sabroso fragmento de la última entrega de Winston Estremadoiro sobre "filibusteros..." no resistimos a la tentación de reproducir pidiendo atención a los lectores y encontrar si fuera posible hechos citados por el autor que no tengan una plena ejecutoria...
en esta democracia moribunda, el Legislativo es obediente caja de resonancia del Ejecutivo; fiscales y jueces han mutado a la triste condición de ser instrumentos del acoso judicial como medio de acallar opositores.
Esta lastimera situación se evidencia en prioridades nacionales que andan de cabeza. Nadie negará que la salud y la educación merezcan la atención gubernamental. Sin embargo, reducen los ya insuficientes fondos económicos para atender personas de escasos recursos en hospitales y dar formación técnica a productores agrarios. ¿Cuestión de apretar el cinturón en un país pobre? No, señor. Hambrean a prioridades nacionales para atiborrar dulces a una carrera de motos por el Salar de Uyuni. Poco importa el impacto medioambiental en ese tesoro natural; menos aún que mueran los viejitos con males renales que requieren diálisis. Importa más el cortoplacista rédito propagandístico para un Rally Dakar sin pantalones largos en Bolivia, porque ni siquiera compiten vehículos de cuatro ruedas.
Es a lo menos dudosa la autoridad moral de un mandatario que insta a no malgastar en parrilladas los fondos de programas claramente electoralistas, cuando dichos recursos hacen caso omiso de que la Contraloría los controle o audite, como si fuera plata del potentado de Orinoca. Frente a mandamases de países impolutos que viajan en aerolíneas comerciales, es escandaloso que de un plumazo adquieran aviones lujosos, para que los ministros viajen de aquí para allá en esta patria corrupta y muerta de hambre.
Se han comprado helicópteros franceses e incrementado efectivos a las Fuerzas Armadas: ¿será para desplazar tropas especializadas en contrainsurgencia, impidiendo que sediciosos paraguayos o peruanos hagan sus santuarios en territorio nacional? No, hombre. Me late que será para apretar el dogal sobre ciudadanos bolivianos que protesten con pies ampollados los abusos del Gobierno. Como en la marcha de indígenas de tierras bajas oponiéndose a la carretera asesina del Tipnis, en esa Chaparina en la que los que ordenaron la represión claman a voz en cuello un cobarde “yo no fui”.
Con tal distorsión de prioridades, no sorprende que justicia, salud y educación sean los derechos humanos más vulnerados en el país, según la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (Apdhb). A su vez, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional son las instituciones donde más se los atropella, afirma Ever Moya, que preside la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, y es del partido gobernante (MAS). Asevera, cantinflesco, que los derechos de los indígenas son respetados, pues “si no se respetarían no habrían representantes en las instituciones del Estado”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario