cualquiera puede chirriar, desencajarse y hasta romperse. Conflictivo es época electoral, partiendo con poco margen a favor. Aumentará el gasto; obligará a aumentar las cuotas de recaudación, promoverá el rechazo.
Evo ha reconocido que gobernar es administrar. Que gobernar bien, es administrar bien. En el impulso inicial la sobrecarga ideológica el útil, pero después de siete años hasta al más paciente se le acaba la paciencia y lo que se exige son resultados. Es el momento en que los discursos, los coliseos y canchas poli funcionales no son suficientes.
Obras que resuelvan necesidades básicas y que al mismo tiempo redunden en la oferta de más y mejores empleos es la visualización de una buena gestión. Inyectar recursos al consumo interno, con subsidios y prebendas, solo resuelve temporalmente la necesidad de trabajo y mover la economía, el modelo utilizado hasta el momento. Ha sido eficaz y ha mantenido cierta tranquilidad social con el espejismo de la abundancia de circulante. Pero no se puede mantener por largo tiempo, ¿se habrá agotado el modelo antes del 2014?
La imagen externa del Presidente, altamente positiva el 2005, no le acompaña ahora y, posiblemente, será menor si se lanza a postular para un tercer período. Las interpretaciones leguleyas de la CPE no convencen a nadie, excepto en países como Cuba, Irán, Corea del Norte, Venezuela, etc., bajo regímenes autoritarios, teocráticos o dictatoriales. Y el gran hermano, Hugo Chávez, tiene todavía que pasar la prueba de noviembre haciendo frente a un candidato que ya ha anunciado el corte del chorro de millones de los venezolanos regalados a cofrades políticos. El argumento de Henrique Capriles es simple: no se pueden regalar los millones de Venezuela antes de resolver las carencias, que son muchas, de los propios venezolanos.
Faltarán recursos, es probable. Faltarán respuestas, seguro. Sobre todo, a las grandes promesas electorales del 2005 y 2009: nacionalización, industrialización, inclusión, respeto a los Derechos Humanos Universales. La reacción es previsible. La duda estriba en avizorar cuánto de esa reacción se canalizará hacia otra alternativa, que hasta ahora no se expresa con claridad. O si esa posible reacción ante las malas o cuestionables dos gestiones del partido en gobierno será canalizada nuevamente a favor del oficialismo, por acción de un equipo propagandístico que se ha lucido en las dos justas electorales anteriores.
¿Marcará el 2012 el giro de Evo hacia la derecha? No lo aceptarán los de izquierda ni los de derecha. Después de siete años, está claro: deben ser excluidos los radicalismos, de uno y otro lado, por el bien de Bolivia. Hay que abrir espacio a la opción de un gobierno progresista, que se comprometa con las metas sociales imprescindibles en un proyecto de país para el siglo XXI, que concentre su gestión en devolver la dignidad a los ciudadanos, garantizándoles el acceso al trabajo legal, estable y con remuneración suficiente para sostener su familia. Atrás el revanchismo, lejos la confrontación, ninguna marginación ni dependencia de poderes externos (ni descarados ni solapados). Derechos Humanos y Estado de Derecho. Una Bolivia unida, donde la verdad sea el norte y la mentira, la excepción condenable.
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