LA CONSTITUCIÓN COMO CHICLE
Karen Arauz
El realismo mágico de la literatura latinoamericana y su subyugante modo de
entrelazar la realidad con lo onírico y lo fantástico, toma en los
acontecimientos que rodean la circunstancia de Hugo Chávez Frías, un nuevo giro
y se acerca a un realismo de magia sombría por los elementos morbosos de
especulación sobre los límites entre la
vida y la muerte, la verdad y lo oculto con serios elementos patológicos.
La interpretación de la Constitución que ha hecho el Tribunal de Justicia
por la que se ha inaugurado un nuevo periodo constitucional en la administración
de Venezuela en ausencia del llamado a jurar, ha sido manipulada grotescamente,
cuando el tampoco juramentado vice presidente, con la habilidad que caracteriza
a las altamente efectivas maniobras de las sociedades ocultas, secretistas y
totalitarias, utilizó al pueblo seguidor
de Chávez para que en su nombre juraran en masa, en una parodia de respeto a
una Constitución transformada en una goma de mascar que se contrae y se estira
a gusto del consumidor.
El tratamiento a la Ley de Leyes en la que se da cimiento a todo lo que norma la convivencia civilizada de los
ciudadanos de un país, se ha convertido en el común denominador de la corriente
socialista trasnochada y fracasada mediante la cual, un puñado de líderes
latinoamericanos, pretenden una forma de dominación truculenta para lo que no
existen límites de orden moral, menos religioso o ético. Lo popular ha sido y
es siempre utilizado como una herramienta de manipulación fundada en su marcada
sensibilidad. El voto pre-póstumo por ejemplo, tiene un valor enorme para los
que no dudan en usar los sentimientos humanos en su propio beneficio. Por
antonomasia, la masa tiende a solidarizarse con el débil, el enfermo o el
incapacitado. Esta cualidad del ser humano, es repulsivamente utilizada para
que sea interpretada como voluntad irreductible.
La mitomanía que se ha creado alrededor de la figura de Chávez, deja escaso
espacio para la racionalidad. Es incomprensible que la ciudadanía no repela el
hecho de que sabiendo a la perfección la precariedad de su estado, haya llevado
adelante una campaña electoral, poniendo en riesgo la estabilidad política de
su país al que tanto insistía amar,
sumiéndolo en un vacío de poder de imprevisibles consecuencia en el
futuro cercano. Su liderazgo ha quedado desdibujado por ese afán de pretendida
inmortalidad a cualquier precio y su incapacidad de dar un paso al costado en
beneficio de millones de sus compatriotas. Cualquiera que no haya sido
subyugado por el lado carismático de Chávez al modo de los encantadores de
serpientes, tiene que estar profundamente indignado por la falta de respeto a
su país y sus habitantes. ¿Qué clase de líder amante de su tierra, se aferraría
al usufructo del poder más allá de la muerte?
Para nadie es un secreto que la fortaleza de Chávez en los países que se
adscribieron a su abyecto proyecto socialista -conculcador de libertades- está fundada en el inmenso despilfarro de los
ingresos del petróleo venezolano, para ir comprando lealtades y sumando
dependientes.
La criminalidad en Venezuela es una de las más altas del mundo y eso no se
debe precisamente a las condiciones de bonanza y acceso a posibilidades de
fuentes de empleo consistentes para su gente.
El asistencialismo y la prebenda no son sostenibles y el ilusionismo termina
por colisionar con la realidad, cuando
desaparece el prestidigitador o se devela la mecánica de los trucos que mantuvo
encandilada a la audiencia.
La negativa a que se conforme una comisión que pueda verificar cuál es el
estado real de Chávez, es una señal muy clara que existe una verdad a la que no están dispuesto a dar al público.
Cristina Fernández en las últimas horas, como Evo Morales días atrás, fueron
elegante pero firmemente rechazados en su deseo de visitar al enfermo y se
tuvieron que conformar con un café con los hermanos Castro, quienes también
tendrán que dar al mundo y sobre todo a Venezuela, una explicación exacta de
los hechos encubiertos que están sucediendo en su territorio.
En menor grado de severidad -aunque igualmente sospechoso- en Bolivia por
ejemplo, se ha desechado la conformación de una multipartidaria comisión de asambleístas
y juristas independientes, que lleguen al fondo de la verdad del caso extorsión
por parte de miembros del poder ejecutivo. Al contrario, la sola mención de
dudas sobre el fondo de la cuestión, provoca furibundas reacciones que deja
nomás entrever que por momentos, el
dedo, se está acercando peligrosamente a la llaga.
Es posible que por un tiempo estas Constituciones tan maltratadas,
consistentemente violadas, ignoradas, mal utilizadas, reformadas al cobijo de
sombrías intenciones, cumplan su
objetivo. Pero si de aberraciones como ocultamiento de la verdad o prorroguismo
se trata, guarda, que no hay deuda que
no se pague ni plazo que no se cumpla.
Karen Arauz
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