En una de esas novelas atiborradas de páginas que están de moda hemos leído la siguiente sentencia dantesca que ahora a los cruceños nos viene al pelo: “los lugares más oscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en épocas de crisis moral”. ¿Puede haber algo más urgente como tema de reflexión en estos instantes caóticos por los que atravesamos en Santa Cruz? ¿Acaso no parece un reto destinado exclusivamente a los cruceños nacidos aquí y a quienes se sienten cruceños porque aman esta tierra y “porque les da la gana” de serlo?
S.E., para que vayamos aprendiendo, tiene una norma que no la ha anunciado porque no ha tenido la idea de hacerlo, pero que la aplica intuitivamente, sin contemplaciones: “estás conmigo o estás contra mí”. No creemos que en la vida las cosas sean así, que deban ser tan radicales. Eso de que sólo hay blanco o negro y que el gris no existe es algo que daría para discutir mucho todavía. Pero, en el caso nuestro, cuando algunos nos declaramos neutrales en la pugna entre el departamento y el gobierno central, parece intolerable.
Muy pronto se van a cumplir ocho años de gobierno del MAS, y nadie puede dudar de que Santa Cruz es la fortaleza que le resta por tomar. Pando cayó luego de una celada sangrienta y Beni se zafó poniéndole admirable coraje. Eso para mencionar los territorios cambas, sin contar a Tarija que, aunque se defiende, está siendo avasallada. El gobierno quiere a Santa Cruz de rodillas. Ha hecho todo lo posible para doblegarla mediante injurias de separatismo y terrorismo, con persecución y cárcel de aquellos a quienes temía. Ha querido liquidar su economía poniendo trabas a sus exportaciones. Ha embestido contra el Gobernador queriéndolo tumbar. ¿Necesitamos más pruebas?
Son pacientes. Halagan, sonríen y abrazan. Ofrecen. Quienes piensan que el MAS va a desistir de su propósito hegemónico en Santa Cruz están equivocados. Otra cosa es que ante el fracaso temporal del asedio aguarden para utilizar su caballo de Troya. Los guerreros con sus lanzas ya están escondidos en su vientre, listos para la toma. ¿Es posible que así alguien piense que el peligro ha pasado? Sin necesidad de provocar, no se debe bajar la guardia. Midiendo las promesas septembrinas, no hay que ser confiados. Y se debe elegir una opción que no pasa por ser neutrales, es decir por callarse ante el descarado afán de dominio y poder existente en el masismo. (Escrito el texto por Manfredo Kempff. el título o encabezamiento es nuestro. MA)
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