Impaciencia brasileña
El diferendo entre Bolivia y Brasil sobre el caso del senador opositor Róger Pinto, asilado en la embajada de este último país, está mostrando que la insolencia boliviana y la impaciencia brasileña tienen dos estilos muy distintos. Estilos opuestos: Mientras el gobierno boliviano cambiaba por tercera vez de estrategia, pidiendo ahora al propio senador que salga del asilo para poner fin al conflicto, la diplomacia brasileña, inmutable, sólo aludía a temas bilaterales relacionados con la coca y la cocaína. En medio de esta diferencia de estilos, las versiones sobre los roces entre los dos países invadían los medios de comunicación, con detalles sorprendentes. Mediador frustrado: Se supo que Marco Aurelio García, un político muy cercano a Lula da Silva y admirador del régimen boliviano, se ofreció a descongelar las relaciones y para ello logró que se liberen algunos recursos para un programa de ayuda a Bolivia. Llegó a La Paz el señor García, dejó los recursos, pero el presidente Morales se negó a recibirlo.
Ministra impertinente: Retratando la enorme diferencia de estilos, la ministra Nardy Suxo, de Transparencia, preguntó al embajador Marcel Biato si la embajada le daría asilo si ella asaltaba un banco. El gélido estilo de Itamaraty estuvo contenido en la repuesta: “Asalte usted el banco y ya veremos si le damos o no asilo en Brasil”. Las diferencias entre los dos países no se limitaron a este tipo de roces. Brasil mantiene su decisión de reducir las compras de gas natural boliviano de 29 a 19MM m3/d y Bolivia insiste en poner en la incertidumbre algunas inversiones brasileñas. Temor a la DEA: Lo que probablemente molesta más al presidente Morales es que Brasil ha insistido en aplicar, en todos sus alcances, el acuerdo trilateral (que incluye a EEUU), para el control de la coca y de las drogas. Un acuerdo que el propio presidente intentó postergar de manera indefinida el año pasado, pero que debió aceptar ante la presión brasileña.
Operación aérea: Brasil ha puesto en el tapete la necesidad de que las fuerzas aéreas de los dos países hagan ejercicios conjuntos para controlar la salida de avionetas con droga producida en el Chapare, justamente cuando el presidente Morales, en una prematura campaña electoral, ha decidido apoyarse en los cultivos de coca (ver página 2). Concesión a Pinto: El diferendo se ahonda y el gobierno boliviano ha optado por insinuar que si Pinto renunciara al asilo –la única opción aceptable para Morales– no sería detenido, pues seguiría gozando de su condición de senador, como lo sugirió este fin de semana el diputado masista Héctor Arce Zaconeta.
Humor por skype: Pinto no tiene la menor intención de sacar las castañas que tiene el gobierno en el fuego y la semana pasada llegó a proponer, con un sorprendente sentido del humor, que podría seguir su rol de senador usando el “skype”. Este frente externo que se ha abierto el gobierno de Morales le permite desviar la atención de las tensiones que vive por el caso TIPNIS y su frustración por no haber logrado la destitución del gobernador de Santa Cruz..
Fuente: eju.tv - Impaciencia brasileña
http://eju.tv/?p=224057
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