APOTEGMA
Por Walter H. ZuletaDesde Barcelona, España
Me vino entonces a la memoria la reproducción
de imágenes parecidas que tuve el privilegio de cerciorar de modo personal,
respecto al deterioro de la salud de los Presidentes de la República de Bolivia
Víctor Paz Estenssoro, Hernán Siles Zuazo y Gonzalo Sánchez de Lozada durante
cada uno de sus períodos de gobierno, acompañado del intensivo
emblanquecimiento de sus cabellos que evidenciaba –en los tres casos- honda
preocupación por los problemas complejos de Estado y el empeño por atenderlos y
solucionarlos, plenamente ajenos –los tres mandatarios- al disfrute de
prerrogativas y prebendas que el Poder otorga a diferencia de ese otro
espécimen de gobernantes y políticos mediocres, que concede a su
aprovechamiento material prioridad mayor que al cumplimiento de sus
responsabilidades.
Sin mediar propósito alguno, me hallé de
pronto inquiriendo en el ordenador los más recientes retratos del Presidente del
Estado Plurinacional de Bolivia con más de seis años de gobierno, encontrando
en varias versiones la exuberante efigie de don Evo Morales Ayma, al parecer
pletórica de salud y exultante de complacencia, resaltando su brillante
cabellera negra libre de cualquier vestigio de canas y, aunque hirsuta, todavía
envidiable por su lustroso color, frondosidad y fortaleza.
No sé por qué de improviso asocié todas estas
imágenes con ese aforismo enunciado en la década de los años cincuenta por el
escritor español Enrique Jardiel Poncela: “Si el gobernante no encanece al
gobernar, es que no gobierna”.
(Imágenes de archivo. Obama primer periodo, Evo primero y segundo periodo. Obama 2o. mandato)
Gracias por la referencia a mi abuelo. Un saludo.
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