La oposición venezolana crece diariamente tras el liderazgo de Henrique Capriles quien a voz en cuello condena la eventualidad de un golpe de Estado, “venga de donde venga”, pero es probable que el tal golpe ya se produjo, tiene uniforme militar, y está solo a la espera de su oficialización.
Por lo menos, eso es lo que piensan militares retirados quienes, en un documento que circula en las redes sociales, instan a restablecer el hilo constitucional denunciando, de paso, que el actual presidente, Nicolás Maduro, lo ejerce ilegalmente por tener doble nacionalidad.
A principios de este mes el “madrugonazo” fue publicado en la Gaceta Oficial dando cuenta al país de la creación del “Centro de Seguridad y Protección de la Patria” (CESPPA), un organismo supraestatal que pone bajo su jurisdicción los ministerios del Interior, Relaciones Exteriores y Defensa.
El CESPPA está bajo jurisdicción militar, por ahora sin ninguna cabeza visible, y tiene la función de ejercer como un mega-tutor de toda la institucionalidad venezolana, incluso para determinar qué o quién atenta contra la “seguridad y la protección de la patria”.
En realidad es “un poder sobre el poder”, sostiene el ex líder socialista y actual director del diario Tal Cual, Teodoro Petkoff. Lo que no está claro es si el CESPPA obedece a los militares institucionales, a maduristas o seguidores de Diosdado Cabello, el todopoderoso presidente de la Asamblea Nacional y líder del partido oficial, PSUV.
¿Será por esto que Maduro en las dos últimas semanas visita cotidianamente los cuarteles y guarniciones y se reúne cada dos por tres con el alto mando militar?
¿O es que trata de convencerlos de que no es colombiano, como clama un sector de la oposición? El diputado e historiador Walter Márquez asegura que Maduro fue procreado por una colombiana y de acuerdo a la Constitución de ese país tiene esa nacionalidad.
El gobierno tiene al menos cuatro versiones sobre el lugar de nacimiento de Maduro en Venezuela y hasta ahora solo de lejitos la rectora del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, se animó a mostrar una partida de nacimiento, pero se niega a decir en qué folio o libro está inscrito ese documento.
Pero al margen del peliagudo asunto de la nacionalidad, el grueso de la oposición está alistándose para ganar por abrumadora mayoría en las elecciones municipales del 8 de diciembre. Si lo logra, demostraría que efectivamente Capriles ganó en las presidenciales del 14 de abril.
El camino estaría abierto a una Constituyente que convocaría eventualmente a nuevas elecciones. Esta posibilidad es descartada por el gobierno que trata de aferrarse al poder a como dé lugar y por eso arrecia con sus amenazas de encarcelar a los principales líderes opositores, acusándoles hasta del mal clima.
El problema para Maduro y sus seguidores es que la situación económica del país se les fue de las manos y el malestar en la calle es creciente. El dólar oficial se mantiene a 6.30 bolívares fuertes, pero el extraoficial se acerca al medio centenar, lo que significa que el costo de la vida se fue a las nubes.
Hugo Chávez con sus cualidades histriónicas solía distraer a la galería, pero esa habilidad no la tienen sus herederos y quizás por eso están dejando que los militares carguen con el muerto, es decir con los graves problemas económicos, sociales, políticos que agobian estos días a los venezolanos.
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