Cristina perdió por goleada
El Gobierno de la argentina Cristina Fernández viene disparando munición gruesa contra los medios de comunicación independientes, especialmente contra el grupo Clarín y no ha hecho más que fallar y fortalecerlos, aunque, obviamente, eso no ha sido obstáculo para que los suyos continúen con el saqueo de las arcas públicas. El hueso más duro de roer para el régimen “K” es el polémico presentador de televisión Jorge Lanata, a quien la presidente llama “gordito golpista” en represalia por las contundentes denuncias de corrupción que viene haciendo el comunicador en su programa “Periodismo para Todos”. El pasado fin de semana, el régimen preparó una artillería difícil de superar para Lanata. En el país donde el fútbol es una religión, la televisión pública argentina en manos del Gobierno decidió modificar el horario de transmisión de los principales partidos de la primera división, entre los que figuraba nada menos que el encuentro entre Boca Juniors y Newell's Old Boys de Rosario. El objetivo era quitarle espectadores a Lanata, pero lamentablemente para el Gobierno, perdió por goleada. Según las mediciones de rating realizadas el domingo por la noche, Lanata obtuvo un pico de 28 puntos, mientras que los espectáculos futboleros no sobrepasaron de un promedio de 16 puntos. Perdió el circo. (Bajo el penoco en El Dia, SC)
Asilo de Pinto amparado por Itamaraty
Cuando el Gobierno de Brasil decidió a través de su Cancillería Itamaraty conceder asilo al senador Roger Pinto, tomó en cuenta todos los antecedentes posibles. Apeló al Derecho Internacional, a una tradición ya legendaria de proteger al perseguido. Itamaraty está reconocida como una institución sea por la sabiduría de sus actuaciones, su exquisito tacto diplomático y su apego a las Leyes. Cuando concedió ese beneficio al senador, no existía ningún impedimento legal y colocó la luz verde. Lo aceptó en su seno, con todo el poder que significa actuar en nombre de un poderoso Estado tenido como uno de los primeros del planeta. Ahora bien, que el Gobierno le hubiese "inventado" o incoado, uno, dos, tres juicios hasta el infinito después de haberse acogido al asilo, es otra cosa. Es en primer lugar no respetar una tradición que existe en todos los países civilizados, lo que correspondía era, es todavía concederle el salvoconducto que le permita "también en Derecho" salir de la Embajada y subirse a un avión. El canciller Choquehuanca en actitud servil a los designios políticos del Jefe de Estado, le niega el salvoconducto que es lo procedente. Si el Ejecutivo está convencido de "los delitos cometidos por el Senador" tiene toda la libertad del mundo, tramitar su extradicción, aunque previamente tiene que cumplir, so pena de inflingir violación al Derecho de Gentes, y por ende ser pasible de las sanciones más duras que Brasil tendrá que adoptar. Mauricio Aira
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